El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha abandonado su cargo por enfermedad: ¿qué consecuencias tiene esta resignación en el país del sol naciente? De momento, su retiro ya ha provocado caídas en bolsa pero apreciación de la divisa. Según informan desde Renta 4, el Nikkei llegó a retroceder el 3% el viernes, y el yen se apreciaba ligeramente. La nueva situación lleva a los expertos a plantearse si tras su partida continuará el “Abenomics” (estímulo monetario + fiscal + reformas estructurales).
Para Masaki Taketsume, gestor de renta variable japonesa de Schroders, la incertidumbre que este anuncio puede generar no debe restarle valor a un panorama alentador para la renta variable del país del sol naciente. El gestor de Schroders opina que la partida de Abe no debería distraer a los inversores de otros factores positivos, como la contención del virus o las mejoras en áreas como la gestión empresarial.
Asimismo, admite que el cambio de liderazgo político puede causar cierto nerviosismo en los mercados financieros, especialmente entre los inversores extranjeros. “Abe está muy identificado con los planes económicos de su gobierno, bajo el término «Abenomics». Esto ha implicado una agresiva flexibilización monetaria, el aumento del gasto del gobierno y la promulgación de reformas para hacer la economía japonesa más competitiva”, explica.
Entre sus posibles sucesores, se encuentran el secretario principal del Gabinete, Yoshihide Suga, el jefe de políticas del LDP, Fumio Kishida, el ministro de Defensa, Taro Kono, o el ex secretario general del LDP, Shigeru Ishiba.
Para el gestor de Schroders, ésta puede ser una buena oportunidad para que un nuevo líder refresque el gabinete y reenfoque la respuesta a la pandemia. “El próximo primer ministro puede traer algunas diferencias en el énfasis de varias reformas estructurales, pero en general esperaríamos la continuidad de la política fiscal. La política monetaria del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, también se mantendrá sin cambios”, apunta.
Para Paul Brain, director de renta fija de Newton y gestor de cartera del BNY Mellon Global Dynamic Bond Fund, es importante que se mantenga cierta estabilidad en el Banco de Japón a futuro. «Las políticas del Banco de Japón y las compras de bonos del gobierno japonés han sido una de las piedras angulares de las políticas de Japón en los últimos cinco o seis años», señala. «Para cualquier nuevo primer ministro la pregunta será si se puede hacer más en términos de estímulo gubernamental. Las políticas fiscales y las políticas tributarias serán muy esperadas en los mercados», completa.
Un mal momento
Más negativo respecto a su partida se ha mostrado el gestor de renta variable japonesa Dan Carter, de Jupiter Asset Management, quien considera que su marcha, aunque esperada por su historial de mala salud, no llega en un buen momento. “El momento -en medio de una pandemia mundial y su consiguiente agitación económica, y con unas elecciones en EE.UU. en un futuro próximo- es desafortunado. Esta inyección de incertidumbre política interna general es probablemente el impacto más significativo del anuncio. Afortunadamente, Abe hace tiempo que dejó de ser el tótem del renacimiento económico y del mercado japonés que fue en su día, por lo que su partida es considerablemente menos preocupante de lo que hubiera sido hace cinco años”, apunta.
Con todo, desde Jupiter AM también esperan que en la era “pos-Abe” la agenda política no sea muy diferente. “Para nosotros la política japonesa a menudo se ha reducido al viejo cliché «mismo vino, diferente botella», expresa. “Abe ha anunciado que continuará como primer ministro hasta que se elija un sucesor y esto debe ser visto como una buena noticia ya que limita la rotación en el puesto más alto y hace más probable que los estadistas mayores propensos a la corrupción, como el primer ministro adjunto, Taro Aso, sean descartados”, completa.
Japón, respaldado por los balances sólidos de las empresas
El gestor de Schroders ha insistido en los ingredientes con los que cuenta Japón para capear el temporal, y defiende que es probable que Japón experimente una progresión más suave a través de la recesión y la recuperación sin los enormes trastornos que se han observado en otros lugares.
Uno de los puntos fuertes que localiza son los sólidos balances de las empresas japones que, a su parecer, las dejan en buena posición para enfrentarse a una crisis mundial.
El gestor añade que la fortaleza de los balances corporativos de firmas que cotizan en bolsa en Japón está emergiendo como una clara ventaja competitiva. Si bien ya estamos viendo un impacto significativo en los beneficios corporativos en Japón por el repentino ataque de una recesión mundial, desde Schroders consideran que las empresas están en una posición financiera lo suficientemente fuerte como para resistir esta situación.
Respecto al efecto que puede tener este cambio en el mercado de bonos japonés, el experto de BNY Mellon defiende que los inversores no deben esperar ningún cambio importante, ya que el mercado está controlado (y probablemente siga estándolo a futuro) por el Banco de Japón y el Tesoro. Respecto al yen, Brain cree que existe la posibilidad de que el yen japonés se vea perjudicado por la incertidumbre política. «Con el dólar estadounidense debilitado por la continua política monetaria relajada, quizás el yen no caiga demasiado en comparación, pero otras monedas como el euro y las monedas basadas en productos básicos pueden tener mejores valoraciones», argumenta.
Un blance mixto de su trayectoria
El gestor de Jupiter AM hace un balance mixto del liderazgo de Abe: “Su elección para el cargo de gobernador del Banco de Japón (cuyo mandato se extiende hasta el año 2021), Haruhiko Kuroda, ha sido una agresiva imprenta de dinero, y su presión sobre el sector empresarial para que exprima más de su capital social ha dado lugar a una mejor gobernanza empresarial y a un movimiento hacia una gestión más favorable a los accionistas”, justifica.
Por otro lado, considera que su éxito en la reforma fiscal es más difícil de determinar con impuestos empresariales reducidos por un lado y un mayor impuesto sobre el consumo por el otro. “Su muy publicitada Tercera Flecha de la reforma estructural, que hizo que los inversores extranjeros echaran espuma por la boca ante la perspectiva de posibles cambios en el mercado laboral, y el papel de la mujer en la sociedad y la economía, ha tenido un éxito mucho más limitado”, añade.
Por su parte, Paul Brain considera que deja el legado de su enfoque único en la combinación de la política monetaria y fiscal. «Sin las tres flechas de Abenomics, que se centran en la política monetaria agresiva, la consolidación fiscal y la estrategia de crecimiento, es probable que Japón hubiera estado en una posición más difícil que durante su mandato. Esta combinación única ya se ha extendido a otras economías importantes, especialmente durante la crisis del COVID-19, en la que hemos visto un aumento significativo en la combinación de política monetaria y fiscal», apunta.