En 2015, los flujos de capital a los mercados emergentes cayeron casi un 25% en los portfolios, volviendo a los niveles previamente vistos en el verano de 2010. Esta disminución refleja las salidas de capital tanto por los no residentes y, algo nuevo, como por los residentes. En su último análisis, el equipo de Amundi ha detectado que este fenómeno ha sido más significativo en los mercados de renta variable que en los mercados de bonos. “Los factores responsables no son nuevos, pero se han intensificado a lo largo de este año”, dice Julien Moussavi, estratega y analista económico en Amundi.
En el ámbito doméstico, enumera el experto, la falta de vigor en el crecimiento de los mercados emergentes, las preocupaciones sobre la desaceleración de China, la caída de los precios de las materias primas y el aumento de riesgo inherente en Europa del Este y en Oriente Próximo han aumentado la aversión al riesgo. A nivel más global, la divergencia de las políticas monetarias ha intensificado la volatilidad en unos mercados abarrotados de incertidumbres.
En general, en comparación con las salidas masivas de capital que siguieron al anuncio del tapering de la Fed en mayo de 2013, los flujos de salida (en volumen) en 2015 han sido de una escala similar en los mercados de renta variable emergentes (-28,2% este año frente al -30,7% post-tapering), pero menos intensa en los mercados de bonos emergentes (-18,7% este año frente al -41,1% post-tapering). “Además, la fuga de capitales sufrida tras tapering de la Fed no ha tenido tiempo de recuperarse por completo y, sin embargo, un nuevo movimiento a la baja ha estado en marcha desde el otoño de 2014. Sin embargo, estos hechos son algo diferentes entre las regiones emergentes y clases de activos”, apunta Moussavi.
En los mercados de renta fija, los países emergentes de Asia han visto salidas de capital mucho menos acusadas que las de América Latina o la región de EMEA. La razón es que los mercados emergentes más afectados por las recientes turbulencias han sido los que sufren, entre otros factores, altos déficits por cuenta corriente, mayor incertidumbre política y/o alta exposición a materias primas. Es decir, Brasil, Rusia, Sudáfrica y Turquía, por ejemplo.
En los mercados de renta variable, las salidas de capital han sido más significativas, también en las economías emergentes de Asia aunque en este caso, por razones equivocadas. El estallido de la burbuja especulativa en los mercados de renta variable chinos este verano ha planteado nuevas preguntas sobre la desaceleración en China y provocó flujos de salida importantes, que afectaron a todas las bolsas de los emergentes asiáticos de una forma mayormente indiscriminada. Los mercados de renta variable de América Latina y de EMEA también se han visto afectados por las salidas de capital en 2015, pero en menor medida.
En 2016, Amundi cree que los flujos de capital de los portfolios a los mercados emergentes recuperarán los niveles de 2015, aunque sin una tendencia clara, mientras los riesgos deberían seguir lastrando. “De hecho, es probable que las fuentes de incertidumbre vistas en 2015, persistan en 2016”, estima el analista de la firma, que recuerda además que las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes se mantienen muy por debajo de las tendencias históricas, como evidencia la desaceleración en China y las recesiones en Rusia y Brasil. A esto se suma que los precios de las materias primas podrían seguir siendo bajos durante mucho tiempo, mientras los riesgos geopolíticos y la divergencia de las políticas monetarias en los mercados desarrollados siguen siendo una fuente importante de incertidumbre.
Por último, desde un punto de vista técnico, las empresas de los mercados emergentes siguen estando muy expuestas al riesgo de divisa, sobre todo en los mercados de bonos. En los mercados de renta variable en 2015, las salidas de capital fueron significativas en los mercados emergentes, pero aún podrían recuperarse en el 2016; sin embargo, la cautela sigue siendo necesaria dados los riesgos vistos a corto plazo, concluye Moussavi.