La expectativa de que Sergio Massa sea el hombre providencial que saque a Argentina de la crisis se fue diluyendo esta semana: de la subida de los bonos que provocó la remodelación del gabinete se pasó a una fase de espera después de su nombramiento oficial el jueves, que vino acompañado de toda una serie de medidas.
Plan Massa, el súper ministro y la fábrica de dólares
Efectivamente, Sergio Massa es un súper ministro, ya que concentra las carteras de Economía, Desarrollo y Agricultura. Pero los superpoderes del político peronista quedaron expuestos en su plan del jueves, en el que señaló la necesidad de orden fiscal, de solvencia externa y de un mercado interno dinámico, pero no marcó aún un programa de estabilización, faltaron las medidas concretas.
“Por ahora, los anuncios tienen gusto a poco, aunque se esperan más novedades en las próximas jornadas. No incluyeron los temas que más expectativas había generado en el mercado, como el eventual desdoblamiento cambiario, sumado a que las señales fiscales fueron un tanto contradictorias”, dicen los analistas de Cohen Aliados Financieros.
Massa enfatizó que cumplirá la meta de déficit primario de 2,5% del PBI tal como había acordado con el FMI. En los primeros seis meses el déficit acumulado llegó a 0,9% con ciertas “ventajas” metodológicas, pues bien medido es más cercano a 2% de PBI. Para lograr este objetivo, deberá bajar el gasto 7% real en la segunda mitad del año.
“La apuesta es bajar subsidios a los servicios públicos con tarifa plana para los que no solicitaron el subsidio y tope de consumo para quienes lo solicitaron. No habló de cuánto ahorro le podría generar. Al igual que Batakis repitió la medida de congelamiento de planta del Estado (en el mejor de los casos esto impediría que siga empeorando). En cuanto a las jubilaciones, anunció que el 10 de agosto presentará un nuevo índice de movilidad jubilatoria que apunte a recuperar el poder adquisitivo lo que seguramente traerá más déficit. Sólo podrá evitar la asistencia del BCRA si logra cumplir una meta fiscal que parece muy difícil de lograr”, dicen desde Cohen.
La prensa argentina venía hablando de la “fábrica de dólares” que pondría en marcha Massa, en medio de una alarmante disminución de las reservas de dólares para hacer frente tanto a los pagos de deuda externa como al funcionamiento general de la economía. Pero el plan del nuevo ministro dejó dudas.
“A pesar de que el balance cambiario es lo más urgente, por el momento las medidas tienen un impacto acotado”, añaden, “el adelanto de exportaciones en los próximos 60 días por 5000 millones de dólares no luce elevado ni particular, pues para agosto y septiembre se proyectan liquidaciones del agro por valor de 6.000 millones de dólares. No anunció más control de cambios pero sí resaltó que van a denunciar subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones. En cuanto a los regímenes promocionales para agroindustria, minería, hidrocarburos por aumento de producción, y de economía del conocimiento es muy poco para hacer si no hay cambios impositivos que tienen que pasar por el Congreso. Sí destacó avances en las negociaciones con Organismos internacionales para lograr desembolsos por 1.200 millones de dólares y otro nuevo programa con la CAF por 750 millones de dólares. Respecto a los Repo para fortalecer reservas y recomprar deuda soberana remarcó que se están negociando”.
La amenaza de la inflación
Los anuncios de Massa no alcanzan para enfrentar un proceso inflacionario que amenaza llegar al 100% anual, advierte Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano.
El nuevo ministro hizo dos «anuncios positivos», en referencia al cese de los adelantos del Banco Central al Tesoro nacional y al acuerdo para que exportadores adelanten 5.000 millones de dólares.
«El primer anuncio implica atacar una de las fuentes, no la única, del actual proceso inflacionario. El segundo, junto con unos 2.000 millones de dólares, provenientes de organismos multilaterales, da oxígeno a las exhaustas arcas del Banco Central, mientras se instrumentan las medidas que posibiliten mejorar el resultado de la balanza comercial», afirmó Beker.
Sin embargo, advirtió que «enfrentar un proceso inflacionario de la envergadura del actual, que amenaza alcanzar el 100% anual, requiere un plan integral, conformado por un conjunto de medidas fiscales, monetarias, cambiarias y de ingresos coordinadas y simultáneas. Y éste por ahora no aparece».
También reflexionó que «se corre el peligro de que anuncios parciales, aunque vayan en la dirección correcta, no estén a la altura de las expectativas despertadas por la designación».
Conclusiones: ver para creer
A la hora de sacar conclusiones, se impone un compás de espera para ver cómo los anuncios de Massa se plasman en medidas concretas.
Los analistas de Cohen son prudentes: “Hasta ahora los anuncios fueron poco contundentes. El ministro se mostró en contra de un ajuste cambiario y no dio señales de desdoblamiento. No despeja las dudas en cuanto al frente externo con un mercado cambiario en el que el BCRA vendió más de 800 millones de dólares en las últimas seis ruedas. La implementación de la baja de subsidios no será un camino sin oscilaciones y seguramente esto se trasladará a más inflación. Mantenemos nuestro posicionamiento en bonos CER y DLK para cobertura. La brecha cambiaria seguirá con presión alcista y los bonos soberanos acusarán recibo esperando números más concretos. Ver para creer”.
Por su lado, los analistas de Banco Mariva se muestran algo más positivos: “Nuestra lectura general del primer discurso de Massa tiene un tono correcto y se centra en cuestiones fiscales y externas importantes. Las medidas concretas anunciadas en tarifas son positivas pero es difícil prever grandes ahorros. En el frente externo, las medidas son aumentar los inventarios y revisar las importaciones, como se esperaba. La declaración de “comprometidos” suma ruido, pues aumenta la incertidumbre sobre el monto efectivo o incluso en la efectividad de estos acuerdos. No debemos saltar a conclusiones ahora, ya que habrá más definiciones en los próximos días, pero el resumen es un primer paso levemente positivo”.
“En cuanto a la deuda externa, su posición para reducir el desequilibrio fiscal y recuperar las reservas, además de su fuerza política que se espera que ayude a la ejecución, debería mejorar los bonos. En los instrumentos en pesos, el descarte del shock cambiario ahora puede impulsar la demanda hacia otros bonos. Su enfoque en la asistencia y las reservas del banco central también debería reducir la presión sobre el BCS”, añaden desde Banco Mariva.
En una nota publicada esta semana, Nenad Dinic, Fixed Income Research, Julius Baer, muestra una visión prudente: “Mantenemos nuestra calificación de «mantener/especulativa», dados los desequilibrios económicos y los difíciles objetivos del FMI. Además de la inflación récord (que se espera que supere el 70% interanual en julio), el nuevo ministro se enfrenta a enormes desafíos para alcanzar los objetivos acordados con el FMI, en particular en lo que respecta al déficit presupuestario primario y la acumulación de reservas internacionales netas”.