La semana pasada, los bonos del Tesoro estadounidense vivieron días complicados, al punto de alertar a los mercados y de influir en los 90 días de tregua en los aranceles de Donald Trump a múltiples países. Los inversores han visto una importante venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense, especialmente en los extremos medio y largo de las curvas.
En concreto, entre el 7 y el 11 de abril, el rendimiento del bono a 10 años comenzó la semana en torno al 4,15% y cerró el viernes 11 de abril en 4,43%, acumulando un incremento de 28 puntos básicos en cinco días. Según explican los analistas, este repunte se debió a una menor demanda de deuda pública, lo que obligó al Tesoro a ofrecer mayores intereses para atraer compradores.
“A pesar del enorme debilitamiento de la renta variable y otros activos cíclicos desde el anuncio de aranceles del presidente Trump el pasado miércoles, ha tenido un fuerte impacto sobre la renta variable y otros activos cíclicos. En renta fija, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años están ahora más altos de lo que eran en el momento del anuncio, lo que sorprende, ya que por norma general la reacción instintiva (e inicial) de los rendimientos es a caer cuando empeoran las perspectivas”, explica el equipo de Renta Fija Global Sin Restricciones de Schroders.
Estos movimientos han abierto un debate sobre si el Treasury ha perdido parte de su atractivo como activo refugio. Por ejemplo, Paolo Zanghieri, economista sénior de Generali AM, parte de Generali Investments, sostiene que “las erráticas decisiones en los términos de intercambio han mermado el papel del dólar estadounidense y de los bonos del Tesoro de EE.UU. como refugio seguro”. Y añade que los bancos centrales, encabezados por China y otros países asiáticos, ya han empezado a diversificar su acceso al dólar, aumentando a menudo sus tenencias de oro. “Es probable que el proceso se acelere, aunque a corto plazo sea casi imposible encontrar una alternativa a los bonos del Tesoro. Sin embargo, la menor demanda exterior chocará en algún momento con la necesidad del Tesoro estadounidense de financiar un stock de deuda en rápido aumento”, afirma Zanghieri.
¿La Fed al rescate?
Según los expertos de Schroders, un aspecto importante sobre el que reflexionar es cómo este movimiento brusco de venta de bonos estadounidenses -y otros potenciales- pueden influir en las políticas monetarias de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) que parece cada vez más maniatada por los acontecimientos que se suceden en los mercados estadounidenses.
“Estas dinámicas ponen a la Fed en una situación muy difícil. Tomar decisiones demasiado pronto puede hacer que se acuse a la Fed de estar politizada, a la vez que genera cierto ‘riesgo moral’, es decir, quita presión a otros responsables políticos para resolver lo que ha causado la actual inestabilidad del mercado. Además, dado que la imposición de aranceles supondrá un aumento de la inflación y un golpe para el crecimiento, es probable que la Fed prefiera esperar a ver cuál de los dos efectos es mayor”, señalan desde el equipo de Renta Fija Global Sin Restricciones de Schroders.
La reflexión que lanzan los expertos de la gestora es que, pase lo que pase con el crecimiento y la inflación, “el Treasury debe funcionar”. Según explican, esto es la base del sistema financiero mundial: “Si existe alguna amenaza de que esto se ponga en peligro, la Fed se verá obligada a actuar para garantizar que siga funcionando. En este sentido, cuenta con algunas opciones para intentar reconducir la situación, incluida la compra directa de valores del Tesoro de EE.UU. (relajación cuantitativa). En el pasado ya hemos visto ejemplos de esto, el más reciente en marzo de 2020, cuando estalló el Covid y, aunque los movimientos de esta semana no son tan dramáticos, el patrón sigue siendo relevante”.
En opinión de Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, el mercado parece creer que la Fed aún tiene una opción de venta, es decir, que intervendrá y recortará los tipos de interés si el S&P 500 cae a cierto nivel. Y señala que, en consecuencia, se han descontado más de cuatro recortes de tipos para finales de 2025. “Por ahora, creemos que el mercado de valores tiene una importancia secundaria. No creemos que al presidente de la Fed, Powell, le importe realmente el nivel del S&P 500 por el momento, especialmente mientras el impacto de los aranceles sobre la inflación siga siendo incierto. En nuestra opinión, el mercado crediticio es mucho más relevante para la Fed en este momento”, afirma Bonzon.
Una opinión que también comparten desde Schroders: “La Reserva Federal estará muy atenta, y si la dinámica actual se mantiene y el mercado de bonos del Tesoro estadounidense se vuelve más desordenado e ilíquido, no tendrá más remedio que intervenir para apoyarlo, ya que apoyar el funcionamiento del mercado del Tesoro es la principal función de la Fed”.
Más sobre política monetaria: reunión del BCE
Esta semana, el Banco Central Europeo (BCE) se reunirá y, según los expertos, la institución monetaria también tendrá que tener en cuenta los movimientos del mercado de renta fija y renta variable de los últimos días. En opinión de Ulrike Kastens, economista senior de DWS, aunque en la reunión de abril no se presentarán nuevas previsiones de crecimiento e inflación, es probable que una pregunta clave en la rueda de prensa gire en torno al impacto de la política arancelaria sobre la inflación.
“En nuestra opinión, los efectos desinflacionistas se han visto reforzados recientemente por la caída de los precios del petróleo, pero también por un aumento de la oferta de bienes destinados realmente a Estados Unidos. Dado el alto nivel de incertidumbre, no esperamos ningún cambio en la comunicación del BCE: dependencia de los datos y decisiones tomadas reunión por reunión. No pueden descartarse nuevas bajadas de tipos a corto plazo, aunque el margen de maniobra es limitado, sobre todo por el paquete fiscal alemán”, apunta Kastens.
En cambio, Greg Meier, director, economista senior de Global de Allianz Global Investors, sí espera anuncios importantes por parte del BCE. “Podría reducir los tipos para intentar frenar los efectos de la guerra comercial. También se publicará la inflación de la zona euro y el índice ZEW de Sentimiento Económico de Alemania”.