La UE apuesta por la inversión sostenible, pero se enfrenta a un auténtico rompecabezas, según la asociación europea de fondos y gestores (EFAMA, por sus siglas en inglés). En su opinión, el gran reto es unir todas las propuestas, normativas y planes que ha puesto en marcha para ofrecer un marco coherente.
En su último comunicado, la organización insiste en su pleno apoyo a los objetivos del Acuerdo Verde de la Unión Europea y el Acuerdo de París. Y, en nombre de todos sus miembros, reitera el compromiso con su papel de ayudar a alcanzar el objetivo de la Comisión Europea de, al menos, 1 billón de euros destinados a inversiones relacionadas con la sostenibilidad durante los próximos diez años.
En este sentido, considera que el Plan de Acción de 2018 sobre la financiación del crecimiento sostenible ha sentado bases sólidas para un marco que integra la sostenibilidad en las decisiones de inversión. “Dado que muchas propuestas legislativas se elaboraron en paralelo, han surgido algunas incoherencias y lagunas. La estrategia renovada de la Comisión Europea debería tener por objeto reunir las diferentes piezas del rompecabezas reglamentario: taxonomía de la Unión Europea, SFDR, puntos de referencia sostenibles, integración de las consideraciones de sostenibilidad en los OICVM, AIFMD, MiFID II, etiquetas ecológicas de la Unión Europea, etc.; para que las nuevas normas funcionen en la práctica de manera bien secuenciada, coherente y coordinada”, advierte en su último comunicado.
Una reflexión que también ha hecho pública Tanguy van de Werve, director general de EFAMA: “Si bien reconocemos los beneficios potenciales de un sistema que identifica las actividades perjudiciales, una vez implementado correctamente, el criterio de no hacer daño significativo del Reglamento de Taxonomía de la UE cumplirá de facto este propósito. Por lo tanto, cuestionamos la necesidad de elaborar una lista separada y exhaustiva de las actividades marrones, como sugiere actualmente la Comisión. Esto aumentaría la complejidad de un marco financiero sostenible ya complejo”.
Además, destaca su apoyo al objetivo de promover las inversiones sostenibles también entre los inversores minoristas. “Reconociendo la necesidad urgente de seguir promoviendo las inversiones sostenibles, y consciente del deber fiduciario de los gestores de activos, es esencial que los asesores financieros adopten todas las medidas necesarias para garantizar que se pregunte a los inversores minoristas sobre sus preferencias en materia de sostenibilidad de manera directa y adecuada», añadió Van de Werve.
Con el fin de aportar al ámbito Europeo, desde EFAMA han lanzado estas cinco recomendaciones para impulsar las inversiones sostenibles:
- Mejorar la disponibilidad de los datos del ESG y la relevancia de los informes no financieros. EFAMA considera que los datos de ESG sobre las empresas en las que se invierte son cruciales para que los gestores de activos satisfagan las demandas de los inversores finales y cumplan los nuevos requisitos reglamentarios de ESG. Un rápido examen de la Directiva sobre la presentación de informes no financieros (NFRD) debería dar lugar a una información más significativa, comparable, fiable y disponible públicamente sobre las empresas. La organización también sugiere establecer una base de datos de ESG en toda la UE, aprovechando la digitalización. Dicha base de datos tiene el potencial de aliviar la falta de datos, especialmente a corto y medio plazo.
- Asegurar que las preferencias de los inversores minoristas realmente se tengan en consideración. En este sentido, reclama que la consideración de los efectos adversos de las decisiones de inversión en la sostenibilidad no debería exigirse para todas las inversiones, sino sólo cuando esté en consonancia con las preferencias de los inversores finales.
- Aumentar la transparencia del análisis y las calificaciones de la sostenibilidad. La organización sostiene que las medidas para mejorar la disponibilidad de la información pública sobre los criterios ESG reduciría la dependencia de los inversores respecto a los proveedores. Esta consideración combinada con los altos niveles de concentración del mercado de calificación y datos ESG, contribuye a encarecer el coste de la información.
- Dar prioridad a la finalización de los criterios del concepto “sin daño significativo” en el marco de la taxonomía de la UE en lugar de desarrollar una «taxonomía marrón» distintiva, lo que daría lugar a una complejidad innecesaria.
- Promover el compromiso a largo plazo y el compromiso de los inversores con una aplicación adecuada de la Directiva sobre los derechos de los accionistas. Por último, EFAMA apunta que la reciente revisión de la Directiva sobre los derechos de los accionistas tiene como objetivo fomentar la participación de los accionistas a largo plazo. La organización cree que tiene un gran potencial para cumplir este objetivo. “Sin embargo, un año después de su fecha de aplicación prescrita, todavía no ha sido transpuesta adecuadamente por todos los estados miembros. Por lo tanto, la asociación considera prematuro decidir si es necesario adoptar nuevas medidas para hacer frente a cualquier situación de corto plazo indebido en los mercados de capital”, reclaman.