La definición de las elecciones de medio término en EE.UU. todavía está sin conocerse pero el avance del escrutinio y las proyecciones podrían dar la idea de un congreso con mayorías divididas.
Por un lado, es esperable que el Partido Republicano se quede con la Cámara de Representantes mientras que por el lado de los demócratas dependen de Georgia, Nevada, Arizona y Wisconsin para acotar diferencias y asegurar el Senado.
Los resultados actualizados a las 06.50 horas (ET) dejaban 48 a 47 la carrera por el Senado para los demócratas, pero los mostraba perdiendo 199 a 173 en la Cámara de Representantes.
En cuanto a los gobernadores los republicanos llevan la delantera con 24 estados contra 21 demócratas. Donde se destaca la reelección del gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, y por otro lado la demócrata Kathy Hochul se convirtió en la primera mujer en ganar New York.
Si bien el mercado espera la definición oficial, los expertos tienen sus previsiones y análisis previos de cómo podrían impactar los diferentes escenarios.
Por ejemplo el Grupo de Soluciones de Inversión de MFS Investment Management realizó una proyección de diversos escenarios.
En primer lugar, si los republicanos obtienen el control de la Cámara de Representantes, algo que según los resultados al momento podría ser viable, “seguramente intensificarán el control legislativo de la rama ejecutiva y se centrarán especialmente en la caótica retirada de los militares estadounidenses de Afganistán, los orígenes de la pandemia de COVID-19 y la política de inmigración”, aseguran los expertos de MFS.
Una de las preocupaciones que suscita un gobierno dividido es el riesgo de que se adopte una forma de hacer política basada en llegar a situaciones límite, lo que conlleva que medidas legislativas cuya aprobación resulta imprescindible, como las resoluciones presupuestarias, se esgriman a modo de baza negociadora, esto podría traducirse en el cierre del gobierno.
Además, las ampliaciones del techo de deuda suelen constituir un punto de fricción entre el Congreso y la Casa Blanca cuando están controlados por partidos de distinto signo, como pasó en 2011, recuerdan los expertos.
En segundo lugar, los expertos proyectaron un triunfo republicano en el Senado, donde resultaría poco probable que se asista “a nuevos incrementos significativos del gasto y a subidas de impuestos”.
En caso de victoria republicana, “cabría esperar que los miembros de la rama ejecutiva del presidente Joe Biden adoptasen un planeamiento político más moderado que si los demócratas mantuviesen el control de la Cámara Alta”.
Además, en caso de entrar en una recesión en 2023, “cualquier medida de estímulo concebida para paliar sus repercusiones sobre las familias estadounidenses seguramente tendrá una magnitud limitada, especialmente en comparación con las medidas de estímulo aplicadas recientemente”, dice el informe.
Por último, si existiese una marea azul (algo bastante improbable con los resultados hasta el momento) y los demócratas, que actualmente tienen mayoría en el Congreso, lograran imponerse a las tendencias históricas y mantener el control de la Cámara de Representantes y del Senado, podrían utilizar el proceso de ajuste presupuestario para subir los tipos impositivos aplicables a las empresas, las plusvalías y las personas físicas, resumieron los integrantes del Grupo de Soluciones de Inversión de MFS Investment Management .
Garret Melson, estratega de Natixis IM Solutions, comentó que si bien las elecciones tienen el potencial de ser una fuente de volatilidad a corto plazo para los mercados, históricamente el efecto dura relativamente poco.
Además, este año en particular, es poco probable que las elecciones sean un impulsor marginal de los mercados, ya que la inflación, la Fed y los crecientes temores en torno al crecimiento y la recesión continúan siendo las fuerzas clave que impulsan los mercados.
Para el experto de Natixis, la única consecuencia de los comicios puede ser posibles reversiones de coberturas a medida que se dispara un evento de riesgo con las elecciones.
Sin embargo, Melson, no descarta que a finales del 2023 se puedan ver efectos retardados de las elecciones a medida que se enfoca el debate sobre el presupuesto y el techo de la deuda.
Según Gilles Moëc, economista jefe en AXA Investment Managers hay que centrarse en la política fiscal para introducirse en el estudio de las consecuencias.
Según el economista de AXA IM: “Una postura neutra, resultante de la imposibilidad de que los republicanos y la Casa Blanca ‘muevan el dial’ de forma significativa en materia de impuestos y gastos, sería probablemente algo positivo en las actuales condiciones cíclicas”.
De hecho, “la política fiscal activa de Biden en los primeros meses de su mandato, junto al estímulo masivo de Trump, jugó un papel en el advenimiento del actual shock inflacionario. Desde este punto de vista, ‘no hacer nada nuevo’ en el frente fiscal puede ser exactamente lo que la economía estadounidense necesita en este momento”.
Sin embargo, “durante el período 2022-2024, un estado de «parálisis fiscal» podría ser un problema si la Fed se equivoca en su calibración y envía a la economía a una recesión más profunda de lo necesario o desencadena un accidente de estabilidad financiera que requiera la intervención del gobierno”.
Además, si se observa el techo de la deuda, añade Moëc, “los republicanos han vuelto a sus raíces fiscalmente beligerantes, probablemente porque perciben que centrarse únicamente en las ‘guerras culturales’ no les situaría en una posición electoral favorable. Así, “muchas voces en la bancada republicana quieren condicionar su apoyo a una nueva subida del techo de la deuda a una reducción de los ‘derechos’, en particular en el terreno de la asistencia sanitaria gratuita”.
Por último, Mathieu Racheter, Jefe de Investigación de Estrategias de Renta Variable, Julius Baer pronosticó, previo a los resultados, que la reacción inicial del mercado a las elecciones será más bien moderada, “ya que los inversores esperan ampliamente un escenario de bloqueo”. Si bien Wall Street no ha abierto, los mercados europeos no amanecieron de la mejor manera.
Para el experto esto es “bueno” para la renta variable ya que a medio plazo, “un bloqueo en Washington tiende a generar una mayor rentabilidad de la renta variable, ya que reduce la incertidumbre política”.
La rentabilidad de la renta variable de EE.UU. tiende a ser mayor cuando (a) los demócratas controlan la presidencia y el Congreso está dividido entre ambos partidos o (b) los demócratas controlan la presidencia pero los republicanos el Congreso (13%), que son los resultados más probables, asintió.
Aunque un análisis histórico de los rendimientos de la renta variable durante un año de elecciones de mitad de mandato nos da alguna indicación de la tendencia, creemos que para este año no será finalmente el principal motor del mercado en los próximos meses, aclaró.