La revisión a la baja de los datos del PIB de la eurozona muestra que ha entrado en recesión técnica, puesto que el PIB del primer trimestre del año se contrajo un 0,1%, lo que se suma a la caída del cuarto trimestre del 0,1%. Ante este panorama económico, según Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, “cambia la narrativa para el BCE”, ya que, a juicio del experto, “tiene que reconocer que ha subido los tipos de interés de forma masiva en medio de una recesión”.
Junius no descarta que esto “podría reforzar la posición de los miembros más pesimistas del Consejo de Gobierno del BCE, de tal forma, que aumenten la presión para impedir subir los tipos de interés por encima del 3,75%”. Esta cifra es el nivel al que ahora apunta el consenso de mercado para la reunión de julio.
El experto detalla algunas curiosidades relacionadas con la actualidad económica y financiera, puesto que “curiosamente, los datos trimestrales negativos del PIB se registraron en los Países Bajos y Alemania, que en el pasado solían tener los gobernadores más restrictivos, mientras que, en Portugal, España e Italia, que solían inclinarse por políticas más expansivas, se registró un fuerte crecimiento”. El patrón de crecimiento regional en la eurozona también podría explicar por qué los diferenciales de los bonos de los países periféricos del sur frente al Bund fueron tan reducidos en los últimos meses a pesar de las fuertes subidas de los tipos de interés oficiales.
Vincent Chaigneau, analista jefe en Generali Investments, tiene un punto de vista diferente con respecto a las consecuencias del último dato de PIB en la zona euro. En primer lugar, porque cree que la recesión técnica es “poco profunda” y, aunque reconoce que el dato es “decepcionante”, quita hierro a la situación al recordar “las sacudidas experimentadas el año pasado”, especialmente la subida de los precios de la energía en el verano de 2022.
De cara al futuro, Chaigneau espera un cierto repunte en los dos próximos trimestres, pero no descarta que “la ralentización mundial y las estrictas condiciones de los préstamos mantengan el crecimiento por debajo de la tendencia hasta finales de año”. Asimismo, ve al BCE aún centrado en la inflación, por lo que ve probable una subida de los tipos de interés la semana que viene. “Esperamos una última subida en julio o septiembre, y la debilidad del crecimiento sólo aumenta marginalmente la posibilidad de un final más temprano del ciclo de subidas de tipos, sentencia Chaigneau.
Eso sí, coincide con Junior en resaltar “la importante dispersión geográfica, puesto que Alemania quedó de nuevo rezagada (-0,3% trimestral), mientras que Italia (+0,6%) y España (+0,4%) mostraron resistencia”. Como consecuencia, “los persistentes malos resultados alemanes han contribuido al reciente estrechamiento de los diferenciales periféricos”.
Rubén Segura-Cayuela, economista jefe para Europa de Bank of America, también avisa de que habrá “sorpresas al alza en términos de PIB”. Aunque admite que la economía de la zona euro «es débil y seguirá siéndolo durante varios trimestres, también puntualiza que los ‘datos duros’ recientes han seguido siendo más resistentes de lo que implicarían los ‘datos blandos’. «Incluso en el maltrecho sector industrial alemán, los datos de producción de esta semana mostraron una pequeña mejora», afirma Segura-Cayuela.
Este escenario de debilidad económica, según Segura-Cayuela, no impedirá una nueva subida de tipos del BCE, que será «de 25 puntos básicos, con un mensaje de que habrá más». Eso sí, también ve probable que el BCE se muestre impreciso sobre si eso significa una o varias subidas adicionales» y que «las previsiones sigan alimentando las divisiones, con una inflación subyacente más alta a corto plazo, pero a medio plazo en el objetivo”.