El clima inversor sigue siendo complicado. Los indicadores sobre datos económicos inesperados se han deteriorado hasta tocar su nivel más bajo desde 2013 y la dinámica de crecimiento de los beneficios continúa empeorando. Con todo, los bancos centrales de todo el mundo han vuelto una vez más a mostrar, en medio de este contexto, su voluntad de acudir al rescate.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, manifestó que todas las opciones están sobre la mesa y que el BCE está decidido a tomar más medidas en la reunión de marzo. La Reserva Federal estadounidense siguió sus pasos con una reunión de tintes bastante moderados y el banco central de Japón se aventuró por un territorio inexplorado pasando por sorpresa a un tipo negativo para los depósitos de reservas excedentarias.
En definitiva, creen los analistas de NN Investment Partners, los bancos centrales parecen listos para seguir acudiendo al rescate de los mercados financieros cuando sea necesario. Y es que, estiman desde la firma, las expectativas de inflación siguen muy ancladas con la evolución del petróleo. Sin ir más lejos, es un objetivo compartido de la Fed y del BCE.
“Los diferenciales de solvencia presentan una alta correlación negativa con las expectativas de inflación (véase el gráfico). Las expectativas de inflación, por su parte, han mostrado recientemente una elevada correlación con los precios del petróleo. Draghi también volvió a resaltar la importancia a este respecto de los precios de las materias primas, y en especial los del crudo. Los precios de las materias primas son importantes, sobre todo si las variaciones de los precios son persistentes y considerables, como ha sucedido con el petróleo. Los efectos secundarios de estos cambios, p. ej., vía salarios, requieren de una estrecha vigilancia a este respecto”, explica la firma en su análisis semanal del mercado.
Las consecuencias de esta relación entre petróleo e inflación es que probablemente favorecerá a los mercados de renta fija privada. Bien podría volver a desarrollarse una forma suave de “búsqueda de rendimiento”, que favorezca a los productos de renta fija privada en general. “A muy corto plazo, esto podría bastar para que se produzca un giro de la rentabilidad de la mayoría de categorías de renta fija privada víctimas de una corrección bajista bajo presiones vendedoras. En este escenario, cambiamos el 25 de enero nuestras posiciones en deuda pública de mercados emergentes denominada en monedas fuertes y en deuda high yield estadounidense hasta una pequeña sobreponderación”, explica NN IP.
Además, la gestora holandesa revela que dentro de su asignación regional ha incrementado su exposición a la renta variable japonesa de una sobreponderación pequeña a otra mediana. Y justifica este cambio porque cree que los beneficios presentan una fuerte dinámica de crecimiento en comparación con la de los mercados de EE.UU. o la zona euro. “Las empresas niponas podrían este año volver a mostrar el mayor crecimiento de los beneficios, favorecidas por la depreciación del yen. De manera similar, los indicadores de sorpresas económicas son menos negativos que en el resto de mercados desarrollados, pese a deteriorarse considerablemente en las últimas semanas”, dice.