El consenso no siempre acierta. Y se equivocó de plano con las perspectivas de que Ben Bernanke, responsable de la autoridad monetaria de Estados Unidos, iniciaría ahora los recortes a los estímulos cuantitativos que mantiene en la economía en forma de compra de bonos del Tesoro. Los profesionales habían asumido un escenario de recortes desde septiembre, apuntalado por la recuperación económica, y de subida progresiva de tipos de interés, pero de momento eso no ocurrirá. Lo sucedido lleva a algunas entidades a rectificar sus previsiones tras la sorpresa de la pasada semana mientras otras critican que la Fed haya perdido la ocasión de tomar una decisión difícil cuando los mercados ya estaban preparados para asumirla. Para algunos, la autoridad se ha equivocado o ha actuado de forma irónica, mientras otros defienden que los mercados han malentendido sus mensajes. En general, coinciden en que derivará en subidas en los activos de riesgo, como las acciones, y frenará también las ventas masivas de bonos del Tesoro y deuda emergente.
Para Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco, la decisión de la FED ha confundido al mercado y ha hecho mella en su credibilidad, aunque cree a partir de ahora andarán con cuidado. El experto considera que esto es positivo para los mercados más riesgosos, tales como la renta variable y los bonos high yield.
“Esta decisión supone un empujón para las inversiones con más riego tales como la renta variable o el high yield. Hay más dinero fluyendo hacia estos mercados. También ayudara a los mercados emergentes. Esto reducirá la huida de estos mercados, excepto aquellos que están lidiando con problemas estructurales”.
Los expertos coinciden en que la macroeconomía importa: desde Henderson Global Investors e Invesco interpretan la decisión del banco central en estas claves. La explicación a su decisión la encuentran en la falta de fortaleza en los datos de empleo y la reciente subida de los tipos de largo plazo en los mercados. “El crecimiento del empleo es clave en su concepto de una recuperación sostenible y con el mercado inmobiliario recuperándose, la Fed está dispuesta a limitar el movimiento al alza de los tipos”, comenta Phil Apel, responsable de Renta Fija Diversificada y Tipos de Interés de Henderson. John Greenwood, economista de Invesco, dice que la decisión reconoce la realidad de un crecimiento menor al esperado (la Fed rebajó sus perspectivas de 2013 desde el 2,3%-2,6% al 2%-2,3%). “Siempre he pensado que el daño que haría la burbuja y su estallido a los balances conduciría a un periodo de menor crecimiento. La Fed no ha sido capaz de entender la severidad del desapalancamiento tanto en hogares como en instituciones ni incorporar esos problemas a sus modelos de previsión”.
Una oportunidad perdida
Pero, justificada o no por la macroeconomía, para algunos la decisión ha sido una oportunidad perdida: “Es extremadamente sorprendente que la Fed haya dejado pasar la oportunidad de reducir sus compras de activos en la última reunión: el mercado ya lo ponía en precio y los datos habían mejorado desde que dejó entrever su idea”, dice Apel. En esa misma línea se pronuncia David Hoffman, coresponsable de Renta Fija Global de Brandywine, la filial de renta fija de Legg Mason. “Ha sido una gran sorpresa para nosotros teniendo en cuenta los mensajes de los últimos meses y creo que ha sido un error que Bernanke haya perdido la oportunidad de empezar a reducir los estímulos. Me preocupa la forma en que la Fed saldrá de esa situación”, dice, pues en su opinión la economía estadounidense tiene mayor fortaleza que antes y crece a mayor ritmo que Europa o Japón. Keith Wade, economista jefe de Schroders, también considera que la Fed ha perdido la oportunidad perfecta para empezar a salir de sus políticas expansivas.“Las preocupaciones sobre la generación de burbujas volverán pero la Fed solo puede quejarse a sí mima”.
Ken Taubes, responsable de Gestión de Inversiones de Estados Unidos para Pioneer Investments, tilda de irónica la reacción porque “su lenguaje corporal” desde mayo sugería que iba a iniciar el tapering. “De haberlo hecho, los mercados no habrían reaccionado demasiado”. Por eso ahora Taubes cree que los mercados deben centrarse en los datos económicos e ignorar los signos de la autoridad monetaria. Algo así como no hacerle caso a la Fed, o hacérselo menos que antes.
“El teatro protagonizado por Bernanke y la Fed ha sido inútil y costoso. ¿Se ha debido a un excesivo optimismo en Washington? ¿A una comunicación excesiva?¿Al hecho de que Bernanke quería cerrar el episodio de la crisis antes de abandonar la Reserva Federal? Probablemente esos tres factores son parte de la explicación. La cuestión ahora se centra en la credibilidad de la Fed. Hay un riesgo de inconsistencia”, añade Philippe Waechter, economista jefe de la gestora Natixis Asset Management (NAM).
Willem Verhagen, economista senior de ING Investment Management, es menos crítico y no cree que la Fed haya perdido su credibilidad. “Tan solo ha actuado como Keynes cuando afirmaba que cuando los hechos cambian, él también cambiaba de opinión”, explica, citando los problemas de deuda o los datos de crecimiento, menos uniformes que a principios del verano, así como el aumento de rentabilidades en los bonos del Tesoro. De hecho, cree que los mercados no han entendido bien que la política de tipos cero y los programas de compra de bonos son medidas diferenciadas y por eso Bernanke ha decidido frenar el tapering: “El tapering debería ser visto como un movimiento táctico de política monetaria que no afecta al compromiso con su política de tipos de interés (o forward guidance)”, dice.
Chris Iggo, responsable de Renta Fija de AXA IM, está de acuerdo y cree que la Fed ha confundido a los mercados y ahora intenta dar su mensaje con más contundencia. Al igual que Verhagen, interpreta que la autoridad monetaria ha tratado de responder a las subidas en los tipos de interés para hacer entender a los inversores que la economía no es lo suficiente fuerte aún y que impondrá su política de tipos cero. “Como el mercado ha retado a la Fed con un incremento de tipos a pesar del “forward guidance”, el organismo ha intentado decirle que no ha entendido nada de lo que ha dicho hasta ahora”. Y por eso intenta hacer ver a los inversores que han de acostumbrarse a un escenario de tipos bajos.
Reenfoque de los mercados
Además del freno a la caída en los bonos del Tesoro, las entidades creen que la decisión será positiva para los activos de riesgo en las próximas semanas, y también para los activos que han sufrido el fantasma del tapering en el verano, como la renta fija emergente o los bonos ligados a la inflación, dice Apel. Greenwood explica que un periodo de menor crecimiento a lo previsto implica que el ciclo de negocio será más largo, lo que beneficiará a las acciones mientras los bonos estarán sujetos a episodios bajistas. Taubes coindice en que la medida será positiva para los activos de riesgo y el dólar podría perder su reciente apreciación: “Podríamos ver un flujo hacia activos que han sufrido ventas desde mayo –como los emergentes-, aunque en realidad los activos de riesgo no han sufrido en exceso”. Desde Robeco hacen hincapié en el “respiro” que da la Fed a los mercados emergentes, que cuentan con más tiempo para llevar a cabo reformas estructurales que reduzcan su vulnerabilidad a la entrada y salida de flujos exteriores. «Aunque las perspectivas para algunos países como Brasil o India continúan complicadas, creemos que lo peor ha pasado”, comenta Lukas Daalder, gestor de asignación de activos de la gestora.
Las entidades también han rectificado sus previsiones con respecto a los bonos del Tesoro. Entre ellas está BlackRock, aunque no descarta que siga la volatilidad ante la situación económica estadounidense y otras incertidumbres. “La decisión de no recortar reduce nuestra opinión acerca del rango de variación en los bonos del Tesoro a 10 años en aproximadamente un cuarto de punto, a 2,50% – 2,85%”, explica, Rick Rieder, director de Inversiones de Renta Fija Fundamental de la gestora, si bien reconoce que ese rango podría variar incluso más dependiendo de los datos económicos de las próximas semanas, la evolución el debate sobre el techo de deuda del país o la asignación del sucesor de Bernanke. “Con una política económica acomodaticia durante un largo periodo de tiempo, la huida de los bonos del Tesoro –y subida de rentabilidades- podría detenerse”, cree también Anthony Doyle, gestor de renta fija en M&G Investments. Al igual que Rieder, considera que tras tener las miradas en el banco central, los mercados se reenfocarán ahora en los datos fundamentales de la economía estadounidense y en la medida en que empiecen a hacerlo, y con la perspectiva de que la retirada de estímulos será más lenta de lo esperado, las preocupaciones sobre el tapering disminuirán y el activo encontrará algo de soporte.
Con respecto a esos datos, Doyle señala tres fuentes clave de preocupación de la Fed: la baja inflación (y su defensa del objetivo del 2%), los problemas del mercado laboral (pues la tasa de paro del 7,3% no es tan buena como parece) y el incremento en los tipos hipotecarios, quepodría poner en peligro la recuperación del mercado inmobiliario y su impacto en la economía. “Parece que la Fed ha frenado el tapering para no reducir la burbuja desarrollada en los activos de riesgo en la primera mitad del año”, apostilla.
Evolución de los tipos
De lo que no están tan seguros los gestores es de que se frene la subida de tipos a medio plazo, pues las implicaciones de las subidas en los activos de riesgo, las expectativas de inflación, los datos económicos positivos y la creciente aceptación de que la Fed acabará recortando estímulos elevarán las rentabilidades en la parte larga de la curva, según Henderson. En Invesco señalan en esta línea que la Fed solo controla la parte corta de la curva, si bien Greenwood reconoce que al retrasarse el tapering, el gap entre el fin de las compras de activos y el inicio de la subida en los tipos de interés será mayor de lo esperado, lo que implica que la subida de tipos se retrasará hasta finales de 2015 o incluso 2016. Para el experto de Brandywine, la decisión de no empezar aún a recortar los estímulos también abre la puerta a un periodo más extenso de tipos bajos, algo de lo que Iggo advierte: “¿Qué hace falta para ver una subida de tipos en Estados Unidos? Cuando lo sepamos ya será demasiado tarde porque estaremos ante una mayor inflación u otra burbuja y su estallido”.
Con todo, los expertos coinciden en que es una decisión temporal y que tarde o temprano el tapering se producirá, y volverá a la agenda de los mercados antes de final de año, según Taubes, aunque la Fed dejó claro que no hay una agenda predeterminada. “Nada de esto significa que el tapering ya no esté sobre la mesa a medio plazo”, añaden desde ING IM. Wade cree que la próxima fecha para el comienzo del tapering podría ser octubre pero debido a los comentarios de Bernanke en la última reunión, cree que diciembre será la fecha más probable.
Fuera del consenso
En medio de la sorpresa de unos y las críticas de otros, algunas entidades recuerdan que ya advirtieron de que era demasiado pronto para hablar de tapering.”El debate en torno a la retirada de la relajación cuantitativa es prematuro», comentaba Trevor Greetham, gestor de fondos multiactivos de Fidelity Worldwide Investment hace unos meses. «La reacción y el debate en el mercado sobre la retirada de estímulos cuantitativos por parte de la Fed parecen exagerados. Creemos que la Fed se centrará en mantener la estabilidad económica en los mercados de bonos del Tesoro”, añadía Steve Ellis, gestor de carteras de deuda emergente de la entidad.