El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó con rotundidad la primera vuelta de las elecciones brasileñas y parte con una clara ventaja frente a su oponente, Fernando Haddad, del PT, de cara a la segunda ronda el 28 de octubre. Bolsonaro se perfila como el candidato preferido de los mercados, sin embargo, los analistas consideran poco probable que pueda resolver el grave problema de equilibrio fiscal al que se enfrenta Brasil.
Para Paul Greer, gestor de fondos en Fidelity International “en el corto plazo, los mercados brasileños continuarán con su reciente rally pues estaban preocupados por el posible retorno del PT al Palacio Presidencial. Sin embargo, las perspectivas para Brasil, más allá de las elecciones, son desafiantes. Si se cumple el escenario de una victoria de Bolsonaro en la segunda vuelta, esperamos que la euforia postelectoral se desvanezca rápidamente a pesar de sus opiniones pragmáticas sobre la posición fiscal de Brasil”.
Greer considera que “las controvertidas opiniones de extrema derecha de Bolsonaro dificultarán que su administración pueda aprobar medidas legislativas dada la poca presencia de su partido, el PSL, en el senado (5% de los escaños) y en la cámara baja (10%). El Congreso se encuentra más fragmentado que nunca y la tarea principal de Bolsonaro (la muy necesaria reforma fiscal de Brasil) será extremadamente difícil de lograr pues tendrá que trabajar con los partidos centralistas y el PT para aprobar cualquier ley (aunque pasaría lo mismo si fuera Fernando Haddad quien finalmente se alzase con la victoria)”.
Desde ING Financial Research se señala sin embargo que “los resultados del Congreso también sugieren perspectivas algo mejoradas para la eventual construcción de una base de centro-derecha en el Congreso, en caso de que Bolsonaro sea elegido. Su victoria mayor a la esperada debería aumentar su capital político, aumentando la probabilidad de que, de ser electo, pueda negociar una mayoría que abarque gran parte de la base del Congreso que apoyó al Presidente Temer al comienzo de su mandato. Esto aumentaría las posibilidades de que sus medidas de austeridad fiscal sean aprobadas”.
Para Douglas Reed, estratega global y economista del equipo de renta variable asiática y de mercados emergentes de Newton, parte de BNY Mellon, “independientemente de quién gane las elecciones, habrá que poner remedio de forma urgente al déficit fiscal de Brasil. Pese a que el déficit primario ha mejorado en los últimos dos años, pasando de representar el 2,7% del PIB al 1,4% actual, el déficit general sigue siendo muy alto (7,3%) y la deuda bruta sobre PIB se ha disparado, pasando del 62% del PIB en 2014 hasta el 84% que marcó a finales del año pasado”
Reed prosigue: “Uno de los principales motivos por los que la suerte de Brasil cambió en 2016 fue el anuncio y la posterior aprobación de medidas legislativas, incluida una modificación de la Constitución, para limitar el gasto público y evitar que el gasto gubernamental (excluido el coste de los intereses) aumentase en términos reales a lo largo de la siguiente década. Para poder hacer efectiva esta medida, es necesario acometer una profunda reforma del costoso sistema de pensiones actual. La administración Temer presentó una propuesta de reforma en febrero que fue bloqueada por el Congreso, probablemente porque la cuestión goza de muy poca popularidad entre las bases de muchos partidos y estamos en año electoral”.
Perpectivas para la segunda vuelta
ING señala que “el elemento más sorprendente de las elecciones de este fin de semana en Brasil fue un sesgo anti sistema más fuerte de lo esperado, que prevaleció en muchas razas, particularmente en el populoso Sureste. Los resultados de gobernadores en Minas Gerais y Río de Janeiro, lideradas por desconocidos virtuales con un fuerte apoyo popular, son emblemáticas. Las elecciones al Senado en estos estados también se destacaron, ya que el PT perdió a los senadores tradicionales de Río y Sao Paulo, mientras que la expresidenta Dilma Rousseff no fue elegida para un escaño en el Senado a través de Minas Gerais”.
Para ING, “la ola anti-establishment refleja desarrollos similares en todo el mundo, y refleja, en el caso de Brasil, la recesión económica y el profundo descontento con la clase política, en medio de la corrupción generalizada por las investigaciones de Lava Jato. Durante las próximas semanas, es probable que ambos candidatos suavicen su retórica, en un esfuerzo por reducir sus altas tasas de rechazo.
Continuamos pensando que Bolsonaro tiene una ventaja, a juzgar por el resultado de las elecciones y el hecho de que el entusiasmo popular con su candidatura debería compensar con creces el atractivo algo más amplio de Haddad”.
Desde Renta 4 Banco se destaca que “ninguno de los candidatos tiene un plan claramente reformista, necesario para controlar las cuentas públicas, entre ellos reformar la seguridad social y las pensiones. Aun así, y como hemos visto en México, donde el nuevo gobierno parece que se va a regir por la ortodoxia en sus decisiones económicas, no descartamos que algo similar ocurra en Brasil, lo que a su vez podría traducirse en una recuperación del real brasileño y ser positivo para valores con elevados intereses en la zona (Telefónica, Santander, Iberdrola, DIA, Mapfre, ACS, CIE Automotive…)”.
Para Fidelity, “estas ha sido posiblemente las elecciones más polarizadas en la historia democrática de Brasil. En un desarrollo comparable al de muchos otros países del mundo, esta votación ha ilustrado la fuerte derrota de las políticas aplicadas por los partidos tradicionales de Brasil, como son el PMDB, el PSDB y el PT, que luchan ahora mismo por reconectar con la ciudadanía. La campaña electoral ha estado dominada por temas como la seguridad y la corrupción, lo cual ha ayudado a la votación en contra del sistema. Si bien Bolsonaro se encuentra en una posición muy fuerte, esperamos que las próximas 3 semanas sean volátiles, tanto para las encuestas como para los mercados, ya que las tasas de rechazo de Bolsonaro y Haddad son extremadamente altas. Las encuestas iniciales para la segunda vuelta serán extremadamente importantes a medida que el mercado comience a tomar el pulso de la transferencia de votos desde los candidatos eliminados a los dos que quedan en liza. La fuerte capacidad de debate de Haddad y el tiempo equitativo de aparición en televisión de Bolsonaro y Haddad serán otros factores clave a tener en cuenta”, asegura Paul Greer, gestor de fondos en Fidelity International.
Bolsonaro, el candidato de los mercados
Doublas Reed, de BNY Mellon, destaca que “Bolsonaro se considera el candidato más afín al mercado porque ha declarado que se dejará asesorar por el economista Paulo Guedes, formado en la Universidad Chicago. Haddad es lógicamente el candidato por el que se decantan los más preocupados por la austeridad, ya que se ha mostrado públicamente contrario a limitar el gasto público. La eliminación de este límite probablemente se interpretaría como algo negativo, incluso aunque se aumentasen los impuestos para intentar reducir el déficit”.
Por su parte, Renta 4 Banco señala que “el mercado no parece ver con malos ojos una victoria de Bolsonaro (Bovespa +3% la pasada semana y real apreciándose +10% desde mediados de septiembre tras el avance en las encuestas de este candidato), al barajarse como su posible ministro de economía a Paulo Guedes, un economista de Chicago bastante ortodoxo y con una visión muy liberal de la economía (privatizaciones de empresas públicas, mantener el techo de gasto, reforma de las pensiones y la función pública, ahorro en gasto público con mejoras de servicios, etc)”.
Riesgos y opciones de inversión en Brasil
Pablo Riveroll, responsable de renta variable latinoamericana de Schroders, señala que «la reforma de las pensiones y la continuidad de la disciplina presupuestaria se consideran fundamentales para la sostenibilidad presupuestaria a medio plazo. En consecuencia, es probable que el desempeño de los activos brasileños dependa de la forma en que el próximo gobierno aplique políticas adecuadas. Si el gobierno no llevara a cabo políticas económicas lo suficientemente convencionales, es probable que la reacción de los mercados de bonos y de divisas presionen al gobierno para que considere un marco político más ortodoxo. Así, tenemos la convicción de que la sostenibilidad presupuestaria se abordará a medio plazo, pero es probable que tanto el camino para hacerlo como el plazo dependan de quién gane las elecciones y podrían tener implicaciones importantes para la volatilidad del mercado a corto plazo y el plano macroeconómico”.
Para Riveroll, “desde una perspectiva de inversión, tenemos una visión positiva pero prudente sobre la renta variable brasileña. El mercado cotiza con valoraciones atractivas, con una PER prevista de alrededor de 10 veces, que es un descuento en comparación con los mercados emergentes en general y con su historial, con un crecimiento de los beneficios por encima de la media. Creemos que es probable que el nuevo gobierno apruebe la reforma de las pensiones, independientemente de qué candidato gane, aunque es posible que la forma y el alcance difieran. El mercado podría debilitarse si el nuevo gobierno no se compromete a presentar y aprobar la reforma de las pensiones al principio de su mandato. Nuestro objetivo es sacar partido de la volatilidad del mercado para iniciar posiciones en compañías brasileñas de alta calidad con valoraciones con descuento si se cumple nuestra hipótesis de base.”