Las elecciones presidenciales de Perú exponen el éxito económico que ha alcanzado el país, pero también sus mayores fallos. Mientras Perú puede presumir de tener las mejores tasas de crecimiento y cifras de inflación de América del Sur en los últimos años, también tiene los peores indicadores sociales.
Tanto Keiko Fujimori como Pedro Pablo Kuczynski se han comprometido a mantener políticas favorables para las empresas que han impulsado un crecimiento medio anual del 5,3% desde 2001 y una inflación del 2,7%. La batalla entre los dos líderes se librará en las materias socioeconómicas. Mientras Fujimori se concentra en disminuir el índice de criminalidad y la sensación de inseguridad, Kuczynski está proponiendo un mayor gasto en sanidad y educación.
Según publica Bloomberg, la proporción de niños menores de tres años que reciben las vacunas básicas bajó hasta un 61% en 2014, una cifra récord en cinco años, mientras que la tasa de anemia entre niños menores de cinco años creció hasta un 36%, situándose entre las más altas de América del Sur. Kuczynski estaría proponiendo aumentar el gasto en sanidad en un 0,5% anual del PIB y expandir el seguro médico hasta el 95% de la población desde el 77% actual.
El sistema educativo peruano no está mucho mejor que la sanidad. El gasto en educación en 2011 se encontraba entre los más bajos del mundo, por lo que no debería sorprender que, en las últimas pruebas de matemáticas y lectura realizadas por la OCDE entre 65 naciones, Perú estaba entre los últimos países. El presupuesto de educación del país ha estado creciendo desde 2012, acercándose a la media regional, pero el gobierno tiene que compensar por años de un menor gasto en esta partida.
Por si unos niveles pésimos de sanidad y educación no fueran suficientes, un mayor número de robos, homicidios y de casos de extorsión se han convertido en una de las preocupaciones principales de los votantes. Fujimori apoya el despliegue de militares para proteger edificios del gobierno y la introducción de la pena de muerte para determinados crímenes. Kuczynski propone atajar las causas del aumento de la delincuencia, incluyendo una vigilancia inadecuada, embarazos en adolescentes y un mercado laboral precario.
A pesar de la precariedad de los servicios públicos, el gobierno tiene una buena posición para aumentar el gasto público, con un ratio de deuda por PIB superior al 20%. Perú es la economía de América del Sur que mejor ha soportado la caída de los precios de las materias primas gracias una mayor producción en las minas de cobre y aceleradores fiscales que permitieron al país reducir los impuestos e impulsar la inversión pública. La nueva administración tendrá que componer las ineficiencias del gasto público y tomar medidas drásticas contra la corrupción. Con casi un 25% de la población peruana viviendo por debajo del umbral de pobreza, si tras estas elecciones el crecimiento económico de la nación no se traduce en una mejora social, es muy probable que la población apoye políticas de redistribución más radicales y se oponga a la inversión extranjera en las siguientes elecciones de 2021.