Mañana será la última reunión del año del Banco Central Europeo (BCE) y todas las expectativas están puestas en la ampliación de los estímulos. Según indica el análisis de las gestoras, y las expectativas del mercado, se espera el incremento y mayor extensión del Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP), de las operaciones adicionales de TLTRO y que los tipos de interés se mantengan.
“El Consejo de Gobierno del BCE se reúne el jueves y esperamos que el BCE aumente y amplíe el programa de compras de emergencia para pandemias (PEPP). Unas compras adicionales de 600.000 millones de euros, llevando el PEPP cerca de 2 billones de euros y el 17% del PIB de la zona euro, y la ampliación de las compras por seis meses hasta finales de 2021 parecen razonables. Buscamos operaciones adicionales de TLTRO más allá de marzo de 2021, así como una extensión del período de tipo de interés preferencial del -1% en virtud de TLTRO-III de junio a diciembre de 2021, coherente con la expectativa de una extensión del PEPP en el mismo horizonte. Para facilitar la provisión de crédito a través del sector financiero también esperamos que el BCE amplíe las medidas temporales de facilitación de garantías y el régimen de adjudicación plena a tipo de interés fijo, y vemos una posibilidad ampliamente igualada de que se realicen nuevas operaciones de financiación a largo plazo de emergencia para pandemias (PELTRO) y se incremente el multiplicador por niveles. No esperamos un recorte de la tasa de la facilidad de depósito”, explica Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO.
Las decisiones que anuncie tras su reunión de mañana siguen la estela de lo anunciado en noviembre, pero además será muy relevante la actualización de sus previsiones económicas. “Creemos que serán muy cautelosos en la forma en que incorporan las recientes noticias sobre vacunas, y en su lugar se centrarán en la larga recuperación y el entorno de baja inflación que se avecina», apunta Paul Diggle, economista senior de Aberdeen Standard Investments.
Según Annalisa Piazza, analista de renta fija en MFS Investment Management, si el BCE realiza su reajuste sin ninguna sorpresa significativa a la baja (es decir, el PEPP adicional inferior a 200 mil millones de euros), “los rendimientos de la Unión Económica y Monetaria Europea tendrá un margen limitado de movimiento con respecto a los niveles actuales”. En este sentido destaca que las condiciones de financiación acomodaticias son la condición previa para asegurar una fase de recuperación con menos incidentes. “Si la inflación sube más rápido de lo esperado, el BCE podría comenzar a permitir que el extremo de la curva se acentúe respecto al precio actual en los futuros”, añade.
El refuerzo de las medidas que se esperan por parte del BCE está, según Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, está totalmente justificado ante la revisión a la baja de las perspectivas económicas, la incertidumbre sobre la segunda ola de la pandemia y las perspectivas de una baja inflación de una forma persistente. Y suma un motivo más: la apreciación del euro.
“Hay mejores perspectivas de un fuerte repunte en la zona euro durante 2021 que en Estados Unidos, debido en particular a una mejor gestión de la crisis sanitaria, así como a la fuerte señal que da el plan de recuperación de la Unión Europea por valor de 750.000 millones de euros. Esta propuesta de programa, que será votado de una forma u otra, demuestra un enfoque de solidaridad y refuerza la integración europea. Sin embargo, un euro fuerte plantea un desafío adicional para el BCE, ya que contribuye a la desinflación de los precios de importación”, explica Dixmier.
El punto de atención sobre la reunión de mañana y las posibles medidas lo pone Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers: “El poder del PEPP radica en su flexibilidad en relación con algunos de esos límites: las compras de papel soberano pueden superar el 30% de la deuda negociable del emisor, y el BCE puede tomarse libertades con la clave de capital del BCE para repartir sus operaciones entre los emisores. Los inversores operan sobre la base de una doble incertidumbre: dado que el BCE no se compromete a un nivel preciso de tipos de interés – y controla varias curvas nacionales al mismo tiempo – los inversores nunca están seguros de cuándo y dónde el BCE intervendrá repentinamente en masa. Sin embargo, existe un límite difícil: según nuestra opinión, el banco central sigue estando obligado por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, que ha aprobado la flexibilización cuantitativa, en parte porque el BCE sólo mantendría una posición minoritaria en la deuda de cada Estado Soberano. El 50% es una limitación real. Es sólo que al menos al principio del programa -mientras que todavía hay bastante espacio antes de llegar al 50%- los inversores dispuestos a poner a prueba la resolución del BCE tendrían que soportar un diluvio de intervenciones impredecibles”.
Las intenciones y el rol de BCE
La reunión de mañana del BCE no se puede sacar del contexto político que vive Europa. “Europa se está quedando a la zaga, ya que los chanchullos políticos amenazan la adopción del presupuesto plurianual de la UE, incluido el fondo de recuperación. Polonia y Hungría han mantenido sus vetos sobre el acuerdo presupuestario mientras se acerca la cumbre de la UE a finales de esta semana. Paralelamente, las negociaciones del Brexit parecen no ir a ninguna parte, aunque un mini acuerdo en la última hora podría ser todavía posible. Con este telón de fondo, el BCE no tendrá otra opción que relajar aún más la política monetaria”, explica Axel Botte, experto de Ostrum AM (Natixis IM).
En opinión de Veit, el BCE no tiene como objetivo facilitar las condiciones financieras, sino más bien preservar las condiciones de préstamo actuales durante un largo período de tiempo. Dado que la política fiscal es vista como el instrumento de elección en un entorno de elevada incertidumbre cerca del límite inferior efectivo, el papel del BCE es principalmente permitir la política fiscal y asegurar condiciones de financiación favorables para el sector privado y público de la economía de la zona euro.
“La función actual del BCE es potenciar la política fiscal, una función que creemos que se cumple mejor mediante la compra de activos y la provisión de liquidez para financiar la expansión del crédito. En este contexto, se espera que el examen de la estrategia ayude a configurar y comunicar el papel de la política monetaria cerca del límite inferior efectivo. Por último, pero no por ello menos importante, 2021 será el primer año sin Yves Mersch en el BCE, que será reemplazado por Frank Elderson el 14 de diciembre, en lo que constituye el último cambio programado en la Junta Ejecutiva hasta 2026”, insiste el gestor de PIMCO.
Por su parte, Ulrike Kastens, economista para Europa en DWS, considera que el BCE debe seguir siendo un actor clave en el mercado, similar a la Reserva Federal de Estados Unidos. “A finales de 2021, es probable que el BCE tenga bonos que asciendan a alrededor del 40% del PIB de la zona euro y por lo tanto se dirija a un nivel similar al de la Fed. Los efectos negativos de esta política, su proporcionalidad y la futura cuestión de la elección de los instrumentos de política monetaria formarán parte del examen estratégico. Pero es poco probable que esto conduzca a una inversión de la tendencia. Así pues, el entorno de tipos bajos seguirá siendo bajo durante mucho tiempo», sostiene Kanstens.
Para Dixmier, al presentar una hoja de ruta clara, “el BCE proporciona a los inversores un alto grado de visibilidad, anclando los tipos a corto plazo cada vez más firmemente en niveles bajos e influyendo en toda la curva”. Además, las nuevas medidas ya están siendo asumidas por los mercados, como lo demuestra la compresión de los diferenciales crediticios y de la periferia.