En los últimos meses, la pandemia ha sacudido las estructuras socioeconómicas a nivel global, causando impactos estimados en cifras astronómicas de pérdidas de vidas y empleos. Sin embargo, también hemos sido testigos de cómo el mundo de la ciencia, la innovación y el sector empresarial han desplegado esfuerzos para generar respuestas y soluciones a una velocidad vertiginosa. Por ello, Gonzalo Rivas, jefe de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y Claudia Suaznábar, especialista líder en la División de Competitividad e Innovación del BID, comparten tres aprendizajes clave para las políticas de reapertura y crecimiento futuro.
“Como en pocas ocasiones, estamos viendo a la ciencia no como resultado final sino como un proceso en el que, en tiempo real, científicos colaboran globalmente en una carrera para desarrollar una vacuna y medicaciones antivirales”, destacan los autores. Asimismo, la industria está modificando sus procesos de producción para poder contribuir a la fabricación a gran escala de insumos sanitarios esenciales, mientras los innovadores y las startups se movilizan para aportar soluciones tecnológicas y creativas a problemas urgentes.
Actualmente, los países de América Latina y el Caribe (ALC) están desplegando medidas sanitarias y económicas, aunque se mantiene la incertidumbre sobre la duración del periodo de emergencia y las consecuencias reales de la pandemia sobre la población y el tejido productivo. En este proceso ultra acelerado de respuesta a la pandemia se van perfilando poco a poco, algunos aprendizajes que tal y como subrayan Rivas y Suaznábar “podemos aplicar para la salida de la crisis y para las estrategias de crecimiento futuro”.
Tres lecciones para las políticas del futuro
1. La relevancia de fortalecer los ecosistemas de emprendimiento e innovación
En este escenario, contar con un ecosistema de emprendimiento e innovación robusto se ha revelado como un activo de alto valor para los países. Así lo reflejan los países y regiones de ALC que han logrado movilizar las capacidades y talentos de sus ecosistemas para generar las respuestas rápidas ante la crisis sanitaria. Es el caso, por ejemplo, de disponer de pruebas rápidas y aplicaciones para diagnóstico y seguimiento de pacientes o tener la capacidad para fabricar respiradores y máscaras de protección de bajo costo.
“Por ejemplo, la efectividad y agilidad en la respuesta que se ha generado en la ciudad de Medellín (Colombia) es una muestra de un ecosistema de innovación volcado en ofrecer soluciones a la crisis. Allí, se dieron múltiples iniciativas de emprendedores locales atendiendo los desafíos y se ha impulsado una movilización nacional vía crowdfunding, para recaudar fondos para soluciones contra el COVID-19”, añaden los autores.
2. El valor de las capacidades científicas locales
Según el BID, contar con capacidad científica de excelencia también es un atributo de primer orden. Por una parte, destaca la importancia de la asesoría brindada por los científicos aquellos que toman las decisiones en las fases de emergencia y en las futuras fases de reactivación. Pero, además, debido a la necesidad de adaptar las soluciones de pruebas de diagnóstico o vacunas que se están generando en otras partes del mundo, a las particularidades y condiciones locales de los países de ALC.
La apuesta de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en Uruguay, de apoyar el desarrollo de una prueba de diagnóstico PCR por el Instituto Pasteur, la Universidad de la República (Udelar) y la empresa biotecnológica ATGen, destacan como ejemplos de la capacidad de respuesta de la ciencia local.
3. El rol las agencias de innovación para conectar desafíos y soluciones
Por último, la revisión de experiencias exitosas de respuesta a los retos de la pandemia desde la ciencia, la innovación y el emprendimiento, muestran que ha existido un factor común detrás de estos esfuerzos. El rol de agencias públicas de fomento a la innovación de articular las demandas de las autoridades (particularmente de salud) con las ofertas de soluciones, ha sido “clave para poder gatillar muchos de estos procesos virtuosos y reacciones rápidas”, aseguran desde el BID.
Han sido entidades como la ANII en Uruguay, la Senacyt en Panamá, Finep en Brasil o Ruta N en Medellín, las que han canalizado las necesidades emergentes a través de convocatorias especiales, concursos, desafíos o hackatones, especificando para cada caso las condiciones técnicas necesarias que debían cumplir las propuestas, buscando a los emprendedores e innovadores, y coordinando estos esfuerzos para evitar duplicaciones innecesarias.
Ideas para la reactivación
No obstante, aún existe incertidumbre sobre el curso futuro de esta pandemia y estamos “al inicio de lo más desafiante, que es la manera en la que lograremos salir de esta situación y volver a lo que sería una nueva normalidad. Y se trata de una carrera contrarreloj”, advierten desde el BID.
Las cuarentenas impuestas a la población permiten ganar algo de tiempo para reducir los contagios y aligerar la carga del sistema sanitario, pero la entidad apunta a tanto la nueva fase de desescalada como la de reactivación económica serán incluso más desafiantes.
En este sentido, cualquier vuelta a la actividad productiva tendrá que apoyarse en las capacidades para hacer pruebas de forma masiva y monitorear la evolución de los contagios de manera intensiva. Asimismo, añaden que deberá enfocarse en la implementación de políticas activas de seguridad y sanidad en todos los sectores de la economía, y en el desarrollo urgente de medicamentos y vacunas.
Asimismo, es probable que el nuevo contexto venga acompañado de una disminución de los flujos de comercio internacional y de una reconfiguración de las cadenas globales de valor, lo que afectará aún más a las empresas de la región. “Finalmente, dado que se prevé que los requerimientos de confinamiento no se levantarán inmediatamente y que viviremos episodios recurrentes de rebrotes del virus en el futuro cercano, será una prioridad tener el máximo nivel posible de digitalización de los sectores económicos”, añaden los autores.
Por ello, desde el BID recuerdan que “estos desafíos subrayan la importancia de la ciencia, la tecnología y la innovación como determinantes para cualquier escenario de salida de la crisis y reactivación económica”.