En opinión de Natixis IM, 2022 fue un año duro, 2023 humilde y 2024 presenta unas perspectivas dispares que sitúan a los inversores ante un montón de decisiones difíciles. A éstas se han tenido que enfrentar las llamadas instituciones financieras globales o Global Financial Institutions (GFI, en inglés) quienes, según recoge una encuesta realizada por la gestora, han optado por poner el foco en la renta variable estadounidense y el crédito investment grade, dejando a un lado el high yield y el cash.
Según Julien Dauchez y James Beaumont, experto de Natixis IM Solutions, la cautela es la consigna que recorre muchas de las perspectivas para 2024, con “circunstancias excepcionales”: un ciclo alcista de la tasa de inflación sin precedentes, un contexto político inestable y la acumulación de deuda pendiente, entre otras. En su opinión, esto no quiere decir que no haya entusiasmo por las oportunidades disponibles, sino que hay muchos factores que evaluar y dar respuesta.
“Después de quemarnos en 2023, muchos GIF no han tratado de hacer previsiones a corto plazo, sino que han optado por un enfoque de inversión a largo plazo (datos demográficos, envejecimiento de la población, transición energética, economía global, inteligencia artificial, digitalización, deslocalización de la producción) y proyecciones económicas a medio plazo. Cabría pensar que esta atención a largo plazo ya se ha reivindicado porque algunas de las predicciones a corto plazo ya se han cumplido, tras el repunte del riesgo que tuvo lugar en los dos últimos meses de 2023. Esto pone de manifiesto no sólo lo rápido que pueden moverse las marcas, sino también lo difícil que es acertar con el momento oportuno”, apuntan Dauchez y Beaumont.
A nivel macro, la mayoría de los GIF no prevén un colapso económico generalizado, pero en general apuntan a una ralentización de la economía mundial impulsada por el impacto de las elevadas tasas de crecimiento interanual. Al mismo tiempo, esperan un cambio de política de los bancos centrales, siento un factor de riesgo para los próximos meses.
Visión por activos
Respecto a su visión de la renta variable, según las perspectivas d e GFI, los inversores deberían favorecer a sectores como las empresas de servicios públicos y los bienes de consumo, que suelen estar más vinculados a los índices bursátiles y a menudo se consideran inversiones negativas. En particular, las recompras de acciones casi no se han realizado en los mercados, pero consideran que podrían constituir un importante factor impulsor de las acciones en 2024.
“Prácticamente todas las perspectivas del GFI insisten en que la calidad es un factor de éxito en la actual coyuntura económica. Una insistencia que podría considerarse una señal positiva, sobre todo si se combina con los resultados empresariales y a la elevada dispersión entre los valores, lo que, según señalan los GFI, subraya la importancia de la protección de la solidez”, apunta la encuesta de Natixis IM.
En el caso de la renta fija, los inversores siguen considerando que son la clase de activos más rentable de este año. “Muchos proclamaron que 2023 sería el año de la renta fija, y las razones de esa proclamación no han desaparecido. Pero los bonos no se comportaron como se esperaba durante gran parte del año. Con la previsión de una caída en 2024, los GFI están presionando para sacar provecho de los bonos del Estado y muchos están buscando aumentar la duración y recortar las posiciones de liquidez”, señalan los expertos de la gestora.
Según la encuesta, en general, los GFI están positivos en crédito investment grade global y europeo, mostrando preferencia por el crédito con un enfoque de sostenibilidad.
Cómo “jugar” 2024
Con una tasa de inflación media mayor de lo esperado, los inversores se encuentran que la correlación entre bonos y acciones sigue siendo alta. Según los expertos de la gestora, cierta correlación puede ser buena para los mercados, como ocurrió en diciembre de 2023, cuando el precio de ambos activos se elevó, pero también puede salir mal, como vimos en 2022 o más recientemente en agosto de 2023.
Ante esta correlación, la encuesta muestra que los GFI están demandando y buscando una mayor diversificación para sus carteras. “El auge de la globalización y el avance de un mundo multipolar, caracterizado por el apuntalamiento estratégico y el proteccionismo de las grandes potencias, fueron los principales motivos que los encuestados citaron para justificar su posición de cautela”, añaden.
Una de las tendencias en las que muestran interés es en el inicio de un ciclo de innovación impulsado por la convergencia de múltiples tecnologías, incluida la innovación artificial. En cambio, otros encuestados señalan que se están centrando en temas como la descarbonización y la economía verde, ya que consideran que es el momento de invertir en ello porque el coste de ignorar esta oportunidad será peor.
“Aunque estos y otros grandes cambios se debatieron en las perspectivas, hubo poco consenso sobre la dirección en que podrían caer las fichas. Por este motivo, pensamos que sería más útil analizar cuáles son las grandes opciones actuales y los argumentos alcistas y bajistas para cada una de ellas, en lugar de intentar agregar la opinión media. Creemos que estas son las preguntas que los inversores tendrán que responder por sí mismos en 2024. No hay respuestas claras, pero habrá ganadores y perdedores. Y, desde nuestro punto de vista, es un momento muy emocionante, un mundo en el que la gestión activa puede brillar de verdad, pero en el que la experiencia y las múltiples perspectivas nunca han sido tan importantes”, concluyen los expertos de Natixis IM Solutions.