Aumenta la volatilidad que se cierne sobre los mercados de todo el mundo, que se muestran divididos ante el nerviosismo que ha suscitado la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y las perspectivas de mejora de la economía estadounidense, según las Perspectivas de inversión globales para el segundo semestre de 2016 del BlackRock Investment Institute (BII).
“Los riesgos de caída que presenta el crecimiento mundial apuntan a que la Reserva Federal estadounidense permanecerá a la espera, por lo que ratificamos nuestra postura de que los tipos de interés seguirán siendo bajos en todo el mundo durante más tiempo -afirma Richard Turnill, responsable global de estrategias de inversión de BlackRock-. Una posible sorpresa: un repunte en los activos de riesgo derivado de la voluntad de los inversores de obtener rentabilidades mayores en detrimento de los activos líquidos y de la baja rentabilidad”.
Rebaja de expectativas sobre el crecimiento mundial
La economía mundial está renqueando: Estados Unidos aguanta el tipo y se estabilizan el crecimiento de China, el precio de las materias primas y las divisas de mercados emergentes, según el BII, que ha recortado sus perspectivas sobre el crecimiento mundial y, en concreto, percibe un riesgo de recesión en el Reino Unido, por lo que espera rebajas en unas previsiones de crecimiento ya débiles para la zona del euro, pues la incertidumbre desencadenada por el Brexit pesa sobre la confianza.
Si el precio del petróleo se estabiliza en los niveles actuales, la inflación general se elevará desde sus reducidas cotas en todo el mundo. El BlackRock Investment Institute considera que Estados Unidos liderará cualquier tendencia de reactivación que se inicie, impulsada por el aumento de los precios en el sector de servicios y el moderado crecimiento de los salarios. Los indicios de reactivación económica en Estados Unidos podrían disparar la predisposición al riesgo y, a la vez, plantear riesgos: el BII considera que los precios de la mayoría de los activos sufrirían los efectos si se percibiera que la Reserva Federal se queda por detrás de la curva de inflación.
Los activos se desvinculan
La volatilidad se disparó tras la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea; el índice VIX, que mide la volatilidad de los mercados bursátiles estadounidenses, subió hasta cotas próximas a máximos del año, según la firma. Al mismo tiempo, la prolongada correlación entre diversas clases de activos parece estar desapareciendo, con los correspondientes efectos para las coberturas de las carteras.
“Apostar por que sigan subiendo los mejores valores (o por que sigan cayendo los peores valores) de ayer (estrategia momentum) supone una nueva oportunidad ante el crecimiento bajo y las políticas monetarias acomodaticias —comenta Turnill—. Creemos que la volatilidad seguirá impulsando los flujos de inversión hacia nuestros activos preferidos: deuda corporativa con calificaciones elevadas, renta variable de calidad y acciones con potencial de aumentar su rentabilidad por dividendo”.
Los efectos de la divergencia de las políticas monetarias sobre los precios de los activos parecen estar disipándose y los países apenas cuentan ya con más recursos en clave de política monetaria, según el BII: “La política monetaria debe dar paso a estímulos presupuestarios y reformas estructurales para apuntalar el crecimiento, si bien la oposición política complica la situación. Por ejemplo, en la zona del euro, Alemania no se muestra dispuesta a impulsar el gasto mientras perciba la reticencia de otros países a llevar a cabo reformas”.
La búsqueda de rentabilidad, cada vez más complicada
La búsqueda de rentabilidad se está convirtiendo en una tarea cada vez más difícil para los inversores. “Los bonos con rentabilidades del 3% o superiores son cosa del pasado”, según el BII. El lento crecimiento mundial, los tipos de interés negativos, la relajación cuantitativa y la huida hacia la calidad ante los elevados riesgos presentes a escala mundial siguen presionando a la baja las rentabilidades.
Los inversores que deseen obtener una mayor rentabilidad deben asumir más riesgo, aumentando su apalancamiento o invirtiendo en clases de activos de mayor riesgo, lo cual, a su vez, se traducirá en un alza de las valoraciones de dichos activos -afirma Turnill-. Es posible que la rentabilidad del mercado en el futuro sea inferior a la registrada en el pasado reciente, lo cual invita a adoptar un enfoque de inversión más activo».
El BlackRock Investment Institute se muestra más optimista con respecto a buena parte de los segmentos de la renta fija debido a los elevados riesgos geopolíticos y las políticas monetarias laxas adoptadas en un mundo caracterizado por un crecimiento lento. Invertir en deuda pública de alta calidad, como bonos del Tesoro estadounidense, es una manera razonable de proteger las carteras de episodios de aversión al riesgo y resulta adecuado para aquellos inversores que deseen cubrir pasivos. Sin embargo, la deuda pública con rentabilidades negativas, como la de Alemania, presenta un precio elevado, según indica el BII.
En cuanto a la deuda corporativa, la firma cree que los bonos con calificación Investment Grade son una inversión interesante, concretamente en un mundo ávido de rentabilidades. Los diferenciales de la deuda High Yield estadounidense podrían ampliarse a medida que aumenten las primas de riesgo e iliquidez dada la incertidumbre económica desencadenada por el Brexit, si bien las posibles ventas masivas podrían brindar oportunidades de compra.
Las adquisiciones de bonos corporativos por parte del Banco Central Europeo (BCE) están apuntalando los mercados europeos de deuda corporativa, indica el BlackRock Investment Institute. “Prevemos que el BCE adquirirá entre 4.000 y 5.000 millones de euros en deuda corporativa cada mes en el mercado primario este año, prácticamente el 15% de las emisiones mensuales estimadas, y otros 1.000 millones de euros al mes en los mercados secundarios -afirma el BII-. Este programa resulta especialmente favorable para la deuda con calificación Investment Grade de mayor calidad, el objetivo de las compras del BCE”.
Un repunte de las ganancias reforzaría una visión más alcista sobre la renta variable
El BlackRock Investment Institute se muestra prudente con respecto a la renta variable, concretamente la europea, debido a la percepción negativa del riesgo, las elevadas valoraciones y el escaso crecimiento de los beneficios. Las ganancias estadounidenses llevan planas ya un año, el crecimiento de los beneficios japoneses se ha tornado negativo y las rentabilidades de los mercados emergentes sólo muestran ciertos indicios de recuperación. La incertidumbre en torno a cómo se perfilarán las relaciones del Reino Unido con la UE podría lastrar aún más las ganancias europeas.
“¿Qué nos haría mostrarnos más alcistas? Un repunte en el crecimiento de las ganancias o un giro político hacia la expansión presupuestaria y las reformas estructurales -afirma Turnill-. En el actual entorno de bajos tipos de interés, nos decantamos por la renta variable de calidad y acciones con potencial de aumentar su rentabilidad por dividendo. Creemos que las acciones con potencial de aumentar su rentabilidad por dividendo registrarán una rentabilidad superior cuando la Reserva Federal eleve los tipos, lo cual es una ventaja adicional para dichos activos”.
Mejores perspectivas para los mercados emergentes
La gestora está mejorando sus perspectivas para los activos de los mercados emergentes gracias a las reformas estructurales adoptadas en algunos países y a la sólida demanda de los inversores que huyen de los tipos negativos. La interrupción prevista en la senda de la subida de tipos de la Reserva Federal resulta positiva para los atribulados activos de los mercados emergentes. Además, se están revirtiendo las dificultades cíclicas que provocaron la debilidad de las rentabilidades de los mercados emergentes durante los últimos años. Como fuente de ingresos en un mundo sediento de rentabilidad, el BII se decanta concretamente por la deuda de los mercados emergentes denominada en divisas fuertes.
Según la firma, “se han reanudado los flujos de las carteras hacia activos de los mercados emergentes y existe potencial alcista, pues la mayor parte de los inversores todavía están infraponderados en esta clase de activos”.