Mientras que Europa logró mantener su pulso optimista durante los meses de verano, las dudas sobre la trayectoria positiva de la economía norteamericana parece que aumentan. Pero algo común y clave para ambos mercados es que los bancos centrales normalicen sus políticas y dejen espacio a que los gobiernos comiencen a realizar reformas que sigan impulsando el crecimiento.
En este sentido, Laurence Boone, del equipo de Análisis y Estrategia de Inversión de Axa Investment Manager, explica que a medida que el crecimiento económico se vuelve menos dependiente de una política monetaria acomodaticia, los mercados se centran cada vez más en la política y en la capacidad de los gobiernos para implementar reformas fiscales y estructurales.
“Por extraño que parezca, los mercados consideran que el impulso económico y político es más dinámico en Europa que en Estados Unidos, pero el sentimiento hacia la política y la política se ha deteriorado en Estados Unidos. El aumento de las tensiones con Corea del Norte y su debilitamiento en relación con China ha llevado a la aversión al riesgo, mientras que la mala cooperación entre la Casa Blanca y el Congreso ha generado preocupación sobre la capacidad de la administración Trump para llegar a un acuerdo sobre la reforma tributaria, el techo de la deuda y el proyecto de ley de gastos”, señala Boone.
Todo esto se ha reflejado, según el último informe de Axa Investment Manager, en la fuerte depreciación del dólar frente al euro y otras monedas. “No esperamos que esta tendencia se revertiera en el corto plazo y creemos que la política monetaria seguirá teniendo peso”, apunta Boone. Respecto a esta política monetaria, la gestora considera que habrá pocos cambios, pese a la implicación que tiene en el mercado. Junto con la política monetaria, según la Boone, la política estadounidense es vista como la principal fuente de incertidumbre en el mundo occidental.
“Esperamos poco movimiento en la curva de Estados Unidos hasta el final del año, y muy medidos cambios en Europa, ya que el Banco Central Europeo (BCE) se esfuerza por implementar un patrón de ajuste lo más bajo posible. Esto nos lleva a creer que las acciones deberían mejorarse en Europa que en los Estados Unidos”, afirma Boone.
Asignación de activos
En opinión de Boone, los cambios que han evolucionado lentamente desde junio han tenido implicaciones significativas para las tasas de interés y el dólar, pero menos para la asignación de activos en esta etapa. “El mal sentimiento en los Estados Unidos y las menores expectativas de los fondos de la Fed en 2018 nos han llevado a revisar nuestras metas de tasas de interés a largo plazo. Ahora esperamos que los rendimientos del Tesoro de diez años sea del 2,7% para 2017 y del 2,7% para el 2018”, afirma.
La gestora estima que en 2018 haya un alza en los rendimientos gracias a la normalización del balance de la Fed. Lo que podría suponer un rotación en el mercado y la vuelta de los inversores extranjeros al mercado estadounidense, frente al europeo o asiático que ahora prefieren. “Comparativamente, Europa lo está haciendo muy bien. No sólo porque sus datos macro arrojan alzas, sino porque los gobiernos europeos parecen más propensos a implementar reforma”, argumenta Boone.