Se ha argumentado que las recientes salidas de capital a gran escala han endurecido las condiciones monetarias domésticas de China. Los defensores de este punto de vista, presumiblemente, no han prestado atención a los datos monetarios ni a los tipos de interés, cree Simon Ward, economista jefe de Henderson. El crecimiento de los saldos de efectivo de los hogares y las empresas no financieras ha aumentado significativamente desde mediados de 2015.
En los mercados de tipos de interés, el tipo de interés oficial que aplica China a las cesiones a tres meses ha cambiado muy poco desde el nivel registrado a mediados de 2015, mientras que el rendimiento de los bonos del Estado a 10 años se ha reducido 75 puntos básicos, explica Ward.
En igualdad de circunstancias, apunta el experto de la firma, un déficit de la balanza de pagos en las cuentas de capital y cuentas no bancarias, se traduce en una contracción de la masa monetaria. En el caso de China, sin embargo, este efecto negativo se ha visto compensado por el crecimiento más fuerte de los préstamos bancarios a los sectores privados y gubernamentales. Los recortes en los tipos de interés, por su parte, han impulsado la demanda de tenencias de dinero en efectivo, donde es probable que una parte del aumento refleje intenciones de gasto más fuertes.
“Los defensores más informados de la afirmación de que las condiciones monetarias se han endurecido citan una caída en las reservas del Banco Popular de China de hasta un 9,0% anual hasta finales de diciembre. Este descenso, sin embargo, tiene poca incidencia en las condiciones monetarias y económicas más amplias, de la misma manera que un rápido aumento de las reservas en Japón y en la zona euro como consecuencia de la mejora de la calidad tienen una importancia limitada en las perspectivas económicas de ambas regiones”, dice.
La disminución (o la ampliación) de las reserva importa sólo si el crédito bancario sufre restricciones de liquidez y no es el caso. En este punto de su análisis, Ward recuerda que el Banco Popular de China ha compensado la caída de las reservas totales mediante la reducción de los requisitos de reserva a los bancos. En Estados Unidos, la Reserva Federal de St. Louis calcula la serie de reservas ajustada por cambios en los requisitos. Esta medida no está disponible en China, pero, si lo estuviera, estaría aumentando. De no ser así, las tasas del mercado monetario estarían bajo presión alcista.
“En lugar de las reservas totales, el exceso de reservas es la métrica relevante para evaluar la disponibilidad de liquidez para expandir el balance. El Banco Popular de China libera los datos trimestrales sobre el coeficiente de exceso de reservas, y en los publicados a finales de septiembre, el ratio se situó en 1,9%. En breve dispondremos ya de las cifras de diciembre”, afirma Ward.
La cuestión clave no es si las condiciones monetarias se han endurecido -que no lo han hecho-, sino más bien si el rápido crecimiento del dinero acelerará la salida de capitales, algo que obligaría a las autoridades a abandonar su compromiso de estabilidad cambiaria frente a la nueva canasta de divisas.
Para el economista jefe de Henderson, las consideraciones más importantes a la hora de adoptar un punto de vista sobre este tema son:
- La amplitud, en su caso, de la sobrevaloración de la divisa.
- Las perspectivas para el dólar. Si se incrementa su fortaleza esto animaría más las salidas de capital especulativas. La clave aquí es que los exportadores chinos sigan siendo competitivos. Un factor que se refleja en el peso creciente del gigante asiático en los mercados globales, mientras que la continua debilidad económica de Estados Unidos limitará el dólar.