Los mercados bursátiles mundiales han vivido un primer trimestre de 2023 explosivo, con alzas que han oscilado entre el 20% del Nasdaq estadounidense al 5% del CSI 300 de China, pasando por el despegue del 12% español o el 11% del IPC de México. Con este bagaje y con un cambio de foco de los inversores, puede que las bolsas afronten un futuro inmediato algo incierto, con volatilidad, aunque con oportunidades de fondo.
“Existe una gran incertidumbre sobre cómo se desarrollará 2023”, afirma Aneeka Gupta, directora de análisis macroeconómico en WisdomTree, que explica que el hecho de que el foco de atención de los inversores a partir de ahora pase de la inflación a una posible recesión económica abre la posibilidad de múltiples posibilidades de actuación por parte de los bancos centrales. “Teniendo esto en cuenta, lo que queda de 2023 podría caracterizarse por unos tipos de interés altos en la primera mitad del año, seguido de un segundo semestre con el precio del dinero más bajo a medida que la recesión mundial cobra protagonismo”, afirma.
Por ese motivo, también se prestará mucha atención a los datos macroeconómicos, ya que, como comentan desde Muzinich & Co, “tanto la Reserva Federal de EEUU como el BCE han eliminado toda orientación a futuro sobre decisiones de tipos de interés, al desvelar que dependen de los datos que se vayan conociendo”. Un ejemplo fue el decepcionante dato de inflación en Alemania conocido recientemente.
Tipos y economía no serán los únicos focos de atención, ya que los inversores permanecerán atentos a nuevos indicios de tensión bancaria y a señales desde el ámbito empresarial, ya que un escenario de posible recesión podría dejarse sentir en las estimaciones de beneficios empresariales. Michelle Morganti, estratega senior de renta variable, y Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo senior, ambos de Generali Investments, lo tienen claro: “las previsiones de beneficios y márgenes empresariales aún pueden sufrir revisiones a la baja” y cuantifican un posible descenso de las previsiones del consenso de analistas de entre un 3% y un 10% para los ejercicios 2023 a 2025.
Aspectos positivos
A pesar de que el panorama parece incierto, existen motivos para pensar que los mercados de renta variable aún puedan dar alegrías. En Muzinich recuerdan que los inversores también deben ser conscientes de que «el segundo trimestre, y especialmente el mes de abril, ha sido históricamente favorable a los activos de mayor riesgo”. Según los datos que manejan, en nueve de los últimos diez años, abril ha generado rentabilidades totales positivas para la renta variable mundial y los mercados de crédito high yield, además de ser el mes con la mejor media mensual de rentabilidades totales positivas para la renta variable, el high yield estadounidense y los mercados emergentes.
Asimismo, es posible que las acciones de perfil de crecimiento revivan. Desde Alger, socio del Grupo La Française, se preguntan si están cambiando las condiciones económicas y de mercado, de tal modo, que los sectores rezagados en los últimos tiempos pueden convertirse en líderes y viceversa. Y la respuesta que dan es que posiblemente sí, ya que “la dinámica que impulsó la divergencia de rentabilidad el año pasado podría invertirse si la inflación y los tipos de interés se moderan este año”. Además, en la firma creen que los valores con mayor potencial de crecimiento a largo plazo podrían tener unos fundamentales más resistentes en el caso de que se confirme un escenario de mayor debilidad de la economía.
Ligera infraponderación en renta variable
En Generali Investments prefieren mantener la cautela en bolsa a corto plazo, con un posicionamiento neutral en las carteras “en el mejor de los casos”, ya que esperan que la renta variable genere una pequeña rentabilidad positiva en 2023. “Buscaremos mejores niveles de entrada una vez que la ralentización y el endurecimiento de la policía monetaria estén plenamente descontados” adelantan desde la firma.
Eso sí, su estrategia sobrepondera ligeramente la renta variable de la zona euro frente a la estadounidense, aunque su mayor sobreponderación está en Reino Unido, Japón y China. Por sectores y en la UE, infrapoderan seguros frente a bancos y han reducido la exposición a las compañías de bienes de equipo por considerarlas caras en términos relativos. Por el contrario, apuestan por bancos, bienes duraderos, financiero, alimentación minorista, equipamiento sanitario, software y utilities. Al contrario, infraponderan servicios de comunicación profesionales, medios de comunicación, materiales, seguros y farmacéuticas.