La escalada bélica entre Palestina e Israel en la franja de Gaza tras los atentados de Hamas el fin de semana tienen consecuencias en los mercados que, por ahora, parece que no van a ir a más. Con todo, los expertos no van a dejar de quitar el ojo a la situación, por si una sobrerreacción de los mercados hace aflorar oportunidades de inversión.
En Monex Europe recuerdan que los mayores movimientos, por ahora, se concentran en gran medida en activos vinculados directamente a las partes implicadas, con una caída de la divisa isrealí, el shekel, cercana al 2% antes de que el Banco de Israel anunciara planes para vender hasta 30.000 millones de dólares en divisas y suministrar otros 15.000 millones a través de swaps “para proporcionar liquidez y suavizar la volatilidad del mercado”. Mientras tanto, el petróleo escaló, al confirmarse que Hamas obtuvo el apoyo de Irán, lo que aumenta la preocupación por la desestabilización de la región.
En este sentido, Benjamin Melman, Global CIO Edmond de Rothschild AM, explica que la dramatización de la situación “implica a protagonistas no productores de petróleo cuyo impacto en la escena económica global sigue siendo limitado” y cita como principal amenaza “una conflagración regional, con el riesgo de una guerra entre Irán e Israel que se avecina, con repercusiones de gran alcance”.
En este punto, Melman es consciente de que Irán no sólo es un importante productor de petróleo, “sino que también tiene capacidad para bloquear el estrecho de Ormuz, como ya ha hecho en el pasado y, puede destruir fácilmente los yacimientos petrolíferos vecinos”, aunque, por ahora, la reacción del fin de semana de Hezbolá, brazo armado de Irán, fue bastante simbólica y no apunta abiertamente a una acción coordinada de Teherán.
Aunque el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ha anunciado una «guerra larga y compleja», cabe pensar, según el experto, que “nadie sabe en este momento si se mantendrá en el ámbito de las operaciones ya vistas en el pasado o si la onda expansiva implicará una reacción tal que podría conducir a una extensión del conflicto”. Por lo tanto, Melman ve “lógica” la acumulación de una prima de riesgo en los mercados». Eso sí, “en esta fase, no se presenta ninguna oportunidad particular, ni exige una revisión de nuestra política de asignación de activos. Por lo tanto, estamos a la espera de nuevos acontecimientos antes de tomar una posición”.
Pero otros estrategas sí se posicionan ante el conflicto desde los primeros momentos. Uno de ellos es Maximilien Macmillan, Investment Director de abrdn, que admite que le gusta el dólar “por sus características defensivas” frente a este tipo de shock y que mantendrá “un bajo nivel de riesgo corporativo y de duración hasta que veamos pruebas de que este episodio de deterioro del sentimiento y de revalorización alcista de los tipos ha llegado a su fin”.
El experto no deja de recordar que “los shocks de este tipo son estanflacionarios por su propia naturaleza y, por lo tanto, resultarán especialmente difíciles de manejar por parte de los responsables políticos que tienen que hacer malabarismos para equilibrar el crecimiento y la inflación con los que ya están luchando”.
Franco Macchiavelli, responsable de análisis en Admirals España, no descarta una perturbación en los mercados financieros que provocaría turbulencias. “Los mercados miran con atención el posible contagio a la renta variable en caso de una escalada mayor que incluya la participación e intervención de otras naciones, todo ello en medio de la lucha contra la inflación, que podría desmoronarse y suponer un importante riesgo de aceleración de los precios y el combustible.
El reciente enfrentamiento puede impactar negativamente en los precios del crudo, pudiendo superar los 100 dólares por barril a corto plazo”, asegura el experto.
Precisamente, apunta a Rusia y Venezuela como hipotéticos beneficiados en este contexto, ya que “ambos países enfrentan sanciones que han afectado sus exportaciones de petróleo”, por lo tanto, si Washington decide imponer sanciones adicionales a Irán, “podría abrir la puerta para que las exportaciones petroleras sancionadas por Rusia ganen participación en el mercado y obtengan precios más altos.
Además, Venezuela también podría beneficiarse si la administración estadounidense opta por aliviar las sanciones como medida para aliviar la presión en el mercado petrolero”. El experto concluye que la evolución de las próximas semanas será crucial para determinar el escenario global y mayores implicaciones en términos geopolíticos y macroeconómicos, pero hasta entonces, “el mercado podría optar por el risk-off como movimiento prudente, mostrando mayor aversión al riesgo y optando por valores refugio”.
Para Nitesh Shah, Head of Commodities & Macroeconomic Research de WisdomTree, el apoyo de Irán a Hamás «probablemente hará que éste sea atacado por Israel». Además, «es poco probable que veamos un mayor deshielo de las relaciones entre Estados Unidos e Irán y la capacidad de éste para expandir la producción de petróleo se verá cuestionada. Por lo tanto, habrá alicientes para la subida del crudo.
Norbert Rücker, Head Economics and Next Generation Research de Julius Baer, señala que “la conmoción geopolítica” parece impulsar los flujos de activos refugio, “lo que eleva los precios del petróleo y el oro y presiona a la baja las rentabilidades de la deuda” y, tras reconocer que seguirá de cerca los acontecimientos, “creemos que es poco probable que se trate de un cambio tectónico en la geopolítica con repercusiones duraderas”. Rücker asegura que, al menos desde la perspectiva de las materias primas, “la geopolítica tiende a ser un elemento de ruido más que una fuerza fundamental duradera e impactante” y, aunque seguirá de cerca la situación, cree que “por el momento, lo más probable es que los acontecimientos sigan el guión geopolítico habitual”.