Las gestoras tienen claro cuál será el tono y el mensaje que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, va a lanzar tras la reunión del banco central: continuidad en su postura dovish. Él mismo apuntó en esta dirección durante una intervención en el Club Económico de Washington el pasado 14 de abril, así que es difícil imaginar que su mensaje haya cambiado notablemente en el breve tiempo transcurrido.
Según explica David Norris, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel AM), “en las últimas entrevistas Powell ha reconocido que la economía estadounidense se está abriendo. Los datos siguen mejorando y acercándose a los objetivos de la Fed, y los fundamentales están mejorando en general a un ritmo rápido. Los vuelos nacionales de pasajeros están creciendo, la gente está volviendo a los restaurantes y las recientes nóminas no agrícolas (NFP) han mostrado una mejora significativa con la expectativa de que esto continúe a lo largo del año”.
Por ahora el banco está centrado en comprar cada mes 120.000 millones de dólares en bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas de (MBS), con el objetivo de mantener los tipos de interés a un nivel que apoye la contratación y el gasto, y asegura que seguirá haciéndolo hasta que vea un progreso adicional importante hacia el pleno empleo y el objetivo de inflación sostenida del 2%. Powell sigue reiterando las tres normas que deben cumplirse antes de considerar la posibilidad de subir los tipos: una recuperación del mercado laboral, que se alcance el 2% de inflación y que ésta se sitúe por encima del 2% durante un periodo sostenido.
Con este piloto compromiso por su parte, es lógico que no se espere un cambio en la postura política. “Creemos que la Fed seguirá adoptando un enfoque muy pragmático basado en hechos, y no en expectativas, como afirmó recientemente el vicepresidente Richard Clarida. La acción de la Fed estará determinada por las cifras de empleo e inflación. Al hacerlo, la Fed se está colocando en un modo reactivo en lugar de proactivo, y está asumiendo una posición detrás de la curva. Sin embargo, la Fed debe permanecer particularmente atenta a la inflación, como repitió recientemente el presidente Powell, cuando dijo que estaba listo para tomar las medidas necesarias si la inflación excedía sustancialmente el 2% durante un período prolongado”, añade Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors.
Los matices del “no news”
Pese a las bajas expectativas sobre posibles novedades, las gestoras sí apuntan diversos matices a los debemos estar atentos. Para Axel Botte, estratega de Ostrum AM (Natixis IM), las novedades podrían llegar en verano. Según argumenta, “Jerome Powell ha hablado recientemente de tapering, pero creemos que el anuncio oficial podría producirse a finales de verano, en Jackson Hole. Es probable que el escenario de tapering se traduzca en una reducción gradual de 10.000 millones de dólares en las compras de T-notes en cada FOMC en 2022. El pico de los estímulos monetarios, sin duda, se ha superado con creces”.
Una reflexión con la que coincide François Rimeu, estratega senior de La Française AM, quien considera que hoy no habrá pistas sobre el calendario de la reducción de sus compras de activos del Tesoro y MBS antes de la segunda mitad del año. “Como muy pronto lo hará en la reunión de junio, muy probablemente en el simposio de Jackson Hole en agosto. Powell también hará hincapié en que la finalización del quantitative easing (QE) es una condición necesaria antes de considerar la posibilidad de subir los tipos. En general, esperamos un tono más optimista, pero no creemos que tenga un impacto significativo en los mercados, excepto si Powell señala que se acerca el momento de la retirada de estímulos. Pero, de nuevo, no vemos que eso vaya a ocurrir en esta reunión”.
Y que también sostiene Esty Dwek, Head of Global Market Strategies de Natixis IM Solutions: «Creo que lo que la Fed va a comenzar a hacer en los próximos meses es prepararnos para empezar a hablar del tapering, pero no van a hablar de eso todavía; probablemente lo hagan en junio o en Jackson Hole en agosto. Pero ahora mismo la Fed está centrada en las tasas de desempleo y específicamente en los niveles de empleo entre las minorías sociales, para trabajos con bajos salarios y baja cualificación. Para ese tipo de empleos, las tasas de paro están mucho más altas que el promedio y mucho más altas que antes de la pandemia. Por lo tanto, sigue siendo apropiada la política monetaria acomodaticia y creo que probablemente no subirán tipos hasta 2023».
Puestos a buscar matices, Gilles Möec, economista jefe de AXA Investment Managers, también sostiene que “no se esperan cambios en la política monetaria, pero se mantendrá la atención sobre la Tasa de Interés sobre el Exceso de Reservas (IOER) dado las presiones a corto plazo”. En cuanto a la publicación del PIB del primer trimestre en EE.UU., añade: “Esperamos una tasa anualizada del 8,5%, por encima del 6,5% de consenso tras las fuertes ventas minoristas”.
Para Jim Leaviss, CIO de renta fija de mercados públicos de M&G, la clave de los mensajes de la Fed está en la capacidad que tenga Powell en mantener su discurso pese a la subida de la inflación. “La Fed ha querido mantener la idea de que el objetivo de inflación media flexible significa que está preparada para permitir que la economía se caliente durante los próximos años. La gente está anticipando ahora la reducción de las compras de flexibilización cuantitativa, y de hecho podríamos ver anuncios de reducción hacia finales de este año. Los mercados ya han descontado casi cuatro subidas de tipos de la Fed para finales de 2023. La cuestión es si eso va a ser coherente con el objetivo de inflación media flexible”, apunta.