El equipo de Estrategia de Mercados de Banca March considera que, a pesar del fuerte incremento de los costes de financiación y de un sector industrial debilitado, 2024 arranca con inercia positiva y el actual ciclo económico presenta unas características propias que le otorgan una mayor resiliencia que en el pasado: un sector privado menos endeudado y la fortaleza del empleo darán soporte al consumo privado, que será el gran motor del crecimiento mundial.
La entidad considera que las subidas de tipos están filtrándose a la economía real a través de una menor disponibilidad del crédito, lo que pesará sobre la inversión privada y, tras años de fuertes estímulos fiscales, el gasto público tampoco será un factor dinamizador. Frente a ello, las perspectivas son más positivas para el consumo privado, que aportará por sí solo más del 60% del avance del PIB.
Este ciclo se caracteriza por el buen comportamiento del empleo, uno de los pilares diferenciales respecto a otros periodos de políticas monetarias restrictivas, algo que se aprecia no solo en EE.UU, sino incluso en Europa, donde el PIB se ha estancado pero la tasa de paro está en mínimos históricos. Esta resiliencia del empleo y una inflación contenida permitirán que en 2024 se entre en una fase de recomposición de los ingresos de los hogares y que, por primera vez desde 2021, los salarios reales serán positivos, lo que favorecerá el consumo.
En este entorno, el crecimiento mundial seguirá desacelerándose en 2024 y el PIB global avanzará un 2,5%, el menor incremento desde la pandemia y un punto porcentual por debajo del promedio histórico. Por regiones, se anticipan importantes divergencias. La zona euro se mantendrá rezagada, con un crecimiento por debajo del 1%, mientras EE.UU. se desacelerará gradualmente y su PIB sumará un 1,5% en 2024, extendiendo un año más su fuerte recuperación postpandemia. En cuanto a China, aunque ha cumplido los objetivos de crecimiento marcados, su reactivación perderá también dinamismo y crecerá un 4,4%, frenada por las dificultades que atraviesa su sector inmobiliario.
Inflación a la baja, pero sin alcanzarse los objetivos de los bancos centrales
A cierre de 2023 se han confirmado casi dos tercios de la senda hacia la normalización de la inflación. Sin embargo, en un contexto de salarios que crecen entre un 4% y un 5% y una fuerte demanda de servicios, las tasas de inflación subyacente tardarán más tiempo en doblegarse. Este entorno hace previsible que la inflación siga moderándose a ambos lados del Atlántico, pero a un ritmo menor que el año pasado, con lo que 2024 podría concluir con un crecimiento del IPC de entre el 2,5% y 3%, tanto en EE.UU. como en Europa, registros que se aproximarían, pero no lograrían alcanzar los objetivos de los bancos centrales.
Uno de los riesgos al alza para la inflación en 2024 vendrá de las tensiones geopolíticas alrededor del Canal de Suez y su efecto en las cadenas de suministros. La principal consecuencia del conflicto es la alteración de las rutas marítimas y el encarecimiento de los fletes. Una situación que afecta, sobre todo, a Europa. En caso de prolongarse en los próximos meses este fuerte encarecimiento de los transportes provenientes de China, veremos un tensionamiento de los precios de los bienes intermedios y, con ellos, de la inflación que, si se observan episodios pasados, podría añadir hasta un 1 punto básico adicional a lo previsto en la segunda mitad del año.
El papel de los bancos centrales: los tipos no bajarán ni tanto ni tan rápido como espera el mercado
Si 2023 fue el año de la pausa en la subida de tipos, desde Banca March se prevé que 2024 estará marcado por el inicio de los recortes. Ahora bien, los bancos centrales no se apresurarán a rebajar los tipos debido a que la inflación no remitirá tan rápido como hasta ahora, el empleo se mantiene muy fuerte y el consumo seguirá resistiendo.
Por ello, aunque este ejercicio vendrá marcado por el inicio de los recortes de tipos de interés oficiales que iniciarán tanto la Fed como el BCE, las rebajas no se producirán ni con la rapidez ni intensidad que el mercado anticipa: Banca March anticipa una rebaja de 75 puntos básicos, tanto por parte de la Fed y como del BCE, recortes que solamente comenzarán a partir de verano.
La entidad estima que las rebajas de tipos serán más contenidas que las expectativas del mercado, dado que, en el pasado, recortes agresivos coincidieron con fuertes desplomes de la actividad y el empleo, algo que no prevé que ocurra en el corto plazo. Por ello, los bancos centrales tratarán de adecuar su política monetaria a la moderación de la inflación, tratando de «equilibrar» los tipos reales y evitar que la política monetaria sea excesivamente restrictiva.
Activos financieros: optimismo contenido en la renta variable y preferencia por la renta fija
Esta situación hace encarar el nuevo ejercicio con optimismo contenido, según Banca March. Considerando que, aunque queda potencial para la bolsa, los mercados de acciones no prolongarán indefinidamente el actual movimiento en “V” que arrancó en octubre, la entidad recomienda ser exigentes con la renta variable, que afrontará un año de retornos positivos pero modestos y más similares a los que ofrecen otros activos con menos riesgo.
De cara a los próximos meses será aconsejable mantener cierta cautela en la exposición, dado que el potencial al alza está limitado por unas valoraciones ya extendidas pero, sobre todo, porque las expectativas de beneficios globales son ya elevadas: se prevé un crecimiento a nivel global por encima del 10%, algo que no concuerda con un crecimiento en desaceleración.
Si bien es cierto que tras las paradas en las subidas de los tipos oficiales la renta variable suele experimentar un buen comportamiento, en el pasado estos periodos también suelen ser de transición hacia los entornos más volátiles que habitualmente comienzan después la primera bajada de tipos oficiales. Por ello, lo adecuado es esperar a mejores momentos para aumentar exposición en renta variable.
A nivel regional, la preferencia de Banca March se inclina por la bolsa estadounidense, que será la región que continuará liderando la mejora de los beneficios, impulsada por la mayor contribución de la tecnología. Asimismo, el elevado ROE y un apalancamiento más reducido, son vientos a favor de las empresas y que apoyan el optimismo. Por otro lado, es importante señalar que, en el pasado, los años de elecciones suelen actuar como apoyo: el retorno promedio del S&P 500 en los años de elecciones en EE.UU. es del 10%, habiendo registrado subidas en 13 de las últimas 15 ocasiones.
En cuanto a los sectores, se apuesta por una combinación entre tecnología —por su elevado potencial de crecimiento— y cuidados de la salud —un sector más defensivo, pero con valoraciones atractivas—. También se observan oportunidades en sectores ligados a la transición energética. En el lado opuesto, la entidad ha recogido beneficios de su apuesta del año pasado por el sector financiero europeo.
Se anticipa un buen ejercicio para la renta fija, considerando que los tipos oficiales son los más altos de los últimos 20 años y que, durante los periodos de pausa de la Fed, los retornos reales de los bonos soberanos son positivos. Si se ajustan los retornos estimados por el riesgo asumido, continúa siendo un activo que se recomienda sobreponderar.
En 2024 se espera que la renta fija vuelva a mostrar su capacidad diversificadora y, con unas TIR de compra más atractivas, serán un buen puerto para perfiles más conservadores, dado que el riesgo de pérdidas se ha reducido. Por estos motivos, Banca March anticipa que en los próximos 12 meses la renta fija generará ganancias en todos los segmentos, pero sus expertos recomiendan aprovechar especialmente la prima adicional que ofrece el crédito privado respecto al público y en particular, la deuda corporativa de alta calidad europea.