Esta semana ha quedado demostrado que estamos en un nuevo mundo multipolar marcado por un reajuste en la geopolítica y en las relaciones multilaterales. Un escenario donde los populismos y la política aumentan su ruido que, por otra parte, el mercado se esfuerza en ignorar. Según las firmas de inversión, este contexto hace necesario repensar la hoja de ruta de los inversores. ¿Qué proponen?
Para Michael Strobaek, CIO Global, y Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora de estrategia de inversión, sostenibilidad e investigación, CIO de EMEA de Lombard Odier, “un reajuste geopolítico podría cambiar significativamente la economía mundial y los mercados financieros, lo que daría lugar a rendimientos ajustados al riesgo más equilibrados en todas las clases de activos y pondría de relieve los beneficios de una amplia diversificación para los asignadores de activos”.
Según estos expertos, los inversores están navegando por una nueva era multipolar posterior a la Guerra Fría, en la que los rendimientos ajustados al riesgo convergen en las principales clases de activos. “El orden democrático liberal global parece estar subordinado a intereses nacionales y económicos a corto plazo, liderados por la nueva administración estadounidense. Los asignadores de activos deben gestionar el riesgo con diligencia y diversificar ampliamente, aprovechando los activos alternativos siempre que sea posible”, insisten desde Lombard Odier.
Para Gianluca Ungari, responsable de Gestión de Carteras Híbridas en Quantitative Investments (Vontobel), y Sven Schubert, responsable de Análisis Macro en Quantitative Investments (Vontobel), en respuesta a este nuevo entorno, los mercados se están moviendo con rapidez. “A pesar del impacto inicial que provocó el anuncio de los aranceles sobre Canadá, México y China –seguidos de un nivel más elevado del 25% sobre las importaciones de acero y aluminio a partir del 12 de marzo-, los mercados han asimilado la noticia relativamente bien. La dirección de los movimientos del mercado a principios de febrero refleja los efectos económicos del aumento de los aranceles estadounidenses”, apunta los expertos de Quantitative Investments.
Ahora febrero acaba con la idea de los aranceles recíprocos y las negociaciones entre EE.UU. y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania. Por ello, Undari y Schubert consideran que los inversores deben permanecer en alerta. “Aunque mantenemos unas perspectivas de mercado constructivas y una posición larga en renta variable, las estrategias de cobertura podrían ser cruciales para el rendimiento este año. Hasta ahora, nuestras coberturas de cola, como el yen japonés y el oro, han dado buenos resultados. Mientras tanto, la renta variable europea ha obtenido mejores resultados en las últimas semanas, impulsada por las expectativas de estímulo fiscal tras las elecciones alemanas y la decisión de Trump de retrasar los aranceles a Canadá y México”, apuntan estos expertos.
Enguerrand Artaz, estratega y gestor de fondos en La Financière de l’Échiquier (LFDE), reconoce que la incertidumbre se ha disparado a niveles incluso superiores a las tensiones comerciales de 2019. En su opinión, la renta variable debería entonces rotar hacia los sectores más defensivos y menos expuestos al comercio mundial, como los servicios públicos o el sector inmobiliario. “Este escenario no es necesariamente negativo para las pequeñas capitalizaciones europeas, que están menos expuestas (por término medio) al comercio internacional y son más sensibles a la caída de los tipos de interés”, matiza.
Además, Artax considera que, en una asignación diversificada, convendría aumentar la proporción de activos de renta fija. “Se trata de una medida lógica, ya que una subida de los aranceles aduaneros es deflacionista y recesiva para los países afectados. Una escalada podría llevar al BCE a recortar aún más los tipos. Aunque estos han mostrado resistencia hasta ahora, si la incertidumbre persiste, podría afectar al sentimiento de los inversores. Artaz concluye que «para los mercados, una situación desagradable, pero conocida, como una subida fija y definitiva de los aranceles, suele ser mejor que la ambigüedad alimentada por la volatilidad política».
El comportamiento del mercado
Según el balance de esta situación que hace Axel Botte, jefe de Estrategia de Mercado en Ostrum AM (Natixis IM), los mercados financieros parecen aislados de las erráticas comunicaciones que emanan de Donald Trump. “El aplanamiento de la curva de rendimientos ha provocado un estrechamiento generalizado de los diferenciales. A pesar de la postura de statu quo de la Fed y de la política restrictiva del Banco de Japón, la relajación monetaria sigue siendo la tendencia predominante a escala mundial. Sin embargo, la fuerte subida de los precios del oro envía una solitaria nota de preocupación”, apunta Botte.
Esta inestabilidad a nivel mundial se deja notar en el petróleo. De hecho, el precio del crudo West Texas Intermediate (WTI) alcanzó la zona de 72.80 dólares por barril el 19 de febrero de 2025, cerrando en la zona de 72.05 dólares por barril. “El aumento en el precio del crudo WTI se debe a una combinación de factores geopolíticos, climáticos y de oferta y demanda. La incertidumbre sobre la producción en Rusia y Estados Unidos, junto con la posibilidad de que la OPEP mantenga restricciones en la oferta, ha generado un entorno propicio para la escalada de los precios”, explica Antonio Di Giacomo, Analista Senior de Mercado de XS.com.
Además, en su opinión, los inversores también han respondido a estos acontecimientos con un aumento en la especulación financiera sobre el petróleo. “La volatilidad del mercado ha llevado a un mayor volumen de transacciones en contratos de futuros, lo que contribuye a la fluctuación de los precios. En este sentido, los operadores están atentos a cualquier señal de cambio en las políticas de producción de los principales países exportadores”, señala Di Giacomo.
El otro activo donde queda reflejado este contexto es el oro. “Su precio se mantendrá elevado a lo largo de 2025 en un contexto de aumento de las compras de los bancos centrales, creciente preocupación por los aranceles perjudiciales de EE.UU. y la demanda de ETFs de oro de reciente introducción. Sin embargo, podría debilitarse si el diferencial de tipos de interés entre EE.UU. y el resto del mundo sigue siendo amplio, lo que podría dar lugar a que el dólar se mantuviera fuerte, lo que debería presionar al oro a la baja. Aunque, este no es nuestro caso base”, añade Peter Smith, estratega senior de Renta Variable Internacional de Federated Hermes.