Dado que sus vínculos financieros siguen siendo limitados, el impacto global de una desaceleración de la economía de China se transmite al resto del mundo a través de sus vínculos comerciales. La mayor parte del impacto vendrá vía compra de materias primas por parte de China, algo que dejará efectos de largo alcance en la política monetaria mundial, estima BNP Paribas Investment Partners.
Para la firma, es evidente que, cuanto más exporta un país para satisfacer la demanda interna de China, mayor será el impacto negativo en su ritmo de crecimiento. Las exportaciones del país a través del gigante asiático a un tercero no debería afectar a su crecimiento si la demanda de este tercer mercado no cambia. Tal y como muestra el gráfico, son los países asiáticos quienes sentirán las turbulencias más grandes, ya que acumulan la mayor exposición a la exportación a la demanda interna china, que representan el 5% y el 7% de sus respectivos PIB.
Las economías desarrolladas no deberían verse afectadas mucho, ya que sus exportaciones a China, representan sólo el 1% y el 2% de sus respectivos PIB. En particular, la exposición a las exportaciones chinas de Estados Unidos y Europa son insignificantes, contabilizando sólo el 0,4% y el 0,6% de sus respectivos PIB. Por todo esto, BNP Paribas IP cree que el impacto global de China a través del comercio internacional será limitado.
En lo que respecta al potencial de contagio financiero de China a otras bolsas, el análisis de BNP cpncluye que es aún menor debido a su relativamente cerrada cuenta de capital. La correlación media de retornos semanales entre las diez principales bolsas que tienen mayor participación extranjera y las acciones chinas de clase A es solamente del 0,26, como se advierte en el siguiente gráfico. Hong Kong tiene la correlación más fuerte con China, seguido por Corea del Sur, pero en ambos representa menos de 0,4.
En términos de inversión directa, la inversión de China en el extranjero también es insignificante, (gráfico 3), a pesar de la política de Pekín de tratar de salir al exterior. Esto sugiere a los expertos de la firma, que si China decidiera rebajar su inversión extranjera, esto tendría un impacto global insignificante. Si eso sucediera, Asia sería la región más afectada, ya que recibe más del 70% de inversión directa de China (Gráfico 4).
“Podría decirse que el mayor impacto global de la desaceleración china vendría de su demanda de materias primas, dado que la segunda economía del mundo es también el importador de materias primas más grande del mundo (Gráfico 6). También hay un efecto en cadena, dado Asia cuenta más de un tercio de las importaciones de materias primas del mundo y el crecimiento de la región va siempre en consonancia con el de China. Asi que una demanda china podría reducir la importación de materias primas y rebajar los precios, lo que supone un impacto negativo directo e indirecto sobre el crecimiento y las condiciones financieras de los exportadores de materias primas”, explica el informe de BNP Paribas IP.
Dado que China, contribuye en un tercio al crecimiento mundial, su desaceleración económica limitará la demanda mundial, especialmente para las materias primas. El crecimiento de China tiene que repuntar de manera significativa para que el precio de las materias primas se recupere. Pero esto no va a suceder con el nuevo modelo de crecimiento de Pekín, que hace hincapié en la mejora de la calidad del crecimiento -a través de reformas estructurales- en detrimento de la cantidad de crecimiento.
“En la medida enque los precios de las materias primas están reflejando el flojo crecimiento mundial, la debilidad de China está agravando el problema de la deflación global. Esto puede representar un desafío para cualquier banco central que esté considerando políticas monetarias restrictivas, y también puede prolongar el entorno de bajos tipos de interés”, concluyen los expertos de la firma.