Para Mihir P. Worah, director de inversiones de asignación de activos y rentabilidad real de PIMCO, hay signos de sobra que indican un cambio de escenario en el panorama económico global. Lo que está generando un complejo entorno de inversión.
Los indicadores más obvios son la subida de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed) y el aumento de la inflación en Estados Unidos, pero no son los únicos. “El orden comercial, que ha prevalecido a escala mundial durante décadas, se está viendo alterado. Varios indicadores económicos muestran indicios de recalentamiento, aun cuando la actual expansión estadounidense ha comenzado su décimo año. La volatilidad ha experimentado un repunte, puesto que algunos inversores descuentan un dramático desenlace, mientras que otros se muestran más optimistas, y esto, a su vez, está creando oportunidades de valor relativo”, explica P. Worah.
En su opinión, aunque los indicadores de recisión todavía no están emitiendo una señal roja de alerta, tarde o temprano habrá un cambio de tendencia y supondrá un giro de las carteras hacia posiciones más defensivas. “Esto, aunado a unas expectativas de mayor volatilidad, dispersión del mercado y riesgos de inflación, sugiere que los inversores deberían apostar por un proceso meditado de construcción de la cartera y unas inversiones oportunistas”, matiza.
Con este escenario, P. Worah propone cinco ideas de cartera para invertir en las fases avanzadas del ciclo:
- Bonos con vencimientos más cortos. La gestora privilegia los bonos corporativos estadounidenses a corto plazo porque ofrecen actualmente unos rendimientos más atractivos (en comparación con años anteriores), gracias a las subidas de tipos de la Fed, acompañadas por unos diferenciales del Libor y de crédito más amplios. Debido a su vencimiento más corto, estos bonos no solo son menos sensibles al aumento de los tipos de interés, sino que además podrían exhibir un carácter más defensivo en caso de que se produzca una desaceleración o una recesión.
- Cesta de divisas de los mercados emergentes. P. Worah considera que los activos de los mercados emergentes (ME) han afrontando un tortuoso camino en 2018, pero consideramos que el rezago es desproporcionado dados los riesgos actuales. En concreto, identifica una prima de riesgo inexplicable asociada a las divisas de los mercados emergentes, lo que lleva a la gestora a defender una inversión diversificada y con un tamaño apropiado debería formar parte de cualquier asignación de activos a largo plazo.
- Oro. En su opinión, el oro ha mostrado una rentabilidad inferior con respecto a su media histórica probablemente porque, a corto plazo, las propiedades del oro como metal y como moneda están provocando su caída ante las tensiones comerciales y el fortalecimiento del dólar estadounidense, al imponerse sobre sus propiedades como reserva de valor a largo plazo. “Esto genera, a nuestro parecer, una oportunidad para incorporar en la cartera una cobertura frente a los episodios de aversión al riesgo a una valoración atractiva”, añade.
- Gran capitalización frente a pequeña capitalización. En consonancia con el tema de elevada calidad para despuntar en esta fase del ciclo económico, y habida cuenta de los interesantes puntos de entrada, la gestora sobrepondera los valores de gran capitalización con respecto a sus homólogos de pequeña capitalización.
- Primas de riesgo alternativas. El gestor considera que existe un vasto universo de estrategias en los mercados de renta fija y materias primas que pueden combinarse con valores de renta variable y divisas para construir carteras diversificadas que tengan como objetivo sacar partido de las ventajas de las primas de riesgo alternativas. “La incorporación de estrategias diversificadoras, pero líquidas, cobra importancia, ya que muchas estrategias que obtienen una prima de iliquidez, como invertir en private equity y venture capital, también presentan una beta elevada con respecto a los mercados de renta variable, lo que podría no resultar conveniente en la actual fase del ciclo económico”, matiza.