La pandemia del coronavirus está desencadenando una crisis mundial que los expertos califican “de proporciones épicas”. Las economías de todo el mundo están entrando en una espiral económica descendente y la confianza tanto de las empresas como de los hogares está recibiendo un duro golpe. Toca el momento de actuar y desde la Unión Europea comienzan a dibujar cómo será el camino de esa recuperación y, lo más importante, qué medidas tomará para apoyar a los estados miembros.
Desde Bank Degroof Petercam recuerdan que es necesario tomar medidas conjuntas y dar una respuesta «contundente y coordinada». Ayer, la UE dió el primer paso en este sentido al confirmarse la puesta en marcha de un billonario “Plan Marshall” para la reconstrucción de Europa. Aunque todavía no se han concretado los detalles, como la cuantía del Fondo o el reparto de la carga económica, entre transferencias a fondo perdido y préstamos.
«Sin embargo, se necesita una respuesta paneuropea mucho más contundente”, afirman desde la entidad. Si bien anunciar alguna forma de mutualización enviaría una fuerte señal de unidad al mundo en estos tiempos difíciles, esta solidaridad no existe en este momento. “Resulta sorprendente que algunos incluso se refieran al riesgo moral”, destacan desde Bank Degroof Petercam.
Habrá que esperar dos semanas para conocer los detalles y los avances sobre esta propuesta de la Unión Europea. Según explican los analistas de BancaMarch, por ahora, el Consejo Europeo respalda la creación de un fondo de reconstrucción, pero no logra acordar los términos del mismo. «Tras la reunión celebrada entre los líderes ejecutivos de los estados miembros, el presidente del Consejo, Charles Michel, anunció el acuerdo alcanzado para establecer un fondo para la reconstrucción económica de Europa tras la pandemia, pero no pudo especificar su alcance, ya que las discrepancias entre los países miembros no han permitido concretar la estructura del mismo. La Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen, será la encargada de elaborar un plan detallado para el fondo de recuperación, que deberá presentar a mediados del mes de mayo y que se estima podría superar los 1,5 billones de euros. Sí se logró aprobar el paquete de rescate de 540.000 millones de euros pactado en la cumbre anterior, que entrará en vigor a partir del próximo 1 de junio y que activa el fondo de rescate MEDE, que ofrecerá hasta 240.000 millones en líneas de crédito para los Estados miembros, otros 200.000 millones de euros que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) movilizará en forma de préstamos para empresas y un fondo de emergencia de 100.000 millones de euros, de la Comisión Europea, que financiará medidas de empleo», explican en su análisis de mercado diario.
No obstante, en los círculos políticos y académicos aún sigue vivo el debate sobre otras opciones como las líneas de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) y los coronabonos. “Para la mayoría de los economistas ha sido evidente que, desde hace mucho tiempo, la unión monetaria de la zona euro debería cimentarse en una unión presupuestaria y política mucho más fuerte”, concluyen desde Bank Degroof Petercam.
En este sentido, Yves Bonzon, Chief Investment Officer de Julius Baer, va un paso más en su reflexión y avisa de que la viabilidad del euro “va a ser puesta a prueba en los próximos meses” y alerta de que “la incapacidad para imprimir la propia moneda en la que se endeuda es el gran riesgo estructural de la eurozona”.
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Según indican los analistas, los mercados se han tomado con cautela el plan de la Unión Europea porque la concreción de las medidas es muy relevante. Adam Vettese, analista de mercado de eToro, considera que “los inversores están en modo esperar y ver sobre la claridad de la reapertura de las economías”. Si bien, desde eToro se recuerda que los “últimos datos de la Eurozona revelan que los confinamientos del coronavirus han causado un daño sin precedentes al sector servicios del continente europeo” y advierte de que “aunque las medidas agresivas de estímulos de la UE y el BCE podrían ayudar a las economías europeas a recuperarse, esta recuperación va a llevar mucho más tiempo de lo que inicialmente se esperaba”. Como explica Vettese: “en última instancia, lo que se necesita es una cura efectiva contra el virus”.
El último informe de BofA Global Research se muestra escéptico y señala que no esperan más que “un acuerdo genérico del Consejo de la UE, centrado en el presupuesto de la UE, con pocos detalles y poco compromiso”. En este sentido, señala que lo relevante es la dotación económica que se dé a este fondo, su estructura -ya que no es lo mismo una subvención, que un préstamo o una deuda perpetua– y el calendario de reembolso. En cambio, la entidad apunta que el peor escenario es que todas estas negociaciones aumenten las tensión entre los países y acaben en una ruptura.
¿Mayor inflación?
Si bien la magnitud y persistencia de las repercusiones económicas son aún desconocidas, puesto que la duración de la crisis depende de la forma en que se comporte el virus y de las reacciones de las políticas de salud pública que se apliquen y durante cuánto tiempo, la entidad apunta a que todo dependerá de la eficacia de las medidas políticas adoptadas para apoyar a los trabajadores y las empresas durante la recesión y del repunte de la confianza.
Según ha estimado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, la eurozona podría desplomarse hasta un 15% este año, como consecuencia del coronavirus. La magnitud de la recesión dependerá de múltiples factores, por el momento desconocidos, pero también de la potencia de paquete de medidas que adopten los Estados miembros, por lo que la francesa urgió a los 27 a alcanzar un plan rápido, firme y flexible. En este contexto, la pregunta es inevitable: ¿Qué supone el mayor riesgo: la inflación o la deflación?
Según los expertos de Bank Degroof Petercam, las medidas que se adapten marcarán la hoja de ruta de esta recuperación, ya que, además, estamos entrando en un shock importante de oferta y demanda. En consecuencia, la oferta limitada provocará que los precios de algunos productos (principalmente los alimentos y manufacturas) tiendan al alza, mientras que la escasez de demanda empujará los precios del petróleo y otras materias primas a la baja. “En conjunto, el efecto debería tender hacia una desinflación, ya que la debilidad de la demanda probablemente durará más tiempo que los efectos de la interrupción de la oferta”, aseguran desde la entidad.
No obstante, advierten que habrá que tener en cuenta que las enormes oscilaciones de los precios de las materias primas tendrán grandes consecuencias para la inflación general a corto plazo. Así, la inflación general se sumergirá primero en territorio negativo antes de que se dispare de nuevo con la recuperación económica. “Así pues, la crisis podría tener consecuencias inflacionistas a largo plazo, dado el enorme estímulo fiscal y monetario que se está proporcionando y el riesgo de que los gobiernos aumenten su deuda”, advierten desde Bank Degroof Petercam