Tras una semana intensa de bancos centrales, el panorama parece que empieza a aclararse. Eso sí, los organismos monetarios tienen ante sí una peligrosa disyuntiva: conducir a las economías a una recesión de un calibre desconocido si se lucha ferozmente contra la inflación o, por el contrario, permitir que la inflación siga alta a cambio de que el crecimiento no descarrile.
El comunicado de la Reserva Federal posterior a la reunión del miércoles deja claro que el organismo ha llegado prácticamente al fin de las subidas de tipos de interés, tras subir el precio del dinero hasta el rango del 5% al 5,25%. Los motivos son varios y claros. Como apunta Sonia Meskin, responsable de US macro de BNY Mellon IM, “sospechamos que la Fed sigue muy de cerca las condiciones de crédito y la situación del sector bancario”, a pesar de que la autoridad monetaria estadounidense declaró abiertamente que los riesgos bancarios están controlados. También está en el foco el mercado laboral y las negociaciones del techo de deuda. De tal manera que, “si las presiones inflacionarias continúan siendo generalizadas, las vacantes de empleo no siguen reduciéndose y las negociaciones sobre el techo de deuda avanzan a buen ritmo, será más probable que se apruebe una nueva subida de tipos en junio”.
A los rescates de Silicon Valley Bank y First Republic Bank se unen ahora las dudas de PacWest, First Horizon y Western Alliance. El primero de ellos, está en conversaciones con potenciales inversores y socios. Y, sobre el último, hay rumores de un movimiento similar, aunque la entidad se encargó de desmentirlos.
Para Tiffany Wilding, economista en PIMCO, la política monetaria de la Fed es «restrictiva» y sus efectos, «cada vez más claros”, por lo que la autoridad monetaria, en un esfuerzo por gestionar los riesgos negativos, “está pasando ahora a un patrón de mantenimiento” de la política monetaria. De cara al futuro, Meskin aconseja estar atentos a la evolución de los datos de inflación y empleo, además de las condiciones de crédito y la provisión de crédito ya para la reunión de junio, mientras que Wilding prevé que las recientes tensiones en el sector bancario y el endurecimiento de las condiciones crediticias “acabarán contribuyendo a que EE.UU. entre en una modesta recesión”.
La posición del BCE
El ciclo de subidas de tipos del BCE está más atrasado pero, tras el encuentro de mayo, podría pensarse en que el proceso de normalización del precio del dinero está a punto de llegar a su fin. el organismo subió los tipos en un cuarto de punto, hasta situarlos en el 3,75%. Azad Zangana, economista y estratega europeo de Schroders, de hecho, cree que “los tipos de interés del BCE se encuentran ahora en territorio restrictivo”, aunque aún no está todo el trabajo hecho porque “la inflación sigue siendo demasiado alta». Por ello, espera una nueva subida del 0,25 puntos porcentuales en junio, y una probabilidad de nuevos movimientos a partir de entonces «menor”. Eso sí, Zangana no descarta que, si la inflación sigue siendo tan persistentemente elevada, “podría producirse una nueva subida de tipos en julio”, aunque conllevaría llevar la política monetaria “a un terreno muy restrictivo, posiblemente incluso demasiado, rozando el error”.
Aunque buena parte de la comunidad inversora coincide con las opiniones de Zangana, aún hay firmas que no descartan más alzas de tipos por parte del BCE. Entre ellos, Mabrouk Chetouane, estratega global de Natixis IM Solutions. Chetouane espera que el banco central siga endureciendo su política monetaria y sitúe su principal tipo de refinanciación en al menos el 4,0%- 4,25% “antes de este verano”. La razón es que va a aprovechar tanto los datos económicos mejores de lo esperado como la solidez de los bancos europeos para seguir endureciendo su política monetaria y así luchar contra la inflación. “Los responsables políticos necesitan muchas más pruebas de que la presión subyacente sobre los precios sigue una senda descendente coherente antes de que la dinámica de los salarios, los márgenes y los precios se vuelva ingobernable”, asegura.
En la misma línea se expresa François Cabau, Economista Senior para la Eurozona de AXA Investment Managers. Espera dos subidas más de 0,25 puntos porcentuales, es decir, no ha variado su escenario de referencia. «El BCE se verá tentado a subir los tipos hasta que observe una caída persistente y significativa de la inflación subyacente, que le haga pensar que la inflación general alcanzará el 2% al final del horizonte de previsión en 2025”, asegura.
El Banco de Inglaterra, a la vista
En Bank of America prevén que el Banco de Inglaterra suba los tipos en 0,25 puntos el 11 de mayo y, posiblemente, sea la última de este ciclo. el precio del dinero quedaría en el 4,5%. Sin embargo, los riesgos apuntan a más alzas y esperamos menos recortes de tasas que el mercado en 2024.
Cambio de paradigma en Japón
Si bien el BCE y la Fed podrían estar próximos a dar carpetazo al endurecimiento de la política monetaria, el Banco de Japón podría estar a las puertas de dejar atrás su política ultralaxa, que dura ya varias décadas. Para Katrin Löhken, Economista para Japón y Reino Unido en DWS, el reciente estreno del nuevo Gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, daba margen a la sorpresa. Si bien el organismo mantiene su anterior política ultraexpansiva de abril, a pesar de las tasas de inflación récord y los indicios de un mayor impulso salarial.
En vista de los cambios en la cúpula del Banco Central japonés (BoJ), el potencial de sorpresas en la reunión de este viernes del banco central era sin duda mayor de lo habitual. Pero el nuevo gobernador, Kazuo Ueda, también se centra en la estabilidad. El Banco Central de Japón mantuvo su política ultraexpansiva, que incluye un tipo de interés del -0,1%. Y el “controvertido control” de la curva de rendimientos también se mantiene sin cambios. No obstante, según Löhken, no todo sigue igual. “El mero hecho de que el banco central haya publicado su decisión con un retraso considerable ya indica que se está produciendo un intenso debate interno”, explica la experta. Además, el BoJ emprenderá una amplia reevaluación de su política monetaria, aunque tardará entre un año y un año y medio en hacerlo. Se hizo hincapié de forma explícita en este largo plazo para disipar de inmediato las expectativas de que esta revisión apunte a un rápido giro de la política monetaria.
Latinoamérica, la región a vigilar
Latinoamérica, sin embargo, ya ha pasado con creces la fase de normalización de la política monetaria. Recientemente, el Banco Central de Brasil dejó intactos los tipos de interés en el 13,75% por séptimo encuentro consecutivo. Desde el mercado hay presión para que se bajen los tipos. «La desaceleración de la economía, el giro en el mercado laboral, la desaceleración de la inflación y las preocupaciones relacionadas con las condiciones del crédito podrían presionar al organismo a bajar los tipos de interés», afirma Nenad Dinic, Equity Strategy Research en Julius Baer .
Y, en Chile, acordó mantener los tipos de interés el el 11,25% en su reunión de abril. La próxima será el 11 de mayo y en ella, el foco estará puesto en los datos económicos. La economía se está ajustando más lento que lo previsto y la inflación está tardando más en reducirse. El consejo del organismo justificó el mantenimiento del precio del dinero hasta que el estado de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de 3% se haya consolidado. De acuerdo con el escenario central, esto tomará más tiempo que lo previsto en diciembre. El consejo reafirmó su compromiso de actuar con flexibilidad en caso de que alguno de los riesgos internos o externos se concrete y las condiciones macroeconómicas así lo requieran.