Por primera vez desde 2007, las mejoras anuales en las calificaciones del crédito argentino superan a las rebajas, según un reciente informe de Fitch Ratings.
La calificación del país fue revisada al alza desde ‘CCC’ a ‘B’ en marzo de 2016. Nueve compañías consiguieron una subsecuente mejora, ya que la mayoría de sus calificaciones están restringidas por la calificación del país, que actúa como un techo para el resto de ratings corporativos. El portafolio de compañías argentinas con una calificación emitida por Fitch Ratings estaba compuesto por unas 11 compañías en junio de 2016.
Aproximadamente el 73% del portafolio de bonos corporativos argentinos obtuvo una perspectiva estable, mientras que un 18% de estas compañías mantuvieron una perspectiva negativa. El resto del portafolio no obtuvo una calificación en su perspectiva porque Fitch Ratings no asigna perspectivas a emisiones con una calificación de ‘CCC’ o menor.
Los bonos corporativos argentinos tienen una liquidez muy escasa. Los bajos niveles de efectivo del país comparados con sus contrapartes regionales reflejan las políticas restrictivas de la anterior administración y la falta general de oportunidades de inversión. Los saldos de deuda a corto plazo también son altos en consideración con la deuda total.
“El portafolio de emisores argentinos con calificación por parte de Fitch Ratings emitió unos 3.200 millones de dólares en bonos según los datos de 30 de junio de 2016. Fitch espera que las emisiones continúen, conforme las empresas busquen reemplazar la deuda emitida en moneda local y cara, con deuda denominada en dólares, más barata y a largo plazo”, comentó Cristina Madero, directora asociada para Fitch Ratings.
La proporción de deuda denominada en dólares está aumentando conforme las empresas están refinanciando su deuda local con emisiones internacionales. Para algunas de las compañías de energía de crudo y gas, casi el 100% de la deuda está denominada en dólares.