Los bancos europeos han resistido la recesión económica causada por el COVID-19, pero a medida que las economías se recuperan, el riesgo se desplaza a la retirada del apoyo fiscal, monetario y regulatorio y a las debilidades anteriores a la crisis, como la rentabilidad básica. Según aumenten las tasas de vacunación y los países avancen hacia la consecución de la inmunidad colectiva, el debate del mercado se desplazará hacia la sostenibilidad de la recuperación económica. Un elemento importante de ello será la rapidez con la que se normalice el alivio fiscal y de supervisión concedido a los bancos.
«La calidad de los activos se deteriorará, pero la preocupación por los efectos del colapso está fuera de lugar. Las autoridades pecarán de cautelosas al endurecer su postura regulatoria y la mayoría de los bancos podrán absorber los elevados costes crediticios a través de los beneficios previos a provisiones. Sin embargo, la naturaleza asíncrona de la recuperación podría seguir creando cuellos de botella en la oferta, lo que podría dar lugar a puntos conflictivos en la calidad de los activos», explica Dierk Brandenburg, codirector del equipo de instituciones financieras de Scope.
El aumento de la inflación podría señalar un eventual cambio de política monetaria que durante muchos años ha lastrado al sector bancario con tipos negativos y curvas de rendimiento planas. Pero, aunque haya un rayo de luz al final del túnel, desde Scope esperan que los reguladores retomen el camino hacia unos requisitos de capital más elevados, en línea con los objetivos previamente acordados. Sin una reestructuración decisiva, muchos bancos serán incapaces de compensar su coste de capital, incluso en un entorno de tipos más favorable.
«Los bancos liberarán el capital acumulado a medida que mejore la visibilidad de los beneficios. Los supervisores les permitirán restablecer los dividendos y las recompras siempre que puedan aliviar la preocupación por las pérdidas crediticias. Dado que existen importantes diferencias regionales en la evolución de las pérdidas, esperamos que las autoridades supervisoras adopten un enfoque diferenciador en cuanto a las políticas de dividendos, respaldado por medidas como las pruebas de estrés», añade Marco Troiano, codirector del equipo de instituciones financieras de Scope.
El recorte de costes y las fusiones y adquisiciones seguirán caracterizando al sector en 2021 y en adelante. Ante la creciente penetración de los canales digitales y la aparición de competidores no bancarios, las entidades se esfuerzan por acelerar la inversión en tecnología al tiempo que reducen los costes de distribución física para proteger la cuota de mercado y la rentabilidad. Las fusiones y adquisiciones nacionales, así como la integración de nuevos proveedores de tecnología, permitirán realizar economías de escala en las inversiones en IT.