Las profesoras en finanzas de la Universidad de Sevilla María José Palacín y Carmen Pérez han presentado en la Bolsa de Madrid el informe “El MARF y su contribución al crecimiento empresarial”. En el documento se indica que las empresas emisoras del MARF aportan una cifra de negocio de 78.000 millones de euros a la economía española, mantienen 388.000 puestos de trabajo y tienen una capacidad de financiación actual -en términos de saldo vivo- de 6.000 millones.
Durante su presentación, Gonzalo Gómez Retuerto, director general de BME Renta Fija y del MARF, ha destacado la contribución del MARF “al crecimiento y la expansión” de más de 100 empresas con todo tipo de instrumentos de renta fija en un mercado con ocho años de experiencia. También ha querido recalcar la capacidad de adaptación que ha desarrollado, ante el impacto de la pandemia, en términos de liquidez canalizando ayudas públicas.
Rosario Casero, directora general de negocios de ICO, ha explicado que la contribución del ICO se ha centrado en el lanzamiento tanto de productos de inversión como de gestión de avales públicos a través del MARF, siempre bajo esquemas de colaboración público-privada.
“La financiación alternativa al crédito bancario tradicional es necesaria para el proceso de crecimiento de las empresas y, de manera muy especial, en los momentos más difíciles”, concluye.
Así, la profesora Palacín confirma que el MARF ha cumplido con su objetivo: “facilitar una alternativa de financiación accesible que les permitan reducir su dependencia del crédito bancario”. Por su parte, Domingo García Coto, director del Servicio de Estudios de BME, añade que la posibilidad ofrecida a las empresas al diversificar la estructura de la financiación combinando crédito y deuda cotizada “proporciona una mayor estabilidad a las compañías y está relacionada con un mayor volumen de inversión”.
Conclusiones de las compañías emisoras
Por sectores, el estudio señala que el 24% de las empresas emisoras pertenece al sector de materiales básicos, industria y construcción, el 22% a los sectores de productos y servicios de consumo y un 16% a compañías ligadas al petróleo y la energía.
También cotizan compañías proveedoras de servicios financieros (10%), servicios inmobiliarios (9%) y tecnología y telecomunicaciones (5%).
Por distribución geográfica, de las 100 empresas emisoras, seis son portuguesas, una es holandesa y otra británica. La Comunidad de Madrid concentra el 48% de las compañías con sede en España; le siguen el País Vasco (18%) y Cataluña (7%).
Por longevidad, casi la mitad de las compañías emisoras no financieras del MARF tiene más de 20 años de antigüedad, un tercio tiene entre 10 y 20 años de vida y el quinto restante, menos de 10.
Por tamaño, el 65% de ellas son empresas de gran tamaño (más de 250 empleados), mientras que el 35% restante se reparte igualitariamente entre las medianas (de 250 a 50 trabajadores) y las pequeñas (menos de 50).
Por distribución de su capital, el 65% de los emisores son compañías no cotizadas, lo que significa que el MARF supone para ellas la puerta de entrada a los mercados de capitales. Otro 31% cotiza en la Bolsa y el 4% restante, en BME Growth.
Conclusiones de las emisiones
El 45% del saldo vivo está colocado en pagarés, el 35% en bonos y el 20% restante, en titulizaciones y productos con garantía hipotecaria.
En los últimos años se han visto también bonos Contingentes Convertibles (CoCos), dos emisiones de cédulas hipotecarias y 5 operaciones de bonos verdes o sostenibles. Por vencimiento, encontramos desde bonos de proyecto que han superado los 30 años de duración a los pagarés a plazos de sólo tres días.
La TIR media ha pasado del 7,50% al 3,85% en los siete años y medio de vida del MARF. El informe destaca que una vez que entran en el mercado, un gran número de compañías repite en años posteriores, en unas condiciones de mercado que les ha permitido alargar duraciones y reducir las rentabilidades ofrecidas y mejorar así su estructura financiera.
El 73% de las emisiones se realiza por un importe inferior a los 40 millones de euros.