Las prácticas de asesoría financiera que adoptan la tecnología están experimentando un aumento en su productividad y eficiencia, según The Cerulli Report—State of U.S. Wealth Management Technology 2024.
La investigación de Cerulli encontró que los asesores considerados grandes usuarios de tecnología tienden a superar a otras prácticas en términos de tasas de crecimiento de nuevos clientes y tasas de crecimiento de activos bajo administración (AUM).
Casi el 30% de los usuarios intensivos de tecnología identificaron prácticas de mayor crecimiento durante los últimos tres años, en comparación con solo el 9% de los usuarios ligeros.
La mejora de la eficiencia y la productividad «son resultados innegables del uso de la tecnología», asegura la consultora. Los datos de Cerulli encuentran que los usuarios intensivos de tecnología promedian un rendimiento materialmente mejor que los usuarios ligeros en las métricas de productividad de la práctica.
Las herramientas que los asesores atribuyen más a la mejora de la eficiencia operativa incluyen la firma electrónica (65%), CRM (44%) y videoconferencia (29%).
Estas tecnologías también se encuentran entre las más utilizadas en las prácticas de asesoría, ocupando el primer, segundo y cuarto lugar entre las tecnologías más utilizadas entre los asesores, respectivamente.
«Cuando se utiliza de forma eficaz, la tecnología es un valioso motor de crecimiento», afirma Michael Rose, director.
Sin embargo, el experto matizó que más tecnología no es necesariamente mejor para las prácticas. “Simplemente incorporar más tecnología dentro de la práctica de un asesor puede tener el efecto contrario deseado”, afirmó.
Según Cerulli, los desafíos para el uso efectivo de la tecnología que los asesores identifican con mayor frecuencia son las restricciones de cumplimiento que limitan la funcionalidad o imponen otras limitaciones a la capacidad de los asesores para usar la tecnología (73%), seguidas por la falta de integración entre herramientas/aplicaciones. (71%) y tiempo insuficiente para aprender e implementar (70%).
«Las prácticas de asesoría deben utilizar una estrategia tecnológica que se alinee estrechamente con los tipos de clientes a los que atienden, los servicios específicos que ofrecen y cómo los ofrecen», dice Rose.
Cerulli dice que es fundamental “educar a los asesores sobre las mejores prácticas y permitirles colaborar y aprender de sus pares probablemente tenga tanto efecto, si no más, que implementar la próxima generación de un conjunto existente de herramientas y tecnologías”.