Las valoraciones de la renta fija global se vuelven más “estrechas” a medida que nos adentramos en el último trimestre del año y con perspectivas de rendimiento negativas cercanas a los 15 billones de dólares. A este desempeño se suma que la economía global se sigue desacelerando y que las tensiones geopolíticas continúan.
Frente a este escenario, los inversores de renta fija siguen planteándose qué hacer con sus posiciones. Según aseguran desde Lyxor ETF, éstos se han volcado cada vez más hacia activos de mayor riesgo y están asumiendo un mayor riesgo de duración en la renta fija para buscar mejores rendimientos.
Con todo esto en mente, la gestora tiene cinco propuestas sobre cómo posicionar los activos de renta fija en la cartera de los inversores de cara a afrontar el final de año:
Tipos en Estados Unidos: positivos en el extremo de la curva. Una de las primeras ideas que manejan es que, a pesar de que persistan las incertidumbres sobre los datos macroeconómicos de Estados Unidos, el país sigue mostrando solidez y esto puede ser una oportunidad. “Mantenemos nuestra preferencia por vencimientos cortos en los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Sospechamos que la curva de rendimiento estadounidense mantendrá su sesgo de aplanamiento en el corto plazo. La curva sería más empinada, si la Fed se viera forzada a una relajación más agresiva”, señala la gestora en su último análisis. Su preferencia que se basa en que la curva de rendimiento está manifestando síntomas de recesión. Según argumenta la firma, “si la Fed es correcta en su evaluación actual de que solo se necesitan ajustes de mitad de ciclo, los activos de renta fija pronto se verán extremadamente caros, lo que dejaría en riesgo el extremo largo de la curva de EE.UU.”
Curvas y tipos en Europa: la búsqueda de rendimiento y carry será clave. En opinión de la gestora, ante la percepción de los inversores sobre las perspectivas económicas de Europa, la búsqueda de retornos atractivos debería seguir siendo un impulsor clave del rendimiento en el mercado de bonos de la zona del euro a medio plazo. “El reinicio del Programa de Compra de Activos (APP) del BCE debería ser favorable para los bonos periféricos, en particular para Italia. El rendimiento de los bonos italianos fue inferior al de otros mercados periféricos y ofrecen un buen carry”, apuntan. Desde Lyxor también consideran que, ante la perspectiva de que la inflación cambie poco, mantener bonos vinculados a la inflación sería una oportunidad.
Tipos de interés del Reino Unido: tendencia hacia una mayor inflación. En el caso del Reino Unido, los activos vinculados a la inflación también podrían ser interesantes. “La evolución política podría desencadenar un sentimiento negativo renovado y golpear a la libra. En ese caso, las expectativas de inflación podrían aumentar, al menos en los próximos meses, lo que podría respaldar los bonos vinculados a la inflación del Reino Unido. A largo plazo, seguimos preocupados cómo afectará la desaceleración económica y la relajación fiscal a todos los activos”, apuntan desde Lyxor ETF España.
Crédito: favorecer high yield sobre investment grade tanto en Europa como en Estados Unidos. La gestora sigue siendo positiva sobre sus perspectivas para el crédito corporativo y el high yield, que debería estar respaldado por los atractivos rendimientos que está ofreciendo respecto al riesgo. Según su análisis, en Europa, “el mercado de crédito corporativo ha tenido una emisión récord desde principios de año, con volúmenes que actualmente superan los 520.000 millones de euros. Este nivel récord ya ha sido absorbido por la fuerte demanda del mercado. Esta clase de activos se ha beneficiado de las entradas continuas debido a esa búsqueda de rendimientos en la que están ahora mismo los inversores. Con los actuales retornos negativos de los bonos soberanos, es poco probable que cambie esta tendencia”, afirma.
Deuda emergente: preferencia por moneda fuerte. Según el análisis de la gestora, la relajación monetaria debería continuar reforzando el desempeño de la deuda de los mercados emergentes, que tienden a ser menos volátiles que las acciones emergentes. Por lo tanto consideran que sigue siendo una opción atractiva “en términos de rendimientos reales”. “Las tensiones comerciales deberían seguir afectando las perspectivas de las monedas emergentes, de ahí nuestra preferencia por los bonos de divisas fuertes”, matizan.