Según la OMS el aire tóxico mata a nueve millones de personas y causa pérdidas de 4.600 millones de dólares, el equivalente al 6% del PIB mundial. La acidificación de los océanos, la escasez de agua y la contaminación del suelo también amenazan toda forma de vida. Invertir estas tendencias requiere un esfuerzo monumental. “Hay que medir la verdadera huella ecológica”, advierte Laurent Ramsey CEO de Pictet AM que presenta Pictet Global Environmental Opportunities, una estrategia de inversión que trata de obtener rentabilidades en todo el mundo mientras contribuye positivamente a un mundo más sostenible.
Poco antes de que celebrase en Madrid la COP25, el Parlamento Europeo declaró la «situación de emergencia climática y medioambiental» por amplia mayoría. Así, la Unión Europea se convertiría en el primer continente en declararlo antes de que la nueva presidenta de la Comisión, Von der Leyen, presentase su Pacto Verde Europeo de refuerzo de la lucha contra el cambio climático.
En su informe anual del programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, la ONU ya alerta de una creciente distancia entre expectativas y realidad. Con los compromisos actuales el planeta se dirige a un aumento de temperatura de 3,2 grados y será necesario un recorte del 7,6% cada año en las emisiones de gases efecto invernadero la próxima década, lo que significa que todos los países tendrían que multiplicar por cinco sus planes de recorte.
Además, según los datos del Banco Central Europeo, los mercados de valores contribuyen más que los bancos a reducir emisiones de CO2 y es que los sectores más eficientes energéticamente son más innovadores y progresan rápidamente en países donde los mercados de valores están más desarrollados.
Los consumidores tienen que cambiar sus hábitos y los gobiernos sus prioridades, efectivamente, pero «tal vez los inversores pueden tener el papel más importante, si bien su compromiso sigue lejos de ser suficiente», comentan desde Pictet. La Agencia Internacional de la Energía estima que por cada dólar empleado en apoyar la energía renovable otros seis se gastan en subsidios a combustibles fósiles, mientras que la reasignación de sólo el 10% de tal gasto a proyectos renovables, según otro estudio, ayudaría a pagar la transición hacia la energía limpia.
Por ello, desde Pictet AM aseguran que los inversores pueden proporcionar fondos vitales a empresas que desarrollan productos y servicios que ayuden a revertir el daño ecológico y, además, tienen el poder de retener o retirar capital de empresas que no se toman en serio sus responsabilidades ambientales. “Exigir a cada empresa cotizada que tenga en cuenta su huella ecológica de la misma manera que calcula, por ejemplo, sus ingresos y beneficios, es una forma de desplegar dicho poder”, subrayan.
El problema recae en la falta de datos significativos. La mayoría de informes financieros ambientales son demasiado limitados o subjetivos, según la gestora. Por ejemplo, el análisis ambiental empresarial estándar tiende a centrarse exclusivamente en el proceso de fabricación, sin tener en cuenta el impacto ecológico más amplio de proveedores o de los productos y servicios a lo largo de su vida útil.
Además, el debate medioambiental actual tiende a centrarse únicamente en cambio climático y la huella de carbono, pero “empresas e inversores deben prestar también atención al impacto en la biodiversidad o uso del agua, ampliando el alcance de la auditoría ambiental en toda la cadena de valor, desde extracción de materias primas hasta los procesos de fabricación, distribución y transporte, uso de productos, desechado y reciclado”, afirman desde Pictet AM.
Una manera de lograrlo es mediante un enfoque más científico mediante modelos como el de los límites planetarios. Desarrollado por investigadores del Stockholm Resilience Center, evalúa el estado del ecosistema en nueve dimensiones ambientales y está empezando a llamar la atención de grandes empresas.
Según datos de Pictet, se espera que la clase media mundial aumente de 3.800 millones a más de 5.600 millones de personas para 2030, lo que requerirá más recursos globales. Esto se traduce en la posibilidad de futuros cambios ecológicos adversos que se conviertan en los principales riesgos para la expansión económica. Así, aquellas empresas que buscan resolver los desafíos ambientales a través de innovación, tecnología y uso inteligente de recursos naturales “pueden crecer en este entorno gracias a modelos de negocio que a largo plazo serán los más demandados”, publican en el informe de la gestora.
Este es el caso de Pictet Global Environmental Opportunities, una estrategia de inversión que trata de captar oportunidades globalmente mientras contribuye positivamente a un mundo más sostenible. Para ello, cuenta con un consejo consultivo que permite a los gestores identificar tendencias en tecnología, políticas y patrones de consumo y ayuda a definir qué temas caracterizarán la eficiencia energética, el control de la contaminación, suministro y tecnología del agua, la gestión y reciclaje de residuos, la agricultura y silvicultura sostenibles y la desmaterialización de la economía.
Utiliza un enfoque basado en el marco científico de los límites planetarios, publicado por primera vez en la revista Nature en 2009 por Johan Rockstrám (Stockholm Resilience Centre), que identifica nueve dimensiones ambientales clave (agua, cambio climático, biodiversidad, uso de la tierra, ciclo de nitrógeno y fósforo, acidificación de los océanos, agotamiento del ozono, aerosoles y contaminación química) y especifica los umbrales que no se pueden sobrepasar sin causar daños ambientales irreversibles. De este modo, solo se invierte en en empresas cuyas actividades, productos y servicios a lo largo de su ciclo de vida operan en los correspondientes «espacios operativos seguros».
Para que una compañía sea invertible al menos el 20% de sus actividades deben estar relacionadas con productos y servicios, así como calidad y cantidad de I+D en medio ambiente, que contribuyen a resolver los desafíos ambientales. Además, con un enfoque basado en la pureza, franquicia, calidad de gestión y valoración, así como la calificación de la compañía en base a criterios medioambientales, de sostenibilidad y buena gobernanza (ESG).
Por ello, Pictet-Global Environmental Opportunities no tiene exposición a controversias severa o altas y muy baja a significativas. Además, tiene en cuenta las puntuaciones de gobierno corporativo de ISS, ya sean robustas, promedio o débiles en cuanto a independencia del consejo, planes de remuneración de ejecutivos basados en resultados a largo plazo, respeto a los derechos de los accionistas minoritarios y refuerzo de las funciones de control de riesgos y auditoría.