Las elecciones al Parlamento Europeo han dejado tres conclusiones claras: los partidos de extrema derecha -con un matiz antisistema- han ganado peso; sigue habiendo una mayoría de centro; y los resultados han tenido un fuerte impacto en la política local francesa y belga. Las consecuencias de este resultado electoral aún no se dejan, por lo que el mercado se muestra, por ahora, más preocupado en las decisiones que tome la Reserva Federal de EE.UU. esta semana, en materia de política monetaria.
Según los primeros resultados oficiales publicados por la Eurocámara, las formaciones políticas de ultraderecha han aumentado su presencia. Sin embargo, la victoría ha sido para el Partido Popular Europeo (PPE) con 191 escaños, seguido de Socialistas y Demócratas (S&D) con 135 y Liberales (Renew), con 83. Estos resultados también dejan un adelanto electoral en Francia, ya que su presidente, Emmanuel Macron, ha disuelto la Asamblea Nacional y convocado elecciones legislativas para finales de este mes; y la dimisión del primer ministro belga, Alexander de Croo. En ambos casos, el motivo ha sido el mismo: su pérdida de votos en estas elecciones y el auge de otros partidos más extremos de derechas.
En opinión de Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, no se esperaba que el resultado de las elecciones europeas desencadenara un gran cambio de postura en la UE. «Aunque el espacio político general de los partidos mayoritarios se está reduciendo, el Parlamento Europeo tiene una larga tradición de cooperación entre los principales grupos –centro-derecha, liberales y socialdemócratas– que, a tenor de los resultados nacionales vistos hasta ahora, probablemente conserven juntos una cómoda mayoría de los escaños. Puede que sea más difícil alcanzar los compromisos necesarios y habrá que tener en cuenta los cambios en la opinión pública, pero no cabe esperar un cambio radical de rumbo. Sin embargo, la decisión del presidente francés de disolver la Asamblea Nacional, la cámara baja del Parlamento francés, en respuesta al voto europeo, cambia la perspectiva», afirma.
Sobre la decisión tomada por Macron, Lizzy Galbraith, economista política de abrdn, añade que “estas elecciones no afectarán a la posición de Macron como presidente, pero le exponen a tener que gobernar con los partidos de la oposición en el Parlamento, lo que agravaría las dificultades que ha tenido para aprobar leyes durante su actual mandato”. Para Axel Botte, responsable de Estrategia de Mercados de Ostrum AM (affiliate de Natixis IM), se abre una gran incertidumbre en Francia: «No está claro si la ultraderechista RN puede asegurarse un gobierno mayoritario en esta coyuntura. La imposibilidad de formar un gobierno liderado por RN podría convertir al centro-derecha de Macron en la única solución viable. En cualquier caso, estas elecciones son extremadamente importantes de cara a las próximas elecciones presidenciales de 2027″.
Según Mabrouk Chetouane, responsable de estrategia global de Natixis IM Solutions, «las consecuencias económicas y financieras de este trueno político ya son palpables» en Francia, donde el principal índice bursátil, el CAC 40, abrió con fuertes caídas, reflejo de la inquietud de los operadores del mercado por la visibilidad de la trayectoria de la economía francesa. «Los planes de reforma podrían verse abruptamente frenados por la probable formación de una coalición, que daría lugar a un gobierno de coalición en un contexto en el que el estado de las finanzas públicas no deja margen de maniobra al futuro gobierno. Francia, pilar de la zona euro, podría encontrarse en un posible callejón sin salida. Esto reduciría la visibilidad de los inversores, acentuaría la volatilidad de las bolsas nacionales y aumentaría el coste de la deuda… Un trío deletéreo que alejaría temporalmente a los inversores extranjeros de los mercados franceses», apunta Chetouane.
¿Dónde mira el mercado?
Ante este nuevo marco político de fondo, los mercados se muestran, por ahora, tranquilos y vigilan lo que realmente consideran será la cita de la semana: la reunión de política monetaria que celebrará la Reserva Federal de EE.UU. esta semana. Es decir, lo que realmente importa es si el próximo jueves, la Fed anuncia o no su primera bajada de tipos de este año, tal y como hizo el BCE la semana pasada.
Para contextualizar qué hará la Fed, de nuevo es importante mirar hacia los datos. “Los últimos datos de empleo de Estados Unidos dieron señales mixtas. La proporción de empleos no cubiertos por trabajador desempleado cayó a niveles de 2019, lo que sugiere una relajación de la tensión en el mercado laboral. Sin embargo, el fuerte crecimiento de las nóminas no agrícolas y el aumento del 0,5% de los ingresos medios por hora de los trabajadores de producción y no supervisores podrían indicar presiones salariales inflacionistas. El IPC de esta semana podría ayudar a aclarar si EE.UU. está disfrutando de un momento goldilocks de desaceleración de la inflación combinado con un empleo resistente o si persisten las presiones inflacionistas”, señala Ron Temple, jefe de estrategia de mercados de Lazard.
En opinión de Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, tras los últimos datos conocidos sobre la marcha de la economía de los Estados Unidos, la Fed se enfrenta a desafíos significativos para alcanzar su objetivo de inflación del 2%, tras el sólido desempeño de la economía y del mercado laboral. “En la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del 12 de junio, es improbable que la Fed modifique su orientación sobre futuros recortes de tipos dada la falta de confianza en la sostenibilidad de la trayectoria desinflacionaria actual”, señala Molina.
Por su parte, Paolo Zanghieri, economista senior en Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments, recuerda que, en las últimas semanas, los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC) han pedido más paciencia en la flexibilización, lo que probablemente se traducirá en una revisión al alza de la mediana del nivel apropiado para finales de año del tipo de los fondos federales. «Nuestra hipótesis de base sigue siendo la de dos recortes de tipos (en septiembre y diciembre), con un solo recorte como segundo escenario más probable. Más importante para los tipos a largo plazo, es probable que el FOMC siga revisando al alza su estimación del tipo de interés neutral a largo plazo, un indicador del nivel en el que se detendrá el ciclo de relajación. La mediana actual del 2,6%, que corresponde a un tipo real del 0,6%, es muy inferior a lo que piensa la mayoría de los analistas: las aproximaciones basadas en el mercado son coherentes con un tipo superior al 3%».
Implicación para los inversores
Para Reto Cueni, economista de Vontobel, el resultado de las elecciones muestran que se ha producido se ha producido un fortalecimiento de los partidos «antisistema» de extrema derecha en Europa, pero no han superado las estimaciones. Esto significa que la «mayoría de centro» se mantiene intacta en el Parlamento Europeo, obteniendo probablemente más del 55% del total de votos, mientras que los partidos verdes de toda Europa sí perdieron escaños parlamentarios.
En su opinión , esto signfica tres cosas para los inversores. La primera que, según Cuenni, esa «mayoría de centro» aporta estabilidad en un Europa de elevada incertidumbre geopolítica. «De momento, son noticias positivas para los inversores. Sin embargo, en las próximas semanas se verá si los partidos de centro pueden trabajar juntos y elegir a un presidente de la Comisión Europea también de centro para el nuevo mandato de cinco años», afirma.
En segundo lugar, Cueni considera que el giro hacia partidos de derecha más «antisistema» que se oponen políticamente al «nuevo acuerdo verde» y dan prioridad en su programa a la seguridad nacional y el control de fronteras, muestra cómo ha cambiado el enfoque político en Europa. «Los inversores tienen que estar atentos a la presentación, a mediados de julio, de los programas de los candidatos a la próxima presidencia de la UE, que permitirán conocer la agenda de los partidos y el impulso político en Europa», advierte.
Por último añade que, en tercer lugar, «las elecciones parlamentarias anticipadas en Francia aumentarán la incertidumbre sobre el curso político de la segunda mayor economía de Europa». Según su análisis, dado que el sistema político del país hace que la política exterior y de defensa sea en gran medida una prerrogativa presidencial, «la incertidumbre sobre la futura colaboración de Francia en Europa y en el plano geopolítico sigue estando controlada, al menos hasta la primavera de 2027, cuando están previstas las próximas elecciones presidenciales francesas».
La visión sobre las elecciones en Europa
Los expertos de las gestoras ya habían advertido de que podría haber una mayor presencia de la extrema derecha, tal y como adelantaban algunos sondeos. Nicolas Wylenzek, estratega macroeconómico en Wellington Management, señalaba antes de las elecciones que estas podrían acelerar un cambio en las prioridades políticas de la UE, lo que tendría implicaciones potencialmente significativas para la renta variable europea. Sin embargo, aclaraba que ese reajuste dependerá de una serie de factores, como la composición de la Comisión Europea, los cambios en el panorama político de los Estados miembros y acontecimientos internacionales como la guerra en Ucrania y las elecciones estadounidenses.
“Aunque una reducción de la carga administrativa podría ser claramente positiva para las empresas de la UE, considero que el cambio de rumbo general es marginalmente negativo. Las reformas que impulsan una mayor integración, como la unión bancaria y la unión de los mercados de capitales, reforzarían la resistencia de la economía de la UE y facilitarían el crecimiento, mientras que permitir y fomentar la inmigración de mano de obra cualificada podría ser importante para ayudar a limitar la inflación y mejorar el crecimiento de esta tendencia”, explicaba.
En este mismo sentido se pronunciaba hace unos días John Polinski, vicepresidente y gestor de cartera de renta fija en Federated Hermes, quien señalaba cómo las elecciones al Parlamento Europeo de 2024 podrían resultar en la primera coalición de centro-derecha de la UE, con el Partido Popular Europeo uniéndose a los Conservadores y Reformistas Europeos y a Identidad y Democracia. Según indicaba, este cambio podría moderar las políticas ambientales y migratorias, y alterar las dinámicas de gasto y deuda dentro de la UE. “Creemos que un giro político a la derecha tendrá un efecto moderado en los mercados europeos de renta fija a corto plazo. Pero a más largo plazo, un cambio podría afectar significativamente a los mercados, especialmente en lo que respecta a las fusiones y adquisiciones transfronterizas y a la política industrial, ESG y fiscal”, aseguraba.
Por último, Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel), lanzaba una reflexión clara para no dejarse llevar por los titulares de hoy: “En nuestra opinión, no es probable que las consecuencias macroeconómicas sean tan grandes como podrían ser algunos de los titulares tras las elecciones. Aunque es muy probable que el eurodiputado medio se mueva hacia la derecha, eso no significa que la macropolítica vaya a cambiar drásticamente. Sin duda, habrá consecuencias microeconómicas para sectores muy afectados por la política climática, por ejemplo, en caso de que se reviertan algunas políticas. Pero tendemos a pensar que la mayoría de las variables macroeconómicas y los datos agregados de las empresas, como el apalancamiento o las tasas de impago, no cambiarán demasiado como resultado de las elecciones. El impacto macroeconómico teórico más perturbador sería un escenario en el que se cuestionará la integración europea. Incluso si la extrema derecha consigue una victoria masiva la próxima semana, no tendrá ni de lejos el número de escaños necesario para amenazar seriamente lo anterior. Puede que haya titulares incendiarios tras las elecciones, pero creemos que desde el punto de vista macro y de gestión de carteras de renta fija los titulares no se traducirán en hechos”.