Según una nueva encuesta mundial de Vontobel, el 71% de los inversores institucionales y profesionales de todo el mundo tiene previsto aumentar sus asignaciones a soluciones de inversión de impacto en los próximos tres años. Y, aunque los inversores europeos siguen liderando la demanda de soluciones, los inversores de Asia tienen previsto alcanzarlos con rapidez. La encuesta de Vontobel evalúa las opiniones de casi 200 inversores institucionales y profesionales de Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico para comprender su forma de pensar y sus prioridades con respecto a sus asignaciones de inversión de impacto actuales y futuras.
Entre los encuestados que ya invierten en impacto, o están dispuestos a hacerlo, la renta variable cotizada es la vía más empleada, ya que el 67% utiliza actualmente esta clase de activos. Además, el 56% tiene previsto aumentar su asignación a acciones cotizadas en los próximos tres años. Los inversores también tienen previsto ampliar la gama de clases de activos que utilizarán en los próximos tres años con respecto a sus asignaciones actuales: el 51% opta por las infraestructuras (frente al 39%); el 38% por el sector inmobiliario (frente al 26%) y el 23% por las materias primas (frente al 7%). Más de la mitad (57%) afirmaron que asignan la totalidad o la mayor parte a estrategias activas de impacto.
Si se analizan las asignaciones a soluciones de inversión de impacto desde una perspectiva geográfica, Europa se sitúa actualmente a la cabeza, con un 70% de los encuestados de la región que invierten en impacto, frente al 56% de Norteamérica y el 57% de Asia-Pacífico. Sin embargo, los resultados también muestran un gran interés por parte de los inversores de Asia-Pacífico en asignar más a impacto, ya que un 92% de ellos planea aumentar las asignaciones a través de los mercados públicos y un 79% a través de los privados. En los mercados públicos, una fuerza impulsora de este aumento del interés en Asia-Pacífico es la definición cada vez más amplia del deber fiduciario, que incluye la evaluación del impacto, citada por el 54% de los inversores, frente al 25% en Europa y el 20% en Norteamérica. En Europa, el impacto también sigue siendo prioritario, con un 67% que espera asignar más a través de los mercados públicos para el futuro y un 72% a través de los privados.
Aunque la mayoría de los encuestados invierte en soluciones de impacto, para muchos de ellos se trata de un concepto relativamente nuevo: más de la mitad (58%) afirma que lleva menos de tres años haciéndolo.
«Las desafiantes condiciones de mercado que hemos experimentado en los últimos 18 meses han tenido ramificaciones en las clases de activos de los mercados públicos y privados, incluidos los que tienen una óptica sostenible. A pesar de estos tiempos tan difíciles, nuestro estudio muestra que los inversores siguen comprometidos con la inversión de impacto e incluso tienen previsto aumentar sus asignaciones en los próximos años», afirmó Pascal Dudle, responsable de Listed Impact en Vontobel. «Curiosamente, prevén hacerlo a través de una gama de clases de activos mucho más amplia, tanto en los mercados públicos como en los privados. Consideramos que esto es un indicador muy positivo de que el concepto de inversión de impacto ha crecido lo suficiente como para ser visto como una forma específica y distinta de invertir, en lugar de un área de nicho de la sostenibilidad”, matizó.
La transición energética impulsa el interés
En cuanto a la fuerza impulsora de las asignaciones a inversiones de impacto, la transición energética sigue siendo prioritaria, ya que el 81% y el 77% de los inversores consideran que la descarbonización y la transición a la neutralidad neta, respectivamente, son los objetivos clave que desean que aborden sus inversiones de impacto, mientras que la biodiversidad también ocupa un lugar destacado en la agenda de los inversores, ya que más de la mitad (56 %) favorece las inversiones de impacto que promueven objetivos de biodiversidad. En cuanto a las áreas que consideran más urgentes y que deben abordarse mediante inversiones de impacto, las tres principales son las energías renovables (68%), la eficiencia energética (58%) y el agua (43%).
Aunque los inversores se inclinan por los objetivos medioambientales, buscan tener un impacto en todo el espectro de la sostenibilidad. Casi seis de cada diez (58%) desean que sus inversiones de impacto se dirijan a objetivos de igualdad de oportunidades y diversidad. Los inversores de Asia-Pacífico y Norteamérica expresan la mayor preferencia por estas causas sociales, con un 66% y un 63% respectivamente, seguidos de los inversores de Europa, con un 53%.
El greenwashing ecológico afecta a la selección de gestores
Los inversores siguen luchando contra el greenwashing o «lavado verde» a la hora de incorporar la inversión de impacto a sus carteras. Sus tres principales preocupaciones son las declaraciones de impacto engañosas o exageradas (60%), la falta de una norma/definición clara del sector para los gestores de impacto (49%) y la falta de transparencia en la información (44%). La capacidad de demostrar el impacto de la cartera es absolutamente crucial y debe ser una parte clave de los marcos de información de las empresas de inversión, ya que el 82% de los inversores afirma que la transparencia y la medición de los resultados de impacto es un factor importante a la hora de seleccionar gestores de inversión de impacto.
Los inversores citan varias dificultades que han experimentado al evaluar las estrategias de inversión de impacto, que probablemente les disuadirían de adoptarlas. Entre ellos se encuentran la falta de datos fiables, la escasa transparencia de los índices de referencia y una amplia gama de planteamientos diferentes entre los gestores de activos.
«Si bien vemos una clara demostración de compromiso con el impacto por parte de los inversores, también es cierto que muchos de ellos se encuentran todavía en una fase relativamente temprana de su trayectoria de impacto. Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan, y un reto común citado donde quiera que estén radicados, es la falta de transparencia y, por tanto, de capacidad para medir e informar sobre el impacto que han tenido sus propias carteras. Una mayor transparencia es fundamental para fomentar la confianza de los inversores», añadió Dudle.