El progreso en las medidas fiscales estructurales, así como la claridad en las perspectivas de crecimiento del PIB a mediano plazo, influirán en la resolución de las perspectivas negativas de los bonos soberanos de América Latina, dice Fitch Ratings en un nuevo informe.
Las tensiones políticas y sociales podrían plantear riesgos para la contracción fiscal. Diez de los bonos soberanos calificados por Fitch de la región tienen una perspectiva negativa luego de varias rebajas en 2020 cuando la pandemia COVID-19 exacerbó las debilidades económicas y fiscales subyacentes. Ninguno tiene una perspectiva positiva.
La reanudación del crecimiento del PIB y la retirada de algunas medidas de estímulo deberían conducir a la reducción de los déficits fiscales en 2021. Pero persisten los riesgos a la baja como consecuencia del resurgimiento de las infecciones por coronavirus, la lentitud de las vacunas y la dificultad de retirar el estímulo del año pasado.
“Además, las perspectivas negativas continuas reflejan nuestra opinión de que varios bonos soberanos latinoamericanos encontrarán un desafío para lograr una consolidación fiscal consistente con la estabilización de la deuda y la eventual reducción. El impacto de la pandemia en el crecimiento a más largo plazo es muy incierto, el hecho de no establecer estrategias de consolidación a mediano plazo creíbles podría desanclar las expectativas fiscales, y los indicadores sociales debilitados y la destrucción de empleos debido a la pandemia, así como la fragmentación de las legislaturas, pueden agravar las dificultades de implementar políticas de ajuste fiscal impopulares pero necesarias”, señala la calificadora.
Las debilidades fiscales estructurales de la región incluyen una menor movilización de ingresos, alta informalidad, dependencia moderada a alta de los productos básicos y elevadas rigideces presupuestarias. Esto dificultará que los soberanos latinoamericanos se beneficien plenamente de un repunte del PIB. El aumento de la deuda y las estrechas bases de ingresos han socavado otras métricas, como la relación deuda-ingresos e intereses-ingresos.
En la mayoría de los países de la región, la consolidación fiscal relativamente lenta que siguió a crisis anteriores refleja un apetito político limitado para ampliar las bases impositivas o mejorar estructuralmente los perfiles de gasto. Las próximas elecciones podrían ralentizar los ajustes este año o influir en el alcance y el ritmo del ajuste postpandémico.
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