El impacto de la pandemia fue el principal punto de interés en 2020, según el último informe de Ebury sobre el nuevo ciclo de la política monetaria en el mundo y su impacto en el mercado de divisas. La firma concluye que el miedo en los mercados trasladado al mercado de las divisas conllevó al fortalecimiento de las divisas seguras y a mínimos históricos a otras de los mercados emergentes. Sin embargo, esta tendencia se ha modificado a raíz de la campaña de vacunación.
«La economía se ha reactivado y se observan mejoras significativas en una serie de indicadores, especialmente en los datos más actuales y las previsiones de los índices PMI. Desde que se alcanzara el punto álgido del miedo en los mercados, dicha tendencia ha cambiado considerablemente, ya que el ánimo de los mercados está mejorando tras el éxito de las campañas de vacunación en muchos países, sobre todo en los desarrollados. Esta circunstancia ha permitido relajar las duras restricciones impuestas a raíz del virus y ha propiciado una intensa reactivación de la actividad económica», explica Ebury en su informe.
Si bien el COVID-19 o sus variantes no han desaparecido, la vacunación masiva disminuye sus efectos. De esta forma, se puede tomar a Reino Unido como país de referencia en el que con más del 65% de su población vacunada con la pauta completa, la virulencia del COVID-19 se reduce significativamente en el número de hospitalizaciones y fallecimientos en comparación a anteriores olas.
En contraposición, los países con tasas de vacunación más bajas, especialmente los emergentes, siguen siendo más vulnerables. No obstante, en estas regiones se está viendo un repunte de vacunación en sus zonas económicas clave por lo que se observan “movimientos idiosincrásicos” de los contagios.
Presiones inflacionistas
Con este contexto de fondo, el mercado vuelve a centrarse en la política monetaria. Con las presiones inflacionistas aumentando, algunos bancos centrales como el ruso y brasileño han iniciado subidas en los tipos en un total de 225 puntos básicos, manteniendo la puerta abierta a un mayor endurecimiento. Por ejemplo, en junio se observó una evolución similar en Europa Central y del Este, con los bancos centrales de Hungría y República Checa. Al otro lado del Océano Atlántico, México también endureció su política monetaria en verano, con una subida inesperada del tipo de interés básico por parte del Banxico en 25 puntos básicos (hasta el 4,25% en junio).
«Las principales economías avanzadas no han dado ningún paso real hacia el endurecimiento monetario o fiscal, aunque las recientes revisiones al alza de sus previsiones de inflación están haciendo virar este hecho», destacan desde Ebury.
En cuanto a los países del G10, el Banco de Canadá ya ha comenzado el tapering, reduciendo a la mitad su ritmo de compras semanales. El Banco de Inglaterra, redujo el ritmo de sus compras semanales de 4.400 millones de libras a 3.400 en mayo. Desde Ebury consideran que los países del G10 están tanteando la idea de subir los tipos de interés. Además, señalan a Noruega y Nueva Zelanda como los primeros que los subirán.
*Supone una subida de 15 puntos básicos para el Banco de Inglaterra y el Banco de la Reserva Federal, 25 puntos básicos para el resto.
La decisión de la FED en junio
En cuanto al cambio de postura de la Reserva Federal durante la reunión de junio del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), ha repercutido en que ahora “la mayoría de los responsables de la política monetaria prevén ahora al menos dos subidas de los tipos de interés antes de finales de 2023”, afirman desde Ebury. A lo que añaden como previsión: “El último diagrama de puntos (dot-plot) sugiere que la subida de los tipos de interés no se producirá hasta dentro de un año y medio aproximadamente, aunque no nos sorprendería ver otro cambio alcista en estas previsiones en septiembre”.
“Creemos que un endurecimiento de la política monetaria en EE.UU. podría favorecer al dólar, sobre todo frente a las monedas de aquellos países cuyos bancos centrales no sigan su ejemplo. Dicho esto, pensamos que muchas divisas de los mercados emergentes deberían aguantar la presión de la depreciación iniciando sus propios ciclos de endurecimiento. De hecho, el mercado prevé actualmente la continuación o el inicio de un ciclo de endurecimiento en la mayoría de los países emergentes durante los próximos doce meses, especialmente en América Latina y Europa. Esto respalda nuestra visión alcista de estas divisas a medio plazo. Además, la presión contra el endurecimiento de la política en EE.UU. parece sugerir que la brecha entre la retórica del FOMC y los movimientos reales de los tipos de interés puede ser bastante grande, lo que garantizaría que la diferencia de tipos con respecto a EE.UU. podría aumentar a favor de las divisas de los mercados emergentes durante algún tiempo”, concluye el informe de Ebury.