La caída del superávit en la balanza por cuenta corriente de China ha recibido mucha atención recientemente. La caída del superávit llega tras una gran salida de capital entre 2014 y 2016. En medio de esta turbulencia, los inversores extranjeros están asignando cada vez más y más fondos en China. ¿Cómo deberían actuar los inversores?
Según apuntan Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, y Kristjan Mee, estratega de inversión y analista de la gestora, el saldo de la balanza por cuenta corriente en el primer trimestre de 2018 entró en déficit por primera vez desde 2001. Mientras que el déficit podría haber sido parcialmente explicado en parte por un factor estacional, los siguientes trimestres han demostrado que no era una incidencia pasajera. El superávit de los cuatro trimestres consecutivos era solo del 0,4% en el cuatro trimestre de 2018. A nivel económico, el superávit de la cuenta corriente que se está desvaneciendo indica un cambio fundamental importante: la gran reserva de ahorro doméstico ha sido utilizada casi en su totalidad en la financiación del alto grado de inversión.
El cambio hacia un menor superávit se ve facilitado principalmente por la debilidad de las exportaciones de bienes manufacturados y el incremento del turismo chino hacia el exterior. Si bien el enfriamiento de la economía y unos menores precios del crudo podrían haber desacelerado el deterioro, los factores estructurales, como el envejecimiento de la población y el incremento de los salarios, deberían seguir ejerciendo presión a la baja sobre el saldo por cuenta corriente.
El superávit de la cuenta corriente se ha evaporado
El déficit potencial de la balanza por cuenta corriente es negativo para el renminbi y la financiación de este déficit es clave para determinar lo negativo que resultará. Al abrir finalmente sus mercados financieros a los inversores extranjeros, China ha comenzado a atraer flujos institucionales importantes. En los últimos cinco trimestres, los flujos de entrada procedentes de carteras extranjeras han ascendido a 247.000 millones de dólares. La inclusión de China en los índices globales de referencia en los próximos años podría atraer cientos de miles de millones de flujos de entrada adicionales.
Una mayor participación extranjera en el mercado local es un paso necesario en el proceso de internacionalización del renminbi y los flujos de entrada podrían financiar al menos parte del potencial déficit por cuenta corriente. Sin embargo, la entrada de flujos de inversión extranjeros es, hasta cierto punto, dependiente del sentimiento económico. Al permitir una mayor participación extranjera en el mercado local, la habilidad de las autoridades de controlar los movimientos de divisa se reducirá.
Los flujos de entrada en la cartera de inversión han aumentado considerablemente desde 2017
De forma preocupante, la debilidad en el renminbi revivió las salidas de capital en la segunda mitad de 2018. La cuenta de omisiones y errores persistentemente negativos muestra que los residentes chinos continúan encontrando formas de evadir los controles de capital. Además, el considerable saldo de los pasivos externos se cierne sobre la cuenta de capital, lo que proporciona un impulso potencial para los flujos de salida.
Desde julio de 2018, el Banco Popular de China ha tomado múltiples medidas para soportar el renminbi. Esto, junto con el progreso en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, ha llevado a un pequeño repunte en la moneda. De cara al futuro, China enfrenta una difícil elección entre estabilizar la moneda y apoyar la economía. Las enormes reservas en divisas extranjeras pueden proporcionar algo de alivio, pero probablemente no sean lo suficientemente grandes como para actuar como un soporte en el caso de que se den salidas de capital sustanciales. Dada la falta de alternativas, el Banco Popular de China se podría ver forzado a dejar que el renminbi fluctúe si la presión sobre la divisa es demasiado grande.
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