En este tiempo de volatilidad y cambio de paradigma de mercado, la palabra recesión suena con fuerza y nos visualiza, de nuevo, en la última crisis de 2008. Los expertos insisten en que la situación es diferente, en especial respecto al sistema financiero y las entidades financieras, que no viven el mismo momento de debilidad. De hecho, según el último informe elaborado por Moody’s, los bancos mundiales estarán protegidos de un aumento de la morosidad en 2023 gracias a la subida de los tipos de interés y a la solidez de las reservas. En este sentido, la firma mantiene una perspectivas estables para el sector bancario.
“Los bancos presentarán unos beneficios sólidos en 2023. El aumento de los márgenes de intereses permitirá una generación continua de capital además de un capital ya fuerte, mientras que la liquidez y la financiación seguirán siendo sólidas, incluso cuando las sombrías condiciones económicas en gran parte del mundo hagan que se deteriore el rendimiento de los préstamos. La solvencia de los bancos se mantendrá en general estable”, afirma Edoardo Calandro, vicepresidente senior de crédito de Moody’s.
Entre las conclusiones, el informe explica que los bancos se enfrentan a un entorno macroeconómico débil y más volátil, que podría suponer un ralentizamiento del crecimiento económico global en 2023. “La elevada inflación, los cambios geopolíticos y la volatilidad de los mercados financieros están perjudicando a los hogares y a las empresas, y existe un riesgo considerable de que se produzcan nuevas perturbaciones. En cambio, el desempleo, un indicador clave del riesgo crediticio para los hogares, se mantendrá por debajo de la media de 20 años en la mayoría de los países del G-20”, indican las conclusiones.
En este contexto, Moody’s considera que el rendimiento de los préstamos se deteriorará moderadamente a partir de niveles elevados a medida que expiren las medidas COVID-19 para sostener el sistema financiero, el crecimiento económico se debilite, las perspectivas inciertas socaven la confianza y el aumento de los tipos de interés ponga en tela de juicio la asequibilidad de la deuda.
Sin embargo, el impacto que tendrá todo esto en los fundamentales de las entidades financieras será menor que en otras ocasiones porque, como indican desde Moody’s, las pérdidas de préstamos se mantendrán contenidas gracias a las normas de suscripción más estrictas de los últimos 10 años, a la reducción de la exposición a clases de activos de mayor riesgo y a la fuerte provisión para pérdidas de préstamos. “La formación de préstamos problemáticos será probablemente mayor en los mercados emergentes altamente dolarizados, mientras que muchos bancos de los países productores de energía se beneficiarán de la subida de los precios del petróleo”, matizan.
Por otro lado, la subida de los tipos de interés y la solidez de las reservas protegerán a los bancos del aumento de la morosidad. Por eso, Moody’s prevé que, a pesar de las difíciles condiciones operativas, los bancos registrarán sólidos beneficios en 2023: “El aumento de los ingresos netos por intereses y la solidez de las reservas constituidas durante la pandemia compensarán un aumento moderado de los costes operativos inducido por la inflación y el debilitamiento de la calidad de la cartera de préstamos. Los bancos de América del Norte, Oriente Medio, algunos países de Europa Occidental y Asia-Pacífico (excluida China) serán los más beneficiados por la subida de los tipos”.
En cuanto a sus fundamentales, el informe de Moody’s estima que el capital de los bancos de todo el mundo seguirá siendo sólido. Según argumentan, “los ratios de capital se mantendrán en general estables en todas las regiones, ya que la sólida rentabilidad permite a los bancos generar capital internamente y los requisitos reglamentarios siguen siendo elevados. La retención de beneficios superará el aumento de los activos ponderados por riesgo y las distribuciones a los accionistas”.
A esto se suma que, también según las estimaciones de su documento, la financiación y la liquidez seguirán siendo fuertes. Para los analistas de Moody’s, es probable que los depósitos se mantengan muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia durante al menos los próximos 12 a 18 meses, y los requisitos de deuda de rescate ya se han cumplido en gran medida en la mayoría de las economías avanzadas. “Esto y un punto de partida fuerte significan que los bancos seguirán bien financiados a lo largo de 2023, incluso cuando los bancos centrales continúen drenando la liquidez mediante el ajuste cuantitativo”, concluyen.