En los últimos años, el sector minorista ha protagonizado un drástico cambio estructural derivado del auge del comercio electrónico y de la adopción de nuevas formas de compra por parte de los consumidores. En opinión de los gestores de GAM Investments sigue siendo un sector que ofrece oportunidades, pese a la gran revolución que vive.
Un factor determinante que ha contribuido a este complicado panorama es que el sector minorista ha protagonizado un drástico cambio estructural derivado del auge del comercio electrónico y la adopción de nuevas formas de compra por parte de los consumidores. No obstante, Niall Gallagher, director de inversiones, renta variable europea de GAM Investments, apunta que el contexto actual “ha penalizado de forma injusta a compañías con miras a futuro que han invertido grandes cantidades en TI y en logística para ser capaces de dar salida a su inventario de forma fluida y satisfacer a los consumidores independientemente del canal que elijan para comprar: tanto online como offline”.
Solo en el Reino Unido, Toys R Us, Maplin, HMV y PoundWorld son algunos de los negocios que han quebrado en los últimos dos años, y otros actores consolidados, como M&S y New Look, admitieron haber experimentado dificultades en sus ventas durante el último periodo navideño.
La gestora pone el acento en que la atención personalizada y directa es algo que sigue poniendo en valor el consumidor, en especial en los productos de lujo. “Las firmas de lujo han tratado de responder a esta tendencia duplicando sus esfuerzos en innovación para captar el interés en sus tiendas físicas, especialmente recurriendo a las tiendas pop-up. Chanel y Tiffany no solo han abierto estas novedosas y efímeras tiendas físicas con una selección muy cuidada de productos como herramienta de marketing, sino también con el fin de impulsar la rentabilidad aprovechando el creciente interés de los consumidores de artículos de lujo por la novedad y la personalización. Las colaboraciones entre firmas de lujo consolidadas y marcas emergentes han generado un interés considerable por parte de los clientes”, sostiene Swetha Ramachandran, gestora de inversiones, renta variable del sector de la firma. En su opinión, este tipo de compañía ha logrado una estrategia que funciona: deleitar al cliente por hacerse con un producto exclusivo y limitado a canales concretos.
Para Adrian Gosden, director de inversiones, renta variable del Reino Unido de GAM, ganar flexibilidad en el arrendamiento de los locales comerciales ha sido una estrategia que los comerciantes tradicionales han seguido para verse menos expuestos al crecimiento de las compras online. “Esto también conlleva que su flujo de efectivo no se ve mermado por las revisiones al alza de las rentas, que han supuesto el principal lastre para otros minoristas. Este flujo de efectivo sustenta una política de dividendos progresiva, y la firma anunció hace poco la distribución de un dividendo extraordinario”, explica Gosden tomando como ejemplo la compañía Shoe Zone.
Por último, Tim Love, director de inversiones, renta variable de emergentes de la gestora, advierte de que el sector es está adentrando en una nueva era gracias al uso del móvil como canal de compras. “Nos estamos adentrando otra etapa para el comercio minorista, cimentada en la digitalización de toda la cadena de valor. Los smartphones, las redes sociales, los pagos con móviles y el comercio electrónico han pasado rápidamente a ser un elemento omnipresente en la mayoría de zonas urbana”, apunta. Por ende, la gestora apunta que otro mercado que ofrece oportunidades de inversión es el tecnológico, sobre todo el orientado a a la digitalización de los procesos, los pagos y el soporte a los comercios minoristas.
Respecto a las oportunidades, Love señala los mercados de India y China, donde la clase media sigue ganando peso y poder adquisitivo. “En nuestra opinión, el sector minorista indio se encuentra en un punto de inflexión en el que el comercio minorista organizado y el consumo están mostrando una mayor trayectoria de crecimiento. Este sector de la India muestra una marcada fragmentación: el 97% de sus negocios están gestionados por minoristas no organizados, como las tiendas tradicionales gestionadas por familias o los pequeños establecimientos de barrio, lo que implica que su potencial de crecimiento es, a nuestro ojos, enorme”, concluye.