Los factores ESG están atrayendo la atención de los propietarios de activos que invierten en fondos de mercados emergentes, y por buenos motivos, según la última edición de The Cerulli Edge—European Monthly Product Trends Edition de la firma de investigación y consultoría Cerulli Associates.
El hecho de que las economías de países como Rusia, China y Brasil se hayan basado tradicionalmente en sectores industriales y materias primas ha implicado que sus compañías nacionales no hayan tenido una buena puntuación en ESG en el pasado, sobre todo en lo que respecta a las consideraciones medioambientales.
Sin embargo, a medida que las economías emergentes han ido atrayendo a más inversores extranjeros -en particular aquellos que invierten a largo plazo como los fondos de pensiones y fondos soberanos- los reguladores locales han endurecido sus estándares de gobernanza empresarial y las compañías están más abiertas a involucrar a los accionistas, subrayan desde Cerulli.
Por ejemplo, tras el colapso de una represa de una minera en Brasil que mató a más de 240 personas, un consorcio internacional de inversores institucionales pidió que se mejoren las regulaciones de seguridad en el sector. Más de 300 empresas, entre ellas 37 de las 50 mayores mineras extractivas cotizadas, respondieron a las demandas de los inversores, comprometiéndose a ser más transparentes en sus operaciones.
Mejor rendimiento
Fabrizio Zumbo, director asociado de investigación sobre la gestión de activos en Europa en Cerulli, explicó que el mayor enfoque en ESG se está trasladando a un mejor rendimiento para los inversores en los fondos de mercados emergentes. “El rendimiento del índice ESG ciertamente sugiere que la aplicación de una capa de inversión responsable puede mejorar el rendimiento y reducir el riesgo”, añadió.
Zumbo citó varios ejemplos, entre ellos el ESG Leaders Index de MSCI. En los cinco años anteriores al 8 de noviembre de 2019, el índice tuvo un crecimiento de un 31,3%, frente a la expansión de un 21,5% del MSCI Emerging Markets Index en el mismo periodo.
Además, el número de activos bajo gestión (AuM) de ETFs domiciliados en Europa dedicados a mercados emergentes creció en más del doble desde finales de 2016, de 33.000 millones de euros a 68.000 millones de euros a finales de septiembre de 2019.