Mientras que el rally de fin de mes en los activos de riesgo ha reparado algunos de los daños causados por el lunes negro del pasado agosto, la ferocidad de la oleada de ventas no se podrá olvidar rápidamente, estima Paul O’Connor, co-responsable del área de Multiactivos en Henderson Global Investors. La pregunta que nubla ahora las perspectivas del mercado es si las recientes turbulencias eran sólo una mera corrección o el principio del fin de un mercado alcista en la renta variable que dura ya seis años.
Casi todos los indicadores tácticos analizados por Henderson en la última semana del mes respaldan la opción de que habrá un rebote en el mercado. Tanto los precios de las acciones como los datos de flujos de capital revelaron una liquidación masiva de activos de todas las clases, con salidas récord de todos los activos de riesgo. Los datos que miden la confianza del mercado, incluyendo precios de las opciones y las encuestas entre los inversores, apuntan todos en la misma dirección, mostrando pánico y capitulación en una escala que normalmente se asocian con los puntos más bajos del mercado a corto plazo.
«Con esto en mente, hemos recogido beneficios en los bonos del Tesoro estadounidenses comprados a principios de verano, y hemos incluido en nuestra cartera algunos bonos investment grade. Además hemos rotado algunas posiciones de renta variable. Estos han sido movimientos simplemente tácticos. Estratégicamente, seguimos estando posicionados defensivamente, con cautela, porque las cuestiones macroeconómicas que han movido los mercados en agosto están sin resolver. Sin embargo, no creemos que estas tensiones se vayan a volver tan agudas como para terminar con el mercado alcista, el riesgo de que esto ocurra es suficientemente alto como para justificar una postura defensiva hasta que el panorama mejore», dice el co-responsable del área de Multiactivos.
Respuestas poco convincentes
Las preocupaciones de la firma siguen centradas en China y los mercados emergentes. El panorama general en las principales economías es un punto a favor del crecimiento y la recuperación económica, pero cuando nos fijamos en las economías emergentes, vemos un impulso económico pobre, fragilidades financieras y pocas respuestas políticas convincentes. «Todo indica que el crecimiento en las principales economías del mundo este año va a ser el más alto desde 2010, mientras que el crecimiento en las economías emergentes probablemente será el más débil desde 2009», afirma O’Connor.
Con su repentina devaluación, China ha estado en el centro de la reciente tormenta y ha sido un factor clave en la oleada de ventas global. Además, una amplia gama de indicadores revelan que el crecimiento chino será significativamente más bajo que la última cifra publicada este semeste del 7% interanual. Por otra parte, opina el portfolio manager de Henderson, las medidas adoptadas han sido poco inconsistentes y poco convincentes, lo que sugiere que las autoridades del país están luchando para cumplir con sus principales objetivos: la reactivación del crecimiento, la estabilización de las bolsas y poner freno a la salida de capitales.
Emergentes frágiles
Una de las principales preocupaciones ahora mismo de la gestora y, en general, de todo el mercado, es el efecto que tendrán los problemas de China en otras economías emergentes. Muchos de ellas sufren ya un crecimiento débil, altos niveles de deuda, y la salida de capitales extranjeros. Dado que las medidas de política monetaria que pueden adoptar son limitadas, los mercados se están ajustando drásticamente. Esto se ha visto reflejado en las grandes caídas en las divisas emergentes vistas en las últimas semanas y el aumento de los costes de endeudamiento. Esta vez en lugar de una crisis de deuda soberana, es probable que el riesgo principal sea de ‘default’ en el sector privado.
Sin embargo, la reciente magnitud de venta de activos de los mercados emergentes sugiere que estas preocupaciones ya están descontadas por el mercado, lo que ofrece esperanza de un rebote táctico. Además, es poco probable que los principales mercados puedan desacoplarse de lo que suceda en los emergentes, estima O’Connor.
«Es probable que sea necesario un conjunto de medidas más decisivas de las autoridades chinas para ver una recuperación sostenible en los mercados globales. En 2008-2009, las efectivas medidas adoptadas por las autoridades chinas ayudaron a poner en marcha la senda alcista global. Seis años después, los mercados parecen seguir siendo tan dependientes de China», concluye el gestor.