La inflación se mantiene en niveles históricamente bajos, por debajo de los objetivos de los bancos centrales y en una tendencia a la baja en la mayoría de las economías desarrolladas. Una tendencia incluso reforzada por la caída de los precios del petróleo, al menos en el corto plazo. Pero los precios del crudo no se van a mantener eternamente a la baja: en algún momento cambiará la tendencia y también la de la inflación, defiende Fabrizio Quirighetti, economista jefe de SYZ AM y gestor del Oyster Absolute Return, que estuvo recientemente en Madrid. En este sentido, los US Treasury protegen contra el alza de los precios y también de los tipos de interés.
Sin embargo, pese a que la baja inflación es una constante en la mayoría de las economías desarrolladas, la situación económica y las políticas de los bancos centrales son muy divergentes entre sí. Por un lado, la Reserva Federal ha anunciado el fin de su política monetaria y por el otro, el BCE acaba de implementar un QE, mientras que el Banco de Suiza ha eliminado el techo de cambio del franco suizo, Japón continúa con sus medidas e incluso el Banco Central de Canadá ha recortado sus tipos de interés. “Con esta tendencia hacia una política monetaria más acomodaticia del resto de economías, la Reserva Federal va a tener complicado comenzar a subir los tipos de interés. Tiene que encontrar una buena razón, como que comience a aumentar la inflación”, defiende el experto.
No obstante, el verdadero problema para los inversores son las bajas rentabilidades que se encuentran, mientras que la inflación aún es positiva en Estados Unidos, explica. Por tanto, deben buscar activos que ofrezcan retornos superiores a la inflación.
En cualquier caso, a nivel mundial, espera que los tipos se mantengan bajos o no suban demasiado; que el crecimiento se mantenga débil y la inflación baja, por lo que los bancos centrales mantendrán sus políticas acomodaticias.
¿Cómo se traduce esto en la asignación de activos? Lo principal es ser activos en la gestión, explica el experto. Y además ofrece una serie de consejos: en primer lugar, evitar el efectivo, pero solo si no ofrece rendimientos reales, es decir, si no supera a la inflación.
En cuanto a bonos, los considera un recurso limitado y solo aconseja invertir si ofrecen una rentabilidad positiva a través de la duración o el riesgo de crédito y una gestión activa. “Actualmente hay que olvidarse de comprar y mantener”, defiende.
En cambio, sí opta por la renta variable, pero manteniendo la volatilidad bajo control. “Nosotros apostamos por las grandes compañías con dividendos altos y crecimiento de calidad”. En materias primas, considera que el oro sigue siendo una buena opción como cobertura para las carteras.
En Europa…
En concreto, en lo que respecta a la zona euro, “esperamos que los tipos de interés se mantengan bajos. Los inversores deberían aprender los japoneses y centrarse en la búsqueda de retornos reales. Y deberían beneficiarse del «roll-down» en la parte larga de la curva, buscar el carry en la parte media y estar infraponderados en la parte corta”.
En Estados Unidos y Reino Unido, están entrando en la normalización del ciclo. “Hay que reducir el riesgo de crédito y duración paralelamente a la normalización de los tipos y estar preparados para un aplanamiento de la curva y estar infrapoderados en la parte corta y media en favor del efectivo o los bonos de interés flotante”, asegura.