El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) recomendó, en un comunicado reciente, un cambio en el modelo económico y fiscal en Centroamérica ante la posible adopción de políticas radicales en Estados Unidos.
La expectativa creciente en cuanto a que en la redefinición de las políticas estadounidenses prevalezcan la institucionalidad, la moderación y la sensatez, y que Latinoamérica -y en particular Centroamérica-, no parecieran figurar entre las principales prioridades del nuevo gobierno estadounidense, son elementos de confianza para la región.
Sin embargo, el riesgo de que el presidente Trump cumpla las promesas de carácter agresivo y radical que formuló durante su campaña electoral continúa estando vigente y, a criterio del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), debe analizarse con seriedad y criterios técnicos sólidos.
Ante esta incertidumbre, el ICEFI estudió los posibles impactos que, sobre los países centroamericanos, en especial sobre sus economías y sistemas fiscales, podrían registrarse en caso el nuevo presidente estadounidense cumpla sus propuestas más radicales y preocupantes en cuanto a migración, comercio e inversión. En este sentido, el ICEFI analizó los que podrían ser los principales canales de transmisión en Centroamérica, por medio de los cuales estos países podrían sufrir efectos perniciosos.
En materia migratoria, Trump ya aprobado su polémico proyecto de ampliar y reforzar las fronteras entre Estados Unidos y México con la construcción de un muro en la frontera, así como la creación de más centros de detención para indocumentados y acelerar la deportación de inmigrantes ilegales. Acciones que fomentan una política de “tolerancia cero” hacia los inmigrantes, con programas como “entrada-salida” (seguimiento a extranjeros que ingresen con visa para detectar los que no salgan del país), o “examen extremo” (para identificar características ideológicas o religiosas de quienes ingresen a los EE.UU.).
Para el ICEFI, el cumplimiento de estas medidas podría generar aspectos perjudiciales para El Salvador, Honduras y Guatemala (el denominado Triángulo Norte Centroamericano), a través de una disminución de las remesas que los migrantes radicados en EE.UU. envían a sus familias en Centroamérica, un rubro de importancia macroeconómica creciente, en magnitudes comparables a las exportaciones y a la inversión extranjera directa que llega a esos países.
Otro posible canal de transmisión identificado por el ICEFI de los posibles efectos negativos en Centroamérica ante el eventual cumplimiento de las promesas más agresivas de Trump es el comercio exterior. Como parte de su postura contraria al comercio libre y la globalización, Trump prometió revisar, o incluso retirar a los EE.UU. de los tratados de libre comercio, entre los cuales podría figurar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA por sus siglas en inglés), el cual volvió permanentes los beneficios para el 80% de productos centroamericanos contenidos en la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), abarcando un volumen comercial de 30.000 millones de dólares.
El ICEFI explica que históricamente Estados Unidos ha sido el principal socio comercial de Centroamérica en conjunto, pero los datos de comercio exterior muestran diferencias entre países en el grado de esta dependencia económica, y con la sola excepción de El Salvador, incluso se ha registrado un descenso en las exportaciones hacia EE.UU. como porcentaje del PIB de cada país. El Instituto explicó que una política comercial restrictiva desde EE.UU. hacia Latinoamérica, y en particular sobre Centroamérica, podría profundizar la disminución de las exportaciones de la región hacia este importante mercado.
El ICEFI considera que otro canal de transmisión para posibles efectos negativos de un cambio radical en las políticas estadounidenses es la inversión directa que la región recibe de ese país. De acuerdo al Instituto las cifras disponibles muestran que como porcentaje del PIB la inversión estadounidense se incrementó en Nicaragua, y levemente en El Salvador y Panamá, se estancó en Costa Rica y cayó en Guatemala y Honduras, con lo cual medidas drásticas de retiro de capital estadounidense como las que ya se están operando en México, agudizarían la reducción de su impacto en el crecimiento y el desarrollo económico de la región especialmente en los países en los que ya se han registrado menos flujos de inversión o estancamiento.
Por último, el ICEFI expresa preocupación ante un viraje radical de EE.UU. en materia ambiental, considerando que el Presidente Trump durante su campaña llegó a calificar de “mito” al cambio climático y sus declaraciones en cuanto al destino de la gubernamental Agencia de Protección Ambiental son causa de alarma y preocupación. Para el Instituto, el hecho que el Índice de riesgo climático elaborado por el German Watch ubica a Centroamérica como una de las regiones más vulnerables a los efectos perniciosos del cambio climático, hace de esta región una de las que podría sufrir los impactos negativos más drásticos en el caso que EE.UU. adopte políticas que menosprecien la realidad del cambio climático y que generen daños ambientales de escala global.