Según los expertos de Ebury, la inquietud en torno a la situación de la economía de China ha impedido al yuan registrar un repunte más significativo frente a sus divisas homólogas en los últimos meses. “El tipo de cambio del par dólar/yuan se ha mantenido en gran medida dentro del rango de 7,10-7,20 en los últimos dos meses, rondando últimamente la parte alta de este rango”, destacan.
Tal y como explica, “aunque algunas medidas políticas y señales de las autoridades chinas han respaldado al yuan, los decepcionantes datos económicos nacionales y la fortaleza generalizada del dólar estadounidense han impedido una caída sostenida del par”. Según su visión, la economía china empezó el 2024 en una situación inestable, y los principales datos de actividad correspondientes a finales de 2023 y principios de 2024 no han disipado las preocupaciones del mercado.
Frente a este contexto, las autoridades chinas se han apresurado a apoyar la economía con diversas medidas en los últimos meses. Por ejemplo, en octubre se anunció una emisión de bonos del Estado por valor de un billón de yuanes, destinada a ayudar a la reconstrucción de las zonas afectadas por la catástrofe. “Esto puede ayudar a impulsar la demanda interna este año, aunque se trata de un compromiso meramente puntual que equivale a un modesto 2% de los ingresos de las administraciones locales”, indica Ebury en su último análisis.
Más recientemente, las autoridades han vuelto a apoyar las acciones endureciendo las restricciones a las ventas en corto y se ha informado de que exploran otras opciones para estabilizar el mercado de renta variable, incluida la movilización de un paquete de dos billones de yuanes para comprar acciones, principalmente a través de fondos extraterritoriales.
El papel del banco central
Por su parte, el Banco Popular de China también ha respondido a la ralentización de la recuperación económica con una mayor relajación de la política monetaria. Si hacemos un repaso de sus últimos actuaciones, en agosto, recortó el tipo de las operaciones dobles a 7 días en otros 10 puntos básicos, hasta el 1,80%, al tiempo que bajó el tipo de la facilidad de préstamo a medio plazo a 1 año (MLF) en 15 puntos básicos, hasta el 2,50%. Además, los tipos de depósito de los principales bancos chinos también se redujeron tres veces en 2023. Además, los tipos de interés de los préstamos a 1 y 5 años (LPRs) se redujeron un total de 20 puntos básicos y 10 puntos básicos en 2023, hasta el 3,45% y el 4,20%, respectivamente. Por último, en febrero, el PBoC recortó su coeficiente de reservas para los bancos (RRR), tras dos reducciones en 2023. Tras un recorte de 50 puntos básicos, el tipo para las instituciones financieras cayó al 7%.
“El sesgo expansivo adoptado por el Banco Popular de China y la ampliación del diferencial de tipos de interés con casi todos los demás países han contribuido claramente al peor rendimiento del yuan desde principios de 2022. Es posible que se produzca una nueva relajación, sobre todo si la economía sigue atravesando dificultades. En nuestra opinión, el reciente cambio de política monetaria de los principales bancos centrales, en particular la Reserva Federal, debería ser alcista para el yuan. También hemos visto un mayor énfasis en la protección del yuan, ya que la institución monetaria china ha establecido fijaciones más fuertes y los bancos estatales han vendido dólares durante los períodos de debilidad del yuan”, comentan desde Ebury.
A la luz de las recientes decepcionantes noticias económicas de China, los expertos de Ebury han revisado al alza sus previsiones para el dólar/yuan. “Seguimos siendo relativamente optimistas sobre el yuan chino y esperamos que la moneda se fortalezca frente al dólar estadounidense en los próximos meses. Seguimos alentados por los sólidos fundamentos macroeconómicos de China, incluida una balanza por cuenta corriente firmemente positiva y amplias reservas de divisas. También somos algo más positivos sobre los esfuerzos de las autoridades para apoyar la economía, ya que parecen estar tomando más iniciativas para apoyar el crecimiento y mejorar el sentimiento hacia la economía china. Celebramos la mayor determinación del PBoC para proteger el yuan, lo que creemos que reduce el riesgo para la divisa”, indican.
En su opinión, la relajación de la política monetaria por parte de los principales bancos centrales, que se espera comience en los próximos meses, debería ser positiva para la moneda china. Sin embargo, creen que los inversores siguen esperando señales de mejora de la situación económica, cuya ausencia podría obstaculizar ganancias más significativas del yuan. “El frágil estado del sector inmobiliario chino y la débil demanda mundial también siguen siendo los mayores riesgos. Además, habrá que vigilar las relaciones entre Estados Unidos y China, sobre todo teniendo en cuenta las elecciones presidenciales estadounidenses que se celebran este año”, concluye el informe de Ebury.