En estos primeros meses de 2025, el mercado de renta fija ha mostrado un rendimiento moderado, influenciado por las políticas monetarias de los bancos centrales y las condiciones macroeconómicas globales. Ante este nuevo contexto, las gestoras afinan sus ideas de inversión. ¿Cuáles consideran que son las mejores oportunidades?
Para entender cuál es el punto de partida, Steve Ellis, CIO global del área de Renta Fija de Fidelity International, recuerda que el fuerte ascenso de los bonos a 10 años del Tesoro de EE.UU. que comenzó en diciembre de 2024 se revertió en parte en la segunda mitad de enero, para cerrar el mes en el 4,54%.
“Este movimiento se inscribe en una tendencia alcista general en los bonos del Tesoro de EE.UU. que comenzó a finales del tercer trimestre del año pasado, cuando se hizo evidente que costaría que la inflación regresara al objetivo. De hecho, el IPC mensual ha subido gradualmente desde septiembre y el dato más reciente del mes de diciembre, que fue del 2,9%, fue un alivio para el mercado por no ser más alto y revivió las esperanzas de un recorte de tipos por parte de la Fed en enero”, explica.
Sobre qué ideas de inversión cree que son más interesantes para los inversores, Ellis apunta: “En los mercados de renta fija, con el bonos a 10 años del Tesoro de EE.UU. por encima del 4,5%, es un momento oportuno para elevar la duración en dólares en las carteras, sobre todo a la vista de la incertidumbre en la esfera política y las relaciones internacionales y de que los rendimientos generalmente han descendido desde estos niveles durante los últimos dos años”.
Y añade: “En los mercados de deuda corporativa, los diferenciales se mueven en niveles extremadamente bajos, aunque los rendimientos ‘todo incluido’ siguen siendo atractivos desde una óptica histórica. En este entorno de mercado, preferimos la deuda corporativa de mayor calidad a la vista de su perfil riesgo-recompensa y sus características más defensivas”.
Apuesta por Europa
Para Konstantin Leidman, gestor de carteras de renta fija en Wellington Management, 2025 será el año del high yield, dado su elevado potencial de generación de ingresos en un contexto favorable para los fundamentos crediticios. “Según nuestras estimaciones, el entorno de la deuda high yield ofrecerá oportunidades interesantes de obtener rentas a los inversores en los próximos 12 meses, siendo los gestores activos los mejor posicionados para aprovechar un eventual retorno de la volatilidad de los tipos de interés. Nos decantamos por el high yield europeo frente al estadounidense por sus mayores rentas potenciales y su orientación hacia títulos de mayor calidad. Adoptando un horizonte temporal más lejano, estimamos que las inversiones en alto rendimiento seguirán cumpliendo un papel decisivo en la diversificación y la mejora de las carteras de renta fija”, argumenta Leidman.
BlackRock también ve claro las oportunidades en Europa en high yield. La gestora considera que los principales indicadores de crédito, como el apalancamiento y la cobertura de intereses, siguen siendo saludables, lo que refuerza aún más la resiliencia del mercado de high yield europeo.
“Factores adversos potenciales, como las políticas comerciales, elecciones, dinámicas del mercado laboral y desafíos fiscales, podrían generar volatilidad en los diferenciales a lo largo del año. Sin embargo, en nuestra opinión, estos episodios de volatilidad serán de corta duración, ya que los gestores activos aprovecharán estas oportunidades para aumentar sus exposiciones. Esperamos que los inversores sean selectivos en sus asignaciones, con un enfoque en emisores de mayor calidad y generación de ingresos”, indica en su último informe trimestral de renta fija.
Por su parte, Ian Horn, portfolio manager en Muzinich&Co, prefiere centrarse en el crédito investment grade. “Los spreads en EE.UU. están cerca de sus mínimos desde la crisis financiera y aunque los diferenciales europeos siguen ofreciendo una prima sobre los de EE.UU., esta prima se ha reducido en las primeras semanas del año”, señala. En este sentido, el gestor espera que esta prima en el diferencial europeo persista a lo largo de 2025, lo que justifica su significativa asignación en la región, a pesar de sus perspectivas económicas más débiles en comparación con las de EE.UU. “También identificamos mayores oportunidades temáticas en Europa, gracias a la fragmentación de la economía de la Eurozona y a dinámicas sectoriales exclusivas de la región”, añade Horn.
Según su análisis de este segmento del mercado, las mayores primas de diferencial en Europa se encuentran en los tramos más cortos, mientras que los tramos más largos (los de mayor duración) cotizan más ajustados que en EE.UU. “La relativa compresión en el extremo largo puede atribuirse, en parte, a una mayor calidad de los activos en Europa, con los segmentos BBB representando solo el 38% del mercado con duraciones superiores a 10 años, frente al 49% en EE.UU. y una mayor ponderación hacia sectores defensivos como los servicios públicos. No obstante, el mensaje es claro: los inversores que consideren invertir en crédito europeo investment grade en función de la prima de diferencial encontrarán más oportunidades en los bonos de corta duración”, concluye el gestor de Muzinich&Co.