El debate sobre la reunión de mañana del Banco Central Europeo (BCE) está en si subirá los tipos de interés en 50 puntos básicos (pb) o mantendrá un tono más agresivo con una nueva subida de 75 pb. Los análisis de los expertos coinciden en que el contexto en la zona euro sigue siendo incierto, lo cual obligará a la institución monetaria y su presidenta, Christine Lagare, a mantenerse firme y, sobre todo, la credibilidad.
“Es cierto que la inflación se está desacelerando, y Philip Lane, economista jefe del BCE, parece confiar en que está cerca de tocar techo. Sin embargo, se mantiene en un nivel muy elevado, del 10% en noviembre, con una inflación subyacente estable en el 5%. Por otra parte, no deben pasarse por alto los posibles efectos secundarios vinculados a las negociaciones salariales en curso, así como la incertidumbre sobre los costes de la energía. Aunque los precios han bajado recientemente, la necesidad de reponer existencias para 2024 podría pesar mucho el año próximo. Esperamos que la inflación siga siendo elevada en 2023, lo que podrían confirmar las previsiones del BCE durante su reunión. Por lo tanto, esperamos un mensaje inflexible del BCE el 15 de diciembre, tanto sobre la necesidad de seguir subiendo los tipos como sobre el carácter prematuro de hablar de un tipo terminal”, señala Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, poniendo en contexto la reunión.
Justamente este contexto es que hace pensar que el BCE anunciará una subida de tipos de 50 pb. “Tras dos subidas de 75 puntos básicos de sus tipos de interés oficiales, esperamos que en diciembre todos los tipos de interés oficiales suban hasta los 50 puntos básicos únicamente, situando el tipo de depósito en el 2%”, reconoce Ulrike Kastens, Economist Europe de DWS.
A debate: 50 pb o 75 pb
Tal y como recuerda Dixmier, los mercados no parecen estar preparados para un discurso con políticas demasiado duras (hawkish) por parte del BCE, que podría impulsar una subida de tipos tras el repunte de las últimas semanas.
En este sentido, según Annalisa Piazza, analista de renta fija de MFS Investment Management, los riesgos de una subida de 75 puntos básicos no son triviales, especialmente si tenemos en cuenta todos los mensajes emitidos por gran parte de los miembros del Consejo de Gobierno del BCE en las últimas semanas. “Es probable que el debate en el Consejo de Gobierno sobre la magnitud de la subida de diciembre sea intenso, pero parece que incluso los miembros más moderados del BCE ven ahora la necesidad de una mayor normalización para evitar que la espiral de inflación negativa se materialice a medio plazo”, explica Piazza.
En este sentido, hay firmas que consideran que una subida de 75pb no es nada descabellada. Por ejemplo, los analistas de Nomura mantienen su recomendación anterior de que el BCE subirá los tipos en 75 pb, lo que llevará la tasa de depósito al 2,25%. Además, advierten que existen riesgos materiales de un aumento de solo 50 puntos básicos. “Los expertos señalan que la perspectiva de la inflación no ha mejorado desde la reunión de octubre, lo que respalda la necesidad de otro aumento de 75 pb en un esfuerzo por comenzar a reducir la inflación subyacente”, señalan desde Nomura.
Desde La Française AM tampoco descartan que, pese a la caída de la inflación, la subida de este mes sea de 75 pb. “Los miembros que más se oponen a una subida de los tipos están preocupados por los efectos de arrastre y la dinámica salarial apoyada por un mercado laboral favorable, así como por el riesgo de desestabilizar las expectativas de inflación. Recientemente, Isabel Schnabel, un miembro muy influyente del Comité Ejecutivo del BCE, declaró que los datos sugieren un margen limitado para ralentizar el ritmo de las subidas, señala Audrey Bismuth, analista macro global de La Française AM.
Los otros mensajes esperados
Por otra parte, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, declaró: «Me gustaría que la inflación hubiera tocado techo en octubre, pero me temo que no. Hay demasiada incertidumbre, sobre todo en un componente, el traspaso de los altos costes de la energía de nivel mayorista al nivel minorista, como para suponer que la inflación ha alcanzado realmente su máximo. Me sorprendería que lo hubiera marcado».
Además de la posible subida de tipos, Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G, recuerda que el mercado también está expectante por las decisiones que tome el BCE para reducir el balance. Según explica García, después de conocer que, en las dos ventanas de repago anticipado de los TLTROs, la reducción por esta vía (743.000M) probablemente no haya sido todo lo elevada que se anticipaba, habrá que ver el ritmo y el timing en la reducción balance a través de los programas de compras de bonos.
“No esperamos que el quantitative tightening afecte al programa de compras de la pandemia (PEPP), cuyos vencimientos puede que se sigan reinvirtiendo hasta finales de 2024, dotando con ello de capacidad de maniobra al BCE para manejar momentos de volatilidad en mercado debido a la flexibilidad que tiene este programa. Por ello, esperamos que la reducción de compras se articule mediante el APP, mediante la no reinversión de un importe similar o algo inferior a los vencimientos que se vayan produciendo a partir de los meses de marzo o abril de 2023. Este quantitative tightening pasivo (sin ventas de bonos) articulado a través de la no reinversión de parte del programa APP tendría un impacto limitado sobre las primas de riesgo periféricas y crédito corporativo elegible para el BCE”, añade el gestor de A&G.
Sobre las nuevas proyecciones del BCE, incluyendo la de 2025 por primera vez, Nadia Gharbi, economista de Pictet WM, considera que reflejarán una inflación que se mantendrá en el objetivo de 2% o ligeramente por encima, lo que sugiere más alzas de tipos de interés. “Efectivamente, la presidenta Christine Lagarde puede manifestarse en contra de la idea de una pausa a corto plazo. Pero esperamos que dé a conocer las líneas generales de restricción cuantitativa. Intentará que sea gradual y predecible, para mitigar disrupciones en el mercado”.
En este sentido, Piazza advierte de que la evolución de la inflación subyacente en el primer semestre de 2023 será crucial para determinar hasta dónde tendrá que llegar el BCE en territorio restrictivo el próximo año para domar las presiones inflacionarias subyacentes a medio plazo. En la situación actual, esperan tipos terminales en torno al 3%.
“Los mercados europeos han empezado a descontar los riesgos de una recesión leve en el futuro y las curvas principales de la Unión Económica y Monetaria han seguido aplanándose en las últimas semanas. Dado que es poco probable que el BCE adopte un enfoque más moderado, descartamos que el tramo corto de la curva empiece a prever recortes de tipos a corto plazo. Por lo tanto, se espera que se confirme la tendencia alcista, tanto en una corrección bajista como en una continuación del reciente repunte de los rendimientos de los bonos alemanes”, añade la experta de MFS IM.
Con la mirada sobre el BoE
La otra cita europea es la del Banco de Inglaterra (BoE), que se reúne también mañana y del que también se espera que suba los tipos en 50 hasta situarlos en el 3,5%. “La inflación al consumo puede haber alcanzado máximo interanual en octubre en 11,1%, pero es probable que su descenso sea muy gradual. Podría terminar subiendo tipos hasta 4,75% para mayo, dado el riesgo de otro shock inflacionario en los servicios públicos para abril de 2023. El mercado actualmente descuenta que su tipo de interés alcance 4,5% para junio de 2023”, explica la economista de Pictet WM.
En este sentido, Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac, añade: “Con la desaceleración de la actividad económica y el país entre aquellos donde las expectativas de inflación están menos ancladas, los miembros del Comité de Política Monetaria se enfrentan a todo un enigma. La mayoría de los miembros han votado en sintonía durante el pasado año, siendo la inflación el principal enemigo (unificador), pero el delicado dilema entre crecimiento e inflación podría dar lugar a una división a tres bandas en el futuro. Las nefastas perspectivas para el Reino Unido ponen de relieve la necesidad de una postura monetaria más agresiva por parte del Banco de Inglaterra, dada la distancia que queda desde el actual nivel de tipos de interés del 3% hasta el 4,5% previsto, que ya parece bastante optimista. Esta semana esperamos una subida de 50 puntos básicos, pero dada la probabilidad de un creciente desacuerdo, el riesgo de un cambio de rumbo es cada vez más real”.
En opinión de Katrin Loehken, U.K. Economist en DWS, exactamente un año después de iniciar el ciclo de subidas, la tarea a la que se enfrenta el Comité de Política Monetaria (MPC) no se ha vuelto más fácil. “La tasa de inflación, actualmente en el 11,1% interanual, es superior a la de la zona del euro o los Estados Unidos, y las presiones sobre los precios están muy repartidas entre todas las categorías de la cesta de la compra. El riesgo de una espiral salarios-precios sigue siendo palpable” señala sobre los principales retos de la economía británica.
Según su valoración, aunque en principio todos los miembros del Comité de Política Monetaria están comprometidos con la lucha contra la inflación, las opiniones difieren en cuanto al grado de endurecimiento necesario. “A algunos miembros del Comité les preocupa que demasiadas subidas de tipos o demasiado fuertes puedan agravar innecesariamente la recesión, sobre todo teniendo en cuenta que el endurecimiento anterior está ralentizando la economía. Otros, sin embargo, se centran más en el riesgo de que las expectativas de inflación se desanclen. Para la reunión de diciembre se espera una variedad de opiniones y una votación dividida sobre el grado de endurecimiento”, concluye Loehken.