Tanguy Le Saout, responsable de renta fija europea y vicepresidente ejecutivo de Pioneer, llama estos días la atención en el blog de la firma de tres cuestiones que preocupan al equipo de deuda investment grade.
1. Mario Draghi tiene la palabra
Desde Dublín, el equipo europeo de renta fija investment-grade ha confesado sentirse un poco confundido. Hace algún tiempo, Stanley Fischer (vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos) indicó que la Fed establecería los tipos de interés en función de lo que suceda en la economía nacional estadounidense, y básicamente dijo que los mercados en desarrollo tiene que acostumbrarse a eso. Pero esta semana, Janet Yellen, presidenta del organismo, explicó que los tipos de interés se habían quedado sin cambios debido a, entre otras cosas, «los acontecimientos económicos y financieros globales recientes que pueden frenar la actividad económica». Una frase con claras referencias a China.
Y mientras que los mercados trataban de digerir este nuevo enfoque, el euro continuó fortaleciéndose. Esto no estaba en los ‘planes de juego’ del presidente del BCE, Mario Draghi. ¿Se habrá unido la Fed a la guerra de divisas mundial devaluando el dólar? ¿Qué pasará si la reciente fortaleza del euro continúa y la divisa europea se aprecia hasta el nivel de 1,20 contra el dólar? Uno no puede evitar preguntarse si el BCE tiene un segundo QE en la agenda.
2. La política (otra vez)
La elección de Jeremy Corbyn como líder del partido laborista de Reino Unido fue recibida la semana pasada con una mezcla de diversión, incredulidad y consternación por los participantes en el mercado. Diversión porque sus políticas parecen ser un retroceso a la década de los 70 y los 80, en plena era del «socialismo democrático». Incredulidad porque Corbyn obtuvo más de 250.000 votos, el mayor número de votos para la elección del líder de un partido de toda la historia de la política británica. Y consternación porque el tamaño del margen de su victoria no se puede ignorar, y recuerda el nivel de descontento con el actual estatus quo político, no sólo en el Reino Unido sino en toda Europa.
Sin embargo, en una notable cambio de actitud con respecto a su trayectoria, Corbyn admitió que no sabía si hará campaña a favor de abandonar la UE. De repente, las perspectivas de un «Brexit» retrocedieron un poco. Seguimos siendo cautos sobre la inversión en deuda pública británica en los niveles de rendimiento actuales.
3. ¿La mayor crisis de Europa?
Hace menos de tres meses, el equipo europeo de renta fija investment-grade pensó que Europa estaba a las puertas de enfrentarse a su mayor crisis, debido al problema de Grecia. En última instancia, se impuso la cordura y el proyecto del euro continúa. Sin embargo, la evolución en el último mes ha puesto de manifiesto cuáles son realmente las diferencias entre los miembros de la Unión Europea. La crisis humanitaria de los refugiados sirios, una de las más grandes a las que se ha enfrentado Europa en los últimos 60 años, ha tendido diferentes reacciones entre los miembros de la Unión Europea a la espinosa cuestión de la capacidad de acogida de los refugiados.
Mientras que Alemania (una vez más, Merkel) muestra un gran liderazgo moral, y es elogiada por aceptar más de 800.000 refugiados, otros países no se han mostrado tan disponibles. Uno de los mayores resultados del proyecto europeo ha sido la libre circulación de personas dentro de la región europea. Alemania, con una población cada vez más envejecida, se beneficia enormemente de una joven mano de obra inmigrante. Algunos estudios sugieren que la integración exitosa y pacífica de los refugiados podría añadir casi un 0,4% anual al PIB.
Sin embargo, otros países no tiene la misma capacidad a la hora de acoger refugiados, especialmente cuando los niveles de desempleo entre los jóvenes se encuentran en niveles históricamente altos y la población lucha por llegar a final de mes. Hemos advertido en el pasado del aumento de los partidos nacionalistas y anti-austeridad. A menos que la UE encuentre un enfoque coordinado y humanitario a esta crisis, existe el riesgo de que la unión sea vista como una reunión de naciones separadas en vez de una sola entidad. Como hemos dicho en el pasado, los diferenciales de la deuda soberana de los países de la periferia europea, en nuestra opinión, podrían ampliarse mucho en un escenario como ese.