Aún no se conocen los detalles, pero si el acuerdo del Brexit alcanzado entre los negociadores del Reino Unido y la Unión Europea es aprobado por el Parlamento británico el sábado este laberinto habrá llegado a su fin y el mundo tendrá un nuevo equilibrio geopolítico. La pregunta que se plantean ahora las gestoras es: ¿Le favorecerá o le perjudicará a la economía del Reino Unido salir de la UE?
En opinión Keith Wade, economista jefe de Schroders, si el acuerdo logra el visto bueno el sábado deberíamos ver un crecimiento más fuerte en la economía del Reino Unido a medida que la nube de incertidumbre del Brexit se va disipando. “Es importante destacar que este es un gran paso para evitar un Brexit sin acuerdo en el que Reino Unido habría colapsado fuera de la Unión Europea (UE) causando una recesión perjudicial. Seguirá existiendo cierta incertidumbre sobre la futura relación de Reino Unido con la UE, aunque el peligro de que no se llegue a un acuerdo parece haberse evitado. A medida que este riesgo disminuye, se espera que la libra esterlina siga recuperándose y que los rendimientos de la deuda soberana británica aumenten, ya que los inversores prevén una mejora económica y una política monetaria más firme”, sostiene.
Misma opinión comparte Emmanuel Cau, responsable de las estrategias de renta variable europea de Barclays: “Si bien sigue siendo necesario que el Parlamento británico apruebe el acuerdo, la noticia de hoy debería impulsar la rotación desde los exportadores británicos a las temáticas nacionales. Un acuerdo sobre el Brexit sería sumamente favorable para la confianza en la renta variable europea y británica, a pesar de que la fortaleza de la libra esterlina podría mermar parte de este repunte en el último caso”.
Ahora bien, que si el acuerdo fracasa en el Parlamento británico el sábado, volveremos al punto de partida. Además, los analistas apuntan también que la propia Unión Europea deberá aprobar el acuerdo a lo largo de su reunión de hoy. Por ahora, “el mercado es muy cauteloso en este momento, ya que aún no está muy claro si el acuerdo se llevará a cabo el sábado. Nos aventuramos a decir que la UE quiere que se cumpla este acuerdo y respalda al primer ministro británico en su deseo de no alargar el período de negociación. Esto significa un alza no despreciable para los activos de riesgo en libras esterlinas y en el Reino Unido, pero también un impulso significativo a corto y mediano plazo para las acciones europeas de países como Francia, Alemania y Países Bajos, un efecto que se irá extendiendo al resto de países de la zona euro”, argumenta Sébastien Galy, estratega macro de Nordea Asset Management.
A una conclusión similar llegan en Unigestión. “Aprobar el acuerdo el sábado sería positivo para la economía del Reino Unido, ya que aportaría claridad sobre la futura relación comercial entre el Reino Unido y su mayor socio comercial, Europa. También apuntalaría la libra esterlina y las acciones, especialmente las orientadas al mercado interno. La tasa de interés aumentaría, lo que sería negativo para los bonos. La renta variable y la libra esterlina ya han reaccionado positivamente en los últimos días, ya que la intensificación de las discusiones entre la UE, el Reino Unido y la República de Irlanda ha elevado las expectativas de que sea probable un acuerdo de Brexit”, señala Stéphane Dutu, analista fundamental de Unigestion.
De hecho, tal y como apuntan los analistas de A&G Banca Privada, el mercado se ha ido deshinchando según se van conociendo detalles o se van manifestando los principales actores del Brexit. “Lo mismo ha ocurrido en el mercado de bonos, con los tipos a 10 años del Reino Unido repuntando desde el 0,7% hasta el 0,78% en unos pocos minutos, para haber vuelto sólo unas horas más tarde a nivel inicial del 0,7%”, apuntan desde la entidad de banca privada.
Paul O’Connor, responsable del equipo de multiactivo de Janus Henderson Investors, aporta una visión más prudente y señala que el escepticismo de los inversores mundiales sobre los activos del Reino Unido significa que el repunte de la libra esterlina, los rendimientos dorados y las acciones del Reino Unido probablemente deberían de subir. “Ahora, el Reino Unido se enfrenta a un largo período de crecimiento económico débil, incertidumbre regulatoria y disputas políticas con su mayor socio comercial”.
¿Y ahora qué?
A lo largo del día de hoy, la reacción del mercado ha sido positiva. Según analiza Harald Berres, gestor senior de Ethenea, las bolsas mostraban desde hace días una tendencias positiva y reflejan el sentimiento de que finalmente se llegaría a un acuerdo y se evitaría un Brexit duro. “La reacción de hoy de las bolsas es ligeramente positiva, pero no es en absoluto eufórica. En nuestra opinión, esta tendencia continuará hacia finales de año. El hecho de que las incertidumbres disminuyan es una señal importante y un paso clave en la dirección correcta», afirma Berres.
En opinión de Jim Leaviss, jefe de renta fija de M&G, la mayoría de previsiones sobre el resultado de la votación son sumamente inciertas para el primer ministro. “Johnson no tiene mayoría parlamentaria y su socio, el DUP, está en contra del acuerdo. Es probable que muchos diputados conservadores expulsados del partido a principios de año también voten en contra. Si no consigue que el acuerdo se apruebe este fin de semana, resulta probable que Johnson intente apostar por una salida sin acuerdo, a pesar de que el Parlamento británico ha logrado que esta posibilidad resulte compleja desde el punto de vista legal, lo que impulsaría la volatilidad y el riesgo de caída en la libra esterlina”, explica Leaviss.
Para que el acuerdo sea aprobado por el Parlamento británico, el primer ministro necesitará el apoyo de los 21 rebeldes conservadores expulsados del partido y unos 17 diputados laboristas, sobre la base de que el DUP votará en contra. Según indican los analistas, una vez aprobado, el proceso entraría en un período de transición hasta al menos finales de 2020, durante el cual el Reino Unido y la UE empezarán a negociar un acuerdo comercial que regule su relación de aquí en adelante.
En caso de no aprobarse, una de las opcione es que el Reino Unido pida una extensión de la fecha límite y se pidan tres meses más de margen, hasta el final de enero. El motivo es que el parlamento del Reino Unido legisló para bloquear un Brexit duro hasta el 31 de octubre. “Esto le daría más tiempo a Boris Johnson, primer ministro británico, para obtener una mayoría parlamentaria en torno al acuerdo que acaba de cerrar”, aclara Dutu de Unigestion.
Aunque no se saben los términos concretos del acuerdo, Ross Denton, socio especializado en Brexit y comercio de Baker McKenzie, ha hecho un primer análisis más técnico de la situación. Según explica Denton, «el acuerdo de retirada parece ser razonable para las empresas, ya que permite el comercio sin fricciones entre la UE y el Reino Unido hasta el 31 de diciembre de 2020, a menos que se amplíe, y limita la complejidad de cualquier aplicación de la salvaguarda irlandesa -revisada solo para comerciar a través de Irlanda del Norte, por lo que parece que no afectaría a las relaciones comerciales entre Gran Bretaña y la UE. Sin embargo, el tema del backstop revisado y la complejidad e incertidumbre que rodea este aspecto vital del acuerdo alimentará el debate en el Parlamento del Reino Unido, y dada la posición del DUP afirmando que no votará a favor del acuerdo, probablemente dará un resultado muy apretado en la votación de los Comunes este sábado. La Declaración Política revisada también reduce la ambición del Reino Unido de tener un acuerdo comercial integral sin tensiones con la UE-27 en el futuro, al mismo tiempo que deja claro que la opción preferida del Reino Unido es un Acuerdo de Libre Comercio».