Comienza el segundo día de reuniones en Jackson Hole y todas las miradas están puestas en Jerome Powell, quien intervendrá hoy pudiendo facilitar más pistas acerca de la política de la Fed en los próximos meses. Pero, a pesar de que se contemplaba la posibilidad, la mayoría de los expertos coinciden en que Jackson Hole ya no será el escenario donde se anuncie una retirada de estímulos.
Sin garantía de que vaya a exponer en detalle el proceso de tapering, Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo BHF, explica que el debate sigue pendiente de la reunión del FOMC (Federal Open Market Committee) del 22 de septiembre, en la que es más probable que se anuncie un posible cambio de política monetaria. Para entonces, la Fed dispondrá de un nuevo informe mensual sobre el empleo (3 de septiembre) y sobre la inflación del IPC (14 de septiembre).
Garrett Melson, gestor de carteras de Natixis IM, señala que “escuchando a los principales miembros votantes de la Fed, está claro que Jackson Hole no será el lugar donde se reconozca este hecho”. Tal y como explica, a principios de este año, muchos participantes del mercado anticipaban que Jackson Hole sería el lugar donde Powell probablemente anunciaría sus planes de reducción. Pero esa opinión tenía dos defectos. “En primer lugar, Jackson Hole rara vez ha sido un evento clave para el mercado. En segundo lugar, lo más importante es que Powell ha sido claro en que los planes de tapering se telegrafiarían con mucha antelación una vez que el FOMC determinara que se ha hecho un progreso sustancial hacia sus objetivos de doble mandato”, apunta.
Silvia dall’Angelo, economista senior de la gestora Federated Hermes, quien también opina que es poco probable que la Fed proporcione mucha información nueva al respecto del tapering, cree que las recientes comunicaciones de la Fed, incluidas las actas de la reunión de julio, sugieren, en general, que el anuncio del tapering tendrá lugar en noviembre o diciembre.
Tras las actas de la reunión del 18 de agosto, Olivia Álvarez, analista de MONEX EUROPE, considera que los mercados parecen moderadamente más inclinados hacia una reducción temprana de las compras, mientras un mayor número de expertos indica un posible anuncio del tapering en la reunión de septiembre. “En nuestra visión, la Fed también se acerca a un momento crucial en su comunicación de política, pero el actual entorno de riesgos probablemente implique un tono más cauteloso hacia una retirada temprana de los estímulos”, valora.
El economista jefe de T. Rowe Price en EE. UU., Alan Levenson, tampoco espera grandes sorpresas del discurso de Powell en relación con el mensaje transmitido en su conferencia de prensa del 28 de julio y las actas de la reunión del FOMC de ese día. «En lo que respecta a las compras de activos de la Fed, el consenso del FOMC que se desprende de las actas del 28 de julio es que se ha alcanzado el umbral de «avance sustancial» para iniciar la reducción de las compras en relación con el objetivo de inflación del 2% de la Fed, pero no en relación con su objetivo de «máximo empleo». Los responsables de la política monetaria indicaron que es probable que el tapering comience a finales de este año o a principios de 2022, siempre que la economía siga evolucionando como esperan», explica.
Para Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors, la cumbre de banqueros centrales será una oportunidad para que el presidente de la Reserva Federal de EE.UU. aclare su críptica declaración de junio de que la Fed estaba «pensando en pensar en» comenzar una reducción de las compras de activos. «En Jackson Hole, el Sr. Powell debería ser claro pero cauto en cuanto al calendario para el inicio del tapering. Para los inversores, la comunicación en torno al tapering es una de las decisiones más esperadas en la historia de los bancos centrales, y un retraso de unos meses no debería preocuparles».
Septiembre también podría ser una fecha clave para James McCann, Deputy Chief Economist en Aberdeen Standard Investments, quien cree que Powel podría dar entonces una señal más sustantiva, en línea con las decisiones tomadas por la Fed en esa reunión. Asimismo, considera probable que reste importancia a la relación entre el tapering y un eventual ajuste de los tipos de interés, dejando de lado la segunda cuestión. «Si lo que se espera son fuegos artificiales, esta no es la ocasión», advierte.
¿Por qué se retrasa el tapering?
En el retraso del tapering intervienen varios factores, entre los que destaca la variante delta del coronavirus y sus efectos en la estabilidad y certidumbre. Al respecto, Olivia Álvarez aclara que, si bien el incremento sostenido de casos en esta nueva ola no se ha traducido en restricciones severas, los datos revelan un impacto notable en la confianza de los consumidores y las intenciones de compras. A estas tensiones, la experta suma los crecientes signos de débil crecimiento en China, con potenciales riesgos para el panorama global este año. “De conjunto, estos desarrollos redundan en un escenario de alta incertidumbre visible en los mercados financieros: los rendimientos de los bonos a 10 años oscilan en el rango más bajo desde marzo pese a expectativas de ajuste monetario, los índices bursátiles mundiales han registrado pérdidas recientes y el índice DXY dólar apenas rebota de sus máximos de 9 meses”, analiza.
A pesar del consenso de que Jackson Hole ya no será precisamente el marco para un anuncio del tapering, las recomendaciones de política dentro del propio seno de la Fed se mantienen muy divididas. Por un lado, según destaca Olivia Álvarez, están los defensores de un ajuste temprano. Otro grupo más prudente aboga por una evaluación más completa del panorama económico antes de tomar una decisión sobre el tapering. Bajo este criterio, cree que el anuncio de los planes de reducción de compras podría dejarse para la reunión de noviembre.
Mohammed Kazmi, Portfolio Manager & Macro Strategist de Union Bancaire Privée (UBP), admite que lo más probable es que la advertencia avanzada sobre el tapering por parte de Powell llegue en la reunión de la Fed de septiembre. “No esperamos que el presidente de la Fed, Powell, proporcione ninguna nueva orientación importante en Jackson Hole, ya que la Fed sigue observando la reciente propagación de la variante delta en los Estados Unidos. Por ahora, pensamos que el presidente de la Fed repetirá sus comentarios de la última conferencia de prensa, donde dijo que no ven efectos importantes para la economía por la tensión delta”.
Mondher Bettaieb-Loriot, jefe de Bonos Corporativos en Vontobel, también considera que el tapering se retrasará debido, principalmente, a la variante delta, sumado a un panorama de empleo desequilibrado y el aumento de la desigualdad. “Con este telón de fondo, es muy posible que se hable de la reducción de las compras de activos en la reunión de este año, pero que no se actúe hasta bien entrado el año 2022”, prevé.
¿Qué efecto tendrá el taper en los mercados?
Para Chris Iggo, el anuncio del tapering «podría tener un efecto relativamente limitado. El diablo estará en los detalles (cuánto y en qué plazo). El impacto a medio plazo es que cambia el equilibrio relativo de la oferta y la demanda en el mercado del Tesoro estadounidense», lo que debería «significar un mayor rendimiento de los bonos».
Charles Diebel, director de renta fija de Mediolanum International Funds Ltd (MIFL), señala que el taper en sí mismo ha sido muy bien señalado y que es poco probable que sea un catalizador para una venta importante del mercado. “Tradicionalmente se ha visto que el final de la curva se comporta bien, ya que el proceso mejora las perspectivas de inflación a medio plazo al anunciar un endurecimiento progresivo de las condiciones monetarias. La única advertencia real a esta perspectiva es que, si los datos no se producen, esto retrasaría el proceso al no cumplir con la «mejora suficiente» que el FOMC ha estado buscando”, señala.
Garrett Melson también considera que el tapering probablemente no tenga consecuencias para los mercados. “En realidad, sólo importa en la medida en que los participantes en el mercado lo consideren importante. E incluso eso es mucho menos de lo que ha sido en el pasado. Todo el mundo sabe que se avecina. Si se ha anunciado o no, no importa realmente, ya que se sabe desde hace meses que está en el horizonte. La Fed ha estado haciendo exactamente lo que dijo que iba a hacer. Avisando con mucha antelación. Pivotando lentamente hacia el tapering con más tiempo entre el anuncio y el comienzo real de un tapering lento y medido”.
Por su parte, Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, también ve poco probable que el anuncio del tapering provoque una gran conmoción en el mercado, aunque insiste en que la curva del Tesoro estadounidense debería volver a empinarse. «El mercado simplemente ha tenido mucho tiempo para prepararse para el tapering. La verdadera conmoción llegará cuando se inicie el debate sobre un ciclo de subida de tipos de la Fed. Lo que depende fundamentalmente del debate de si la inflación es transitoria -los primeros indicios sugieren que lo es-, aunque es probable que los salarios y los alquileres constituyan una presión persistente», añade.