Hoy y mañana la Reserva Federal estadounidense tiene una nueva cita para decidir sobre los tipos de interés en Estados Unidos. Los gestores y analistas consultados consideran en su mayoría que la autoridad monetaria esperará al menos al mes de julio para tomar la decisión de subir las tasas por primera vez este año, aunque no hay un consenso total y no faltan quienes sí vaticinan una pronta subida, quizá mañana mismo.
“El 15 de junio puede que la Fed suba o no los tipos de interés por segunda vez en este ciclo. En nuestra opinión, se dan todas las condiciones para acometer dicha subida, pues el nivel de desempleo es compatible con una situación de pleno empleo y la inflación subyacente tiende al alza y se sitúa suficientemente cerca de la tasa objetivo. En el último cuarto de siglo, la Fed emprendió un ciclo de subidas en un plazo de 12 meses tras iniciarse un descenso del desempleo. Según esta sencilla métrica, la Fed debería haber realizado la primera subida de tipos antes de junio de 2011, es decir, hace cinco años. No malinterpreten nuestras palabras, no queremos decir que la Fed tomara la decisión equivocada y que debería haber subido los tipos mucho antes, sobre todo porque este parámetro no tiene en cuenta la magnitud de la última recesión. Lo que queremos expresar es que, habida cuenta de la dinámica del desempleo, el mercado de trabajo de EE.UU. está perdiendo fuelle, lo que confirma nuestra opinión de que el ciclo económico estadounidense se encuentra en su fase más avanzada, y que la Fed tiene la oportunidad de subir los tipos ahora y tal vez no durante mucho tiempo”, dice Yves Longchamp, responsable de Análisis de ETHENEA Independent Investors (Schweiz) AG.
Por eso, en la entidad creen que es una posibilidad cada vez más cercana: “La publicación el 18 de mayo de las actas de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de abril reavivó la posibilidad de una nueva subida de tipos en junio. Esto coincide con nuestra hipótesis de que se acometerán dos subidas de tipos durante el año en curso. Según los participantes del mercado, la probabilidad de una subida de tipos en junio se incrementó a finales de mayo desde un 7% hasta alrededor del 33%, pero posteriormente cayó al 0% después de los decepcionantes datos de empleo conocidos a principios de junio. Por un lado, esto refleja la bipolaridad de los participantes del mercado y, por otro, muestra la incapacidad del banco central más poderoso del mundo para ofrecer un escenario convincente a los participantes del mercado”, añade.
El resto de profesionales consultados creen que la Fed esperará, ante eventos como la votación del Brexit, las elecciones en España o en EE.UU., que llevarán volatilidad a los mercados. Sin olvidar los últimos datos de empleo en la economía americana: “La Fed no subirá los tipos el próximo miércoles. Los mercados financieros descuentan una probabilidad de cero. Por una parte, debido a la publicación de los datos de empleo de EE.UU. en mayo y de los índices ISM de junio, que han generado dudas sobre la fortaleza del crecimiento de Estados Unidos y, en segundo lugar, porque el riesgo de un posible Brexit persiste. El resultado del referéndum británico sigue siendo incierto y aunque sea positivo no va a significar el fin de la incertidumbre política: se avecinan elecciones legislativas en España y las elecciones presidenciales de Estados Unidos también alimentarán la volatilidad del mercado durante los próximos meses”, defiende Emmanuel Kragen, gestor de fondos multiactivos de La Financière de l’Echiquier.
El Brexit influirá en el nivel del dólar: “La pregunta fundamental es si los bancos centrales se coordinarán para estabilizar el dólar en caso de Brexit. En este escenario, la moneda de EE.UU. debería apreciarse como consecuencia de los temores de una posible ruptura de la zona euro. Sin embargo, una apreciación demasiado rápida y demasiado fuerte sería desestabilizadora tanto para las monedas emergentes como para el petróleo”, añade.
Y, si estos eventos lo permiten, la subida podría ser en julio: «Seguimos pensando que en caso de votar a favor de la permanencia del Reino Unido en la UE y de que el dato de creación de empleo de junio sea satisfactorio, la Fed podría elevar los tipos en julio. Esta posibilidad ha sido integrada en su mayoría por los mercados (20% de probabilidad). No obstante, será necesario realizar un trabajo de preparación (por lo general, la Fed no sube tipos cuando la probabilidad descontada por el mercado es inferior al 70%), pero, dadas las incertidumbres actuales, parece poco probable que la Fed se mueva en esa dirección esta semana. Pretende dejar que el mercado haga el trabajo en función de la evolución de los datos macroeconómicos para intervenir por segunda vez a mediados de julio”, añade.
En La Française también hablan de una posibilidad en julio, aunque creen que todo dependerá de lo que pase con el Brexit, entre otros factores: “Una subida de tipos en junio está claramente fuera de la mesa. La debilidad de los datos de empleo de la semana pasada ha puesto en duda que se produzca una subida de tipos en verano y las probabilidades de una alza de tipos en julio ha caído al 18%. Creemos que los últimos datos sobre ofertas de empleo y rotación laboral (JOLTS, por sus siglas en inglés) sugieren que la salud del mercado laboral se mantiene y podría ser sólo una anomalía. Dicho esto, creemos que un incremento de tipos en julio sigue siendo posible y los mercados están otorgando una probabilidad muy baja a que eso suceda, pero probablemente dependerá de los próximos datos sobre nóminas y del resultado del referéndum en Reino Unido”, comenta Hervé Chatot, gestor de Cross Asset & Absolute Return de La Française.
“La posibilidad de una subida de tipos de interés en junio ha naufragado. Siempre fue una opción dada la incertidumbre en torno al referéndum en Reino Unido, pero los decepcionantes datos de empleo han terminado con cualquier posibilidad de que se realice esta subida. Así que todo va a depender del tono que adopte la Fed. Yellen tiene que lograr un complicado equilibrio entre los miembros ‘hawiksh’ del comité, que están claramente ansiosos porque se produzca una subida y los ‘dovish’ que permanecen cautas. El compromiso seguramente será intentar dejar sobre la mesa una subida de tipos en julio sin que parezca que se está prometiendo nada al mercado”, añade Luke Bartholomew, gestor de Aberdeen AM.
“Aunque dé un paso atrás, hay una gran cantidad de evidencias que sugieren que estamos muy cerca de lograr el pleno empleo y es razonable creer que la inflación podría aumentar durante la segunda mitad del año. La Fed puede ver en los pésimos salarios que uno de los grandes problemas es el crecimiento de los salarios, que sigue siendo decepcionante. El otro factor que limita su actuación es el riesgo externo. La Fed se ha vuelto cada vez más consciente de los riesgos de fuera de Estados Unidos mientras las condiciones financieras parecen haberse vuelto extremadamente sensibles a los cambios de las previsiones en la política de la Fed. Por ahora, la Fed hace bien en esperar y ver. Pero las tensiones entre el mandato doméstico de la Fed y su deseo de estabilizar las condiciones internacionales pueden volverse más estresantes según pasa el tiempo”, añade.
“Lamentablemente, los ambiguos últimos datos económicos no ayudan para tomar una decisión. Sobre el mercado pesa la importante desaceleración en la creación de empleo en mayo. Por otro lado, otros datos como las ventas al por menor de abril fueron algo mejores apuntando a una aceleración del ritmo de crecimiento hasta niveles del 2,25 % en el segundo trimestre desde el 1% anualizado del primero. Dicen los analistas norteamericanos que los gobernadores regionales de la Fed están a favor de subir ya los tipos. Los consejeros de la Fed, según estas mismas fuentes, están en contra. Pero son los consejeros los que finalmente tomarán la decisión”, añade José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la AEB. “Aún no hay datos suficientes que lleven a la Fed a tomar una decisión tan importante. Además, entre los factores a valorar esta el deterioro del contexto exterior. A muy corto plazo, el referéndum británico y el aumento de la tensión financiera en China”, apostilla.